Amaia Salamanca y Rosauro Varo, el bautizo que estaba llamado a ser una boda
Las campanas de boda no sonaron en Guadalmina el pasado fin de semana. Sin embargo, tan sólo hace unos meses estaba previsto que se casaran
Las campanas de boda no sonaron en el territorio de Guadalmina el pasado fin de semana. Sin embargo, tan sólo hace unos meses estaba previsto que, en julio, la diminuta capilla de esta lujosa urbanización de Marbella, que tantos eventos nupciales de postín ha albergado, hiciera lo propio con el enlace religioso de Amaia Salamanca y Rosauro Varo.
Pero la boda se quedó sólo en bautizo, el de su hija, la pequeña Olivia, de tres meses de vida. La noticia de que la pareja se iba a casar este verano estaba en boca de todos sus amigos pero, al final, esos planes iniciales no se llevaron a cabo.
Este portal se ha puesto en contacto con amigos directos de la pareja para confirmar datos de estas supuestas nupcias, pero nadie sabe los motivos que han llevado a la pareja a anular sus planes iniciales, que habían comentado a su entorno más cercano.
“Todo el mundo en Marbella sabía lo de la boda”, aseguran fuentes cercanas. En diferentes círculos sociales donde se mueve la pareja sorprendió que “el acto religioso se quedase sólo en el bautizo de Olivia”. Incluso algún empresario de los que se codean con ellos en la noche marbellí se atrevió a ser mas preciso y puntualizar que “Varo no está ahora por la labor de casarse”.
Sus numerosos negocios, y los que le vienen en cartel, le ocupan demasiado tiempo. Lo cierto es que Rosauro no para. La última apuesta del empresario en la Costa del Sol es el chiringuito Salduna Beach, que también ofrece catering a empresas como Porcelanosa. En Madrid acaba de abrir el restaurante Otto y negocios similares en Miami que ocuparán el tiempo del empresario sevillano, que empieza a convertir todo lo que toca en oro.
Otra boda en el Puro Beach
Una semana después del bautizo de Olivia, la ‘no’ boda sigue sorprendiendo a propios y extraños. Tanto es así que hasta los vecinos de Laguna Beach, el centro comercial donde está ubicado Puro Beach, el local de Varo donde se celebró el bautizo, mostraron su extrañeza al saber que no se había producido el tan esperado “sí, quiero”, ya que lo que circulaba por los pasillos desde hacía meses era esa posible celebración de boda.
Hace justo dos años, el hermano de Amaia, Mikel, y su mujer se casaban en este chiringuito de lujo de Rosauro Varo. Círculos muy cercanos a la pareja han asegurado a este medio que Amaia y su chico querían sellar su amor ante el altar y aprovechar el acto para bautizar a su pequeña. A pesar de que Amaia Salamanca ha dicho en muchas ocasiones que no estaba planeando pasar por el altar, sí ha confesado que le encantaría vestirse de novia y formar una familia numerosa.
Las campanas de boda no sonaron en el territorio de Guadalmina el pasado fin de semana. Sin embargo, tan sólo hace unos meses estaba previsto que, en julio, la diminuta capilla de esta lujosa urbanización de Marbella, que tantos eventos nupciales de postín ha albergado, hiciera lo propio con el enlace religioso de Amaia Salamanca y Rosauro Varo.