Javier Merino y Mar Flores recuperan el yate embargado por Hacienda
Hacienda hará efectivo en breve el desembargo del ‘G-One Again’, la embarcación de recreo del empresario que fue precintado el verano pasado por el impago de 120.000 euros a la Agencia Tributaria en relación a los impuestos de dicha embarcación. Actualme
Javier Merino y su esposa Mar Flores podrán disfrutar de nuevo del G-One Again, el yate de su propiedad que fue precintado por orden de la Agencia Tributaria el pasado 20 de julio. Dicha retención se debía a una deuda contraída por el empresario con Hacienda por el impago de 120.000 euros; una deuda relacionada con los impuestos derivados de dicha embarcación, que no se habían hecho efectivos según el organismo público.
El yate, de 21 metros de eslora y diseñado por Leopard Calier, se había valorado según la Hacienda Pública por un precio inferior al real. Tras la inspección correspondiente, la Agencia Tributaria decidió su embargo ante la sorpresa de Merino, pues presentó avales para saldar la deuda. Hacienda decidió no aceptarlos. El empresario mostró su disconformidad e inició un proceso al no estar de acuerdo con el organismo sancionador.
La historia del desencuentro con la entidad recaudadora se inició en 2013. Según explican desde el entorno del empresario “nunca se lo deberían haber embargado”. Aseguran que fue una “decisión rápida” y “ejemplarizante”. Esta fuente señala que fue “en plan de ¿a ver qué es lo más vistoso, lo que más llama la atención, lo que será más mediático? ¿El barco? Pues a por él”. Según señalan a este medio, en el proceso de admisión de avales, Merino presentó el suficiente patrimonio inmobiliario, en acciones y otros bienes, “pero aun así se decantaron por inmovilizar el barco”, subrayan.
“En condiciones normales se hubiera seguido el protocolo habitual, pero con él no se siguió. Sea verdad o no la deuda, hasta que la investigación no termina, la ley te obliga a avalar. Es la propia ley la que contempla que puedas hacerlo con cualquier bien del patrimonio personal. Y ahí es donde no dieron opción a Merino”, explican a Vanitatis fuentes cercanas al empresario.
Un duro litigio
Ahora, ocho meses después, el marido de Mar Flores y su familia podrán volver a navegar en el G-One Again por aguas de las Baleares, sus preferidas para disfrutar de las vacaciones y sus ratos de ocio. No tienen casa de veraneo y siempre han utilizado la embarcación como casa flotante. De ahí que presentara en su momento otros bienes para hacer frente a la disconformidad con la Agencia Tributaria como es preceptivo.
En este caso, el marido de Mar Flores decidió pleitear con Hacienda porque no estaba de acuerdo con la liquidación que le exigían los inspectores que llevaban su caso. En esas medidas cautelares hasta que se solucionara la diferencia de criterio, optaron por embargar el barco, que estaba a su nombre, y amarrado en el Club Náutico de San Antonio, en Ibiza.
Vanitatis se ha puesto en contacto con la oficina del empresario para recabar su opinión pero, por el momento y hasta que se resuelva definitivamente el contencioso, prefiere mantener silencio.
Malos tiempos para Merino
Buenas nuevas, por tanto, en casa de Mar Flores y Javier Merino en un tiempo en el que las cosas no le iban demasiado bien. El empresario fuecondenado recientemente a un año de cárcel y a una multa de 1.564.603 euros por un delito de uso de información privilegiada. La Audiencia Provincial de Madrid ha rechazado el recurso interpuesto por el abogado de Merino, sin embargo, él continuará defendiéndose en otras instancias.
Javier Merino y su esposa Mar Flores podrán disfrutar de nuevo del G-One Again, el yate de su propiedad que fue precintado por orden de la Agencia Tributaria el pasado 20 de julio. Dicha retención se debía a una deuda contraída por el empresario con Hacienda por el impago de 120.000 euros; una deuda relacionada con los impuestos derivados de dicha embarcación, que no se habían hecho efectivos según el organismo público.
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