La duquesa de Alba se enfrenta a los suyos para viajar a San Sebastián

La duquesa de Alba, además de Grande de España y de ser la mujer con más títulos nobiliarios del mundo, tiene también un fuerte carácter que no se atempera con la edad. Una de las cosas que más le gusta es viajar y, a pesar de los consejos de sus médicos y de los hijos, ella insiste en no cambiar sus hábitos viajeros. Antes lo hacía por medio mundo, pero ahora su falta de movilidad la impide desplazarse en avión y este obstáculo la pone de mal humor. Tanto es así que hasta discute con su marido, que sabe que su mujer no está en las mejores condiciones físicas ni emocionales para organizar el periplo que ella querría que pasase por destinos internacionales. El desplazamiento ahora es exclusivamente nacional y tiene como ruta final San Sebastián, donde la jefa de la saga llegará probablemente en los próximos días.

Dicen desde su entorno que no es consciente de los 88 años que tiene y si se lo recuerdan, como a veces hacen sus hijos, también se enfada. La situación se complica cuando ve la televisión y se entera de que Francisco Rivera se ha vuelto a casar. No sabe muy bien con quién y se queda sólo con la noticia. Su comentario irónico fue compararle con John Carradine en la película Bluebeard.

El caso es que Cayetana no está en óptimas condiciones y su descontento revoluciona la Casa Alba. Dejó su palacio sevillano la semana pasada para instalarse unos días en Madrid y de ahí poner rumbo en coche a su refugio norteño. Parada en Burgos, en el hotel Landa, y de ahí a la casa de Arbaizenea, que siempre está en perfecto estado de revista, como el resto de residencias de la duquesa.

Su primer y único destino es San Sebastián y en esto sí se ha plantado. Ha comunicado al marido y a los hijos que se pongan como se pongan se va a instalar en la casona de Donosti, ahora propiedad de su hijo Cayetano, tras el reparto de la herencia previo a la boda con Alfonso Díez. Es muy posible que días después se reencuentren con ella sus nietos Luis y Amina y su hijo querido Cayetano. Si no hay imprevistos de última hora, la duquesa de Alba pasará su verano en el norte como hacían sus antepasadas.