Ana Boyer: "Me hacen gracia los rumores de ruptura con Verdasco"

Luciendo piernas y con un favorecedor jersey azul marino, Ana Boyer ha querido amadrinar el proyecto que la marca de ron Brugal dedica este año a los jóvenes, en el que les propone cambiar el destino nacional al que viajan cada verano por una escapada inolvidable a la República Dominicana. Por eso, Ana, muy aficionada a viajar y muy joven –sólo tiene 25 años– era la imagen perfecta para los organizadores. Sin embargo, este año la hija de Isabel Preysler no va a disfrutar de las que podrían haber sido las mejores vacaciones de su vida. Su novio, el tenista Fernando Verdasco, tiene muchos torneos fijados para los próximos meses y, según la propia Ana Boyer, “va a ser muy complicado escaparse”.

La pareja cumple este verano su primer año de amor y para la pequeña del clan Preysler el balance no podría ser más positivo: “Cada vez nos compenetramos mejor y estamos muy a gusto el uno con el otro. Fernando es muy detallista, muy cariñoso y la complicidad entre nosotros ha ido aumentando en los últimos meses”. Pero no todo es color de rosa para la pareja que ve en la distancia el punto más débil de su relación. Ana Boyer reconoce que sería más fácil tener una relación con alguien que viajase menos, pero también es algo con lo que ambos contaron desde un principio y cada vez lo llevan mejor. “Estamos acostumbrados a este tipo de rutina y lo llevamos bien. Fernando y yo hablamos a diario por chat, por Skype, nos llamamos…”

Rumores de crisis

Ana acompaña a su chico a todos los torneos a los que puede. La última vez ha sido este pasado fin de semana en Roland Garros donde además coincidió con Alba Carrillo y Xisca Perelló, que también quisieron arropar a sus respectivos, Feliciano López y Rafa Nadal. Con este encuentro en París, Fernando y Ana acallaban los rumores que hablaban de un posible distanciamiento entre ambos y que siempre han ido surgiendo desde que empezasen su relación el año pasado.”Había muchos rumores que decían que rompíamos, pero bueno yo creo que eso acaba pasando. Me hace gracia ver de dónde sale todo eso”, dice Ana con una sonrisa.

Una sonrisa que se funde en semblante serio cuando se le pregunta por su trabajo como consultora estratégica. “No voy a hacer ningún comentario sobre mi otro trabajo”, dijo muy contundente. Y es que ese era el único tema sobre el que Ana no quería hablar. Sin problemas habló de su chico, de su madre, de su hermana Tamara y de la relación que tiene con su padre. “Con mi padre no hablo de chicos. Es un tema que sabemos que está pero no lo hablamos. A mi padre siempre le va a costar ver a su hija pequeña con novio. Me va a tratar siempre como a una niña, aunque tenga 60 años”.