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Aznar, Botella, Tita y las Campos, unos incondicionales de Julio Iglesias
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LLENÓ EL AFORO DE LA CANTERA DE NAGÜELES

Aznar, Botella, Tita y las Campos, unos incondicionales de Julio Iglesias

Aun con la voz más apagada por la edad, Julio sigue llenando allá donde va. Esta vez le tocó al Starlite de Marbella, donde no faltaron varios rostros conocidos

Noche de terral tórrido en Marbella, en la que no hubo perseidas pero sí espectáculo cien por cien para los incondicionales de Julio Iglesias, que no quisieron perderse uno de los dos únicos conciertos que el cantante dará este año en España. Julio se subía al escenario de Starlite con una voz cada vez mas apagada por la edad. Él mismo se lo preguntaba en directo: “¿Cómo es posible que un hombre con casi 71 años siga aquí en un escenario? Los sentimientos se pasan, pero la pasión perdura. La pasión me desborda. Solo canto para seguir viviendo", decía Julio al público. El cantante tuvo que utilizar todas las artimañas que pudo para distraer a su público, incluso la de pegarle un beso en la boca con lengua a una de sus bailarinas de tango, un gesto que Miranda, allí sentada, no pareció importarle

Julio no quiso defraudar a sus amigos incondicionales del PP que le arropaban en el recital. Allí estaban José Maria Aznar, Ana Botella, Ignacio González y su esposa. Y nada más empezar hizo su guiño contra el independentismo catalán: "Creo tanto en la España junta", alegato con el que dio comienzo Un canto a Galicia. Ni un hueco en el aforo de la Cantera de Nagüeles en el recital de Starlite. Y eso que los precios de las entradas eran los más caros del festival.

Pero no fueron los únicos. Ya se sabe del poder de convocatoria de Julio Iglesias. Entre el público de la noche se encontraban la modelo Valeria Mazza con toda la familia, incluido sus dos hijos, que compartieron copichuela con el expresidente del Gobierno y la alcaldesa de Madrid. Tampoco faltaron las Campos, con Terelu incluida. Maria Teresa que posó para Vanitatis, obvió el tema de Bigote Arrocet “porque no contesta a tonterías”. Terelu no paraba del palmotear en los palcos y el humorista Andrés Pajares se arrimaba donde podía.

La que disfrutó de lo lindo fue Tita Cervera, que aseguró: “es que se me cae la baba, Julio es mucho”. Ahí estaba, con su amiga Beatriz de Orleáns dejándose secas las manos de tanto aplaudir. Pedro Trapote y Begoña llegaron a mitad del concierto porque acaban de aterrizar de Ibiza: “es que no nos ha dado tiempo a llegar antes, pero no nos lo queríamos perder”, explicaba a este medio la esposa del empresario.

Terminado el concierto y como está establecido en cada recital, Miranda cogió a sus hijos y salió a oscuras antes del último bis para que no la captaran las cámaras. La musa holandesa marcó tendencia una vez más con su vestido indi. Durante todo el concierto no dejó de contonearse con su hijo y de mostrar pegatinas de su esposo en las que demuestra que para ella, Julio, apergaminado o no, sigue siendo el único.

Noche de terral tórrido en Marbella, en la que no hubo perseidas pero sí espectáculo cien por cien para los incondicionales de Julio Iglesias, que no quisieron perderse uno de los dos únicos conciertos que el cantante dará este año en España. Julio se subía al escenario de Starlite con una voz cada vez mas apagada por la edad. Él mismo se lo preguntaba en directo: “¿Cómo es posible que un hombre con casi 71 años siga aquí en un escenario? Los sentimientos se pasan, pero la pasión perdura. La pasión me desborda. Solo canto para seguir viviendo", decía Julio al público. El cantante tuvo que utilizar todas las artimañas que pudo para distraer a su público, incluso la de pegarle un beso en la boca con lengua a una de sus bailarinas de tango, un gesto que Miranda, allí sentada, no pareció importarle

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