La baronesa tras reencontrarse con su hijo: "Quiero rehacer la relación familiar"

Llevaban sin verse desde octubre de 2012 cuando la baronesa Thyssen acudió a la clínica Ruber de Madrid para felicitar a Borja por el nacimiento de Enzo, el menor de sus tres hijos. En aquella ocasión Carmen Cervera sí habló con su hijo, pero no pudo conocer a su nieto, de quien año y medio después sólo sabe por lo que se publica en las revistas.

Sin embargo, parece queel destino quiso que el pasado jueves 6 de febrero madre e hijo se reencontraran por casualidad. La calle Alfonso XI, muy cerca de El Retiro y la Puerta de Alcalá, fue el lugar en el que ambos volvieron a verse. La baronesa, que se encontraba en el interior de la cafetería, salió a la calle cuando vio a su hijo y a su nuera, Blanca Cuesta, a través de la cristalera. “Lo primero que les dije fue: ¡Qué alegría veros”, asegura Tita Cervera este miércoles en¡Hola!.

La conversación entre ellos, aunque breve, fue emotiva y toda una declaración de intenciones por parte de Carmen Cervera, que no dudó en expresarle a Borja su deseo de volver a ser una familia unida. “En primer lugar, le dije que me gustaría mucho ver a los niños y, sobre todo, que me encantaría rehacer la relación familiar”. La baronesano dudó en aprovechar el reencuentro para ofrecerle trabajo en la fundación Thyssen “porque tengo mucho trabjo y lo estoy sacando adelante sola”.

Borrón y cuenta nueva

“A fin de cuentas, es lo que he estado deseando desde hace mucho tiempo”, asegura Tita al ser preguntada si el reencuentro con Borja ha supuesto para ella un antes y un después.

A pesar de que en las imágenes que aparecen en el interior de la revista Blanca Cuesta no está en ningún momento junto a Borja ni la baronesa, lo cierto es que su nuera sí se acercó a ella para entablar conversación. “Le pregunté por los niños, y le dije que tengo ganas de conocer a los pequeños, a Eric y a Enzo”, aseguró. Sin embargo, el momento más cordial entre ellas llegó cuando la baronesa se interesó por la exposición de cuadros de Blanca Cuesta, a la que no le va nada mal ya que el día de la inauguración, el pasado 30 de enero, vendió ocho telas valoradas en más de 25.000 euros. “Le dije que me gustaría verla y que me encantaría que, cuando vaya, estuvieran los dos”.

Aunque de las palabras de la baronesa Thyssen se desprende felicidad y cierta ilusión por volver a estrechar lazos con su hijo, su nuera y sus nietos, las de Borja son más prudentes.“Casual y cordial”, así ha calificado el encuentro con su madre.¿Será el principio del final?