Es noticia
Menú
"Este libro me reconcilia con la parte de la vida que quiero mirar"
  1. Noticias
entrevista con raquel sánchez silva

"Este libro me reconcilia con la parte de la vida que quiero mirar"

'Mañana a las seis'…llega la catarsis. La catarsis la ha vivido Raquel Sánchez Silva con un libro titulado precisamente así, 'Mañana, a las seis' una novela

Mañana a las seis… llega la catarsis. La catarsis la ha vivido Raquel Sánchez Silva con un libro titulado precisamente así, Mañana, a las seis, una primera novela que ha escrito entre la grabación del programa Supervivientes y durante uno de los momentos más difíciles de su vida tras la trágica y controvertida muerte del que fuese su marido, Mario Biondo. En las distancias cortas, la presentadora es tan segura de sí misma, cordial y directa como aparenta ser en televisión. Sin embargo, sorprende su optimismo y la franca inteligencia al responder no sólo sobre su identificación con las mujeres de su novela sino sobre la forma y el fondo de los juicios que se han emitido sobre ella y la delicada situación a la que se ha visto sometida. Si el escribir supone una especie de desahogo para cualquier escritor, en el caso de ella ha supuesto una válvula de escape a una herida que sigue abierta, pero que ella cura con positividad, sin rencor hacia los que parecían juzgarla alegremente y, lo más importante, a su manera.

Pregunta: ¿Se ve escribiendo muchos años si lo de la televisión se termina algún día?

Respuesta: La gente decide si voy a seguir escribiendo o en la tele. Para mí el libro es fantástico, ¿qué voy a decir? Si no hubiera cumplido con el mínimo se habría quedado en un cajón. Si luego se publica y no consigo transmitir el mensaje que quiero, pues a hacer otra cosa y a salir a trabajar cada mañana. Es más, yo sé que hay gente que trabaja en los medios y que es conocida que tiene un enganche a que los reconozcan. Yo no tengo ninguno. A veces incluso me imagino teniendo una vida en otro lugar, donde nadie me conoce, teniendo una tiendita o diseñando, pero en otro sitio. Lo pienso muchas veces y me hace feliz. Está bien tener ‘cintura’ para hacer otras cosas. Intento aprovechar esta etapa con mucha alegría y si mañana se termina pues ya está.

P: ¿Está reflejado en la novela la etapa difícil que le ha tocado vivir este año? ¿Ha supuesto una catarsis para usted?

R: Es inevitable que tu estado de ánimo se refleje en el libro. Dentro de la historia, que sigue siendo la que era, todo el estudio de la maldad y la bondad humana habría sido más salvaje si lo hubiese escrito en otro momento de mi vida. Sin embargo, por escribirlo justo en este, apuesta más por la bondad y por la esperanza, por reconstruirse y por cosas que son mis agarres ahora. En esos pequeños matices en los que puedes hacer que algo sea más o menos agresivohe buscado la alegría.

¿Catarsis? En la catarsis estoy yo todavía. El libro es parte de ese proceso y ha sido bonito escribir cosas sobre mi familia, que siempre ha estado muy cerca de mí pero ahora más que nunca, crear personajes que se parecen a gente que quiero, permitirme un mundo mágico, dar una despedida a Aurora, uno de los personajes, como me gustaría que fuesen las despedidas a gente mayor que se va. El libro ha supuesto reconciliarme con la parte de la vida que quiero mirar.

P: Hadicho en alguna ocasión que entiendea la gente que la ha criticado durante este año. ¿Es fácil perdonar o entender a la gente que ha emitido juicios sobre usted o su situación?

R: Siempre he entendido a la gente que me ha criticado. Vosotros sabéis que mi opción ha sido la del silencio. Era la única opción que yo comprendía. Entiendo las críticas porque yo trabajo en un medio de comunicación. ¿Cómo no voy a saber cuál es la costumbre del espectador o del lector o del 'follower'? La costumbre de nuestra época es siempre la acción-reacción, que siempre haya una respuesta. Entiendo que el silencio sea la opción más rara. Yo me he podido equivocar. Hay cosas como la del Sony o la de publicar fotos alegres con amigos que han molestado a gente. Yo jamás voy a publicar fotos mías llorando, lo siento. Eso no se va a ver a no ser que me pillen. No me gusta exponer eso, me parece indecente y no va conmigo. Han sido errores; no el hecho de estar con mis amigos sino publicar esa foto en ese preciso momento en el que sonreía. Si he hecho daño a alguien yo lo siento porque ya es bastante el dolor que hemos vivido y bastante tremenda es la pérdida en sí misma como para sumar dolor del tipo que sea.

P: ¿Se podrían haber evitado eso que llama ‘errores’?

R: Todo esto se podía haber evitado, pero también he tenido que tomar decisiones y cuando las tomas tienes la opción de acertar o equivocarte. A veces he conseguido acertar y otras no, y mi silencio es una opción que no es la habitual, pero sí la más sana. El silencio para mí es respeto y yo tengo que vivir conmigo toda mi vida, y quiero vivir hoy, mañana y dentro de muchos años. No quiero sentirme mal por haber sentido el amor que sentíy las cosas maravillosas que sentí.

P: ¿Ve algo malo en que la hayan juzgado o criticado sin vivir en su piel lo que usted ha vivido?

R: Yo creo que tampoco hay tanta maldad en el hecho de que me hayan juzgado. Lo que pasa es que estamos acostumbrados, tal y como funciona todo, a que todo sea inmediato. Y al final, aquello de “cuenta hasta diez” ya no existe. A lo mejor el impulso, lo primero que te sale, es el ladrido. Seguro que muchas personas, dialogándolo y pensándolo mejor, no dirían lo que han dicho. ¿Eso quiere decir que yo tengo que dar explicaciones por todo lo que hago? No, porque es un juego perverso. Por mi manera de ser y por lo que transmito en televisión, ese papel positivo y alegre, no quiero pasar al otro lado. Además tampoco quiero participar de un circo mediático. En estos meses ha habido gente que ha hecho muy bien su trabajo y otra que lo ha hecho muy mal porque ahora mismo conviven la información y la no información.

Me dicen que por qué no me defiendo de ciertas cosas, y yo pienso que al final la mentira cae por sí misma, como de hecho está pasando. Hacer lo contrario es alimentar un circo que no me interesa ni del que quiero participar activamente. Yo quiero ser una parte sorda. Mi papel es mensaje también. Eso es lo que he decidido hacer y si hay alguien a quien no le gusta lo siento. Valorar o juzgar el proceso de dolor de una persona es muy gratuito. Hay a quien le gusta mostrarlo o hablar sobre ello, y a quién no. Todos sabemos hasta dónde existen ciertos límites éticos y morales y yo creo que sobrepasarlos es una cuestión humana.

P: Cuéntenos dónde nació esta novela que ha supuesto tanto en su vida

R: Ha sido una combinación de todo. La historia de la niña que escucha los sonidos del universo se la comenté a una amiga hace cinco años en Brasil. También quería escribir algo sobre las mujeres de mi mundo, el universo femenino que me ha rodeado porque he estado sola con mi madre casi toda mi vida. Por otra parte, Planeta me tiró un poco los trastos con hacer algo sensual y claro a la vez. Empecé a pensar en todo eso, cosa que no había hecho nunca. Había pensado en todas esas cosas de forma aislada pero nunca a la vez, la parte lírica y romántica de esas mujeres y la parte de la niña que escucha los sonidos del universo. Y me dije, ¿por qué no hablar de todo ello a la vez? Así, el libro es la conjunción de tres ideas, dos mías y otra ajena.

P: ¿Ha sido duro el proceso de escribir ficción?

R: Soy novelista primeriza, así que he tenido que hacerlo todo de forma muy ordenada, desde la sinopsis de cada capítulo hasta la construcción de cada personaje. Me ha llevado mucho trabajo. Después, escribirla sólo me ha llevado ocho o nueve meses. Me ha costado un montón. Si digo que no, mentiría. Con el folio en blanco no habría salido adelante. Primero tenía que saber lo que tenía que contar, cómo, cuándo y luego contarlo. La mitad del libro, de hecho, está escrita durante Supervivientes, pero ya estaba todo planteado.

P: ¿Fue duro escribir mientras grababael ‘reality’?

R: Estaba viviendo en una villa donde vive el equipo con una amiga mía que también trabaja en Supervivientes. Había que verme llegar de la gala con el maquillaje puesto, mojada por haber ido en barco mientras llovía y con olas de diez pies, llegar empapada con el chubasquero horrible y entrar en casa, darme una ducha que es lo que me pedía el cuerpo, y en vez de irme a tomar el sol, sentarme y ponerme a escribir. Tengo que decir que la disciplina escribiendo la alcancé por imponerme fechas, para tener el libro listo para el verano. Quería que coincidiese con el final del programa.

P: ¿Existe una identificación suya con la protagonista?

R: Lucía, la protagonista, es todo lo que yo no quiero ser y representa todos los errores que yo no quiero cometer, toda la ausencia de inteligencia emocional que yo no quiero tener. Lo que tiene es un compañero que es un gato que se parece al mío. Por edad es el personaje que más se parece a mí pero ya está. Ella comete errores que yo no cometería porque yo no soy tan valiente. Si hay un personaje dentro del libro con el que yo tengo que ver es el de la madre, Aurora, porque ahí están mi abuela, mi madre y yo. Es la mujer que yo querría ser cuando tenga ochenta años, si es que llego. He llorado mucho escribiendo el libro y sobre todo ha sido con ella.

P: Si pudiese volver atrás, cuando empezabaa ser popular, ¿qué consejo se daríaa sí misma?

R: Me diría que es mucho mejor apostar, en cualquier caso, por la prudencia. Y es mucho mejor quedarse corta a pasarse. Prefiero que piensen que soy idiota a que soy malvada. Lo tengo muy claro.

Mañana a las seis… llega la catarsis. La catarsis la ha vivido Raquel Sánchez Silva con un libro titulado precisamente así, Mañana, a las seis, una primera novela que ha escrito entre la grabación del programa Supervivientes y durante uno de los momentos más difíciles de su vida tras la trágica y controvertida muerte del que fuese su marido, Mario Biondo. En las distancias cortas, la presentadora es tan segura de sí misma, cordial y directa como aparenta ser en televisión. Sin embargo, sorprende su optimismo y la franca inteligencia al responder no sólo sobre su identificación con las mujeres de su novela sino sobre la forma y el fondo de los juicios que se han emitido sobre ella y la delicada situación a la que se ha visto sometida. Si el escribir supone una especie de desahogo para cualquier escritor, en el caso de ella ha supuesto una válvula de escape a una herida que sigue abierta, pero que ella cura con positividad, sin rencor hacia los que parecían juzgarla alegremente y, lo más importante, a su manera.

Inteligencia emocional Novela
El redactor recomienda