Así se ideó la salida del armario del juez Grande-Marlaska
El magistrado ha roto su silencio este martes en una entrevista, en la que ha hablado con total libertad sobre su condición sexual y la fractura que supuso en su familia
Poco dado a conceder entrevistas a pesar de ser un personaje muy tentador para los medios de comunicación, Fernando Grande-Marlaska siempre ha intentado restar la importancia que le da su cargo como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para evitar que cualquier declaración suya se convierta en titular.
Sin embargo, el magistrado ha roto su silencio este martes en el programa Entre la gente, de la emisora Onda Arcoiris, la primera radio online LGTB española. “Es cierto que no soy muy de entrevistas. No es que me den miedo, más bien las tengo respeto y no quiero estar prodigándome para contar lo mismo de forma reiterada. A estas cosas hay que ir cuando tienes algo que contar”, aseguró en los primeros minutos de la entrevista.
A pesar de que en un principio la conversación con el periodista David Enguita se centró en su amplia trayectoria profesional en el sector judicial así como en su relación amor-odio con Esperanza Aguirre, Grande-Marlaska no evitó las preguntas que se refieren a su ámbito personal.
2006, su salida 'pública' del armario
Cercano y humilde, la vida íntima de este bilbaíno de 52 años saltó a los medios de comunicación en junio de 2006 cuando concedió una entrevista a Rosa Montero en la que, entre otras cosas, confesaba su homosexualidad. Desde entonces, Marlaska se ha convertido en uno de los gays más influyentes de España.
Esa salida ‘pública’ del armario hizo cambiar la visión que muchos tenían, hace ya ocho años, de un juez de la Audiencia Nacional. Precisamente sobre ese tema Marlaska ha desvelado algunos detalles de una entrevista que dio visibilidad a una condición sexual que aún no está normalizada en nuestro país. “Todo fue muy anecdótico. Yo me casé en octubre de 2005 y a la vuelta de un viaje con mi marido organizamos una cena amigos. ‘Es el momento de que des una entrevistaahora que estás en la Audiencia' fue lo que me dijeron y entre copa y copa y algo más animado dije que sí, pero si me la hacía Rosa Montero”, confiesa.
Pero, ¿por qué Rosa Montero? “Es una novelista que no es el top ten, es el top one. Es excepcional como profesional. Leía sus entrevistas en El País Semanal y ese tipo de entrevistas era lo que yo quería. Pensé, si te entrevista esta señora es el no va más”, aseguró este martes ante el micrófono.Poco después de aquella cena, esos mismos amigos le dijeron que Rosa Montero quería contar con él. “En ese momento, me acojoné”, dijo entre risas.
Seis años sin mantener relación con su madre
A pesar de que aquella entrevista hizo mucho ruido por el contenido de sus declaraciones más personales, lo cierto es que para Grande-Marlaska no significó ni un antes ni un después en su vida. “En mi vida hay un antes, nada más allá de esa entrevista”, afirma, ya que en su barrio ya se sabía quién era su marido. “Gorka y yo vivíamos juntos desde el 98. Lo sabían todos mis vecinos y también en mi trabajo. Además, por aquella época yo ya participaba en actos a favor del matrimonio gay. No había ocultación ninguna”.
Sin embargo, el camino hasta llegar a la normalización de su condición sexual en su ámbito más personal no ha sido fácil. “Cuando uno se enfrenta a la vida con normalidad creo que es más fácil encarar tu vida. Esto es algo de lo que no pueden disfrutar muchos, pero yo también he pagado una cuota para llegar hasta aquí. Tuve una fractura familia, de seis años y rompí esos lazos familiares. Todo esto son heridas que van cicatrizando, pero que están ahí y sigues mirando”, se sincera.Aquella cicatriz ya va sanando, sobre todo tras retomar las relaciones familiares y, en especial, con su madre.
Pro orgullo gay y obsesionado con que la sociedad española acepte que la homosexualidad no es un problema, Grande-Marlaska ha decidido vivir su vida asumiendo los riesgos y los peligros de haber renunciado en 2012 a su escolta después de que el Ministerio del Interior redujera de 700 a 100 el número de guardaespaldas para jueces y magistrados. “Lo asumo porque también me apetece vivir. No es fácil”.
Poco dado a conceder entrevistas a pesar de ser un personaje muy tentador para los medios de comunicación, Fernando Grande-Marlaska siempre ha intentado restar la importancia que le da su cargo como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para evitar que cualquier declaración suya se convierta en titular.
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