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Un Miró, el tercero en discordia en la batalla entre Marina Castaño y el hijo de Cela
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EL ESCRITOR LO ACUCHILLÓ AL SABER QUE ERA FALSO

Un Miró, el tercero en discordia en la batalla entre Marina Castaño y el hijo de Cela

Cela presumió ante Miró que poseía una de sus obras. El artista catalán negó ser el autor del cuadro, por lo que el escritor lo rasgó con un cuchillo en un arrebato

Foto: La periodista Marina Castaño y el escritor Camilo José Cela, en una imagen de archivo (Gtres)
La periodista Marina Castaño y el escritor Camilo José Cela, en una imagen de archivo (Gtres)

En el nuevo varapalo judicial a Marina Castaño, asestado por el Tribunal Supremo este martes confirmando la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en enero de 2010 en la que se reconoce el derecho del hijo de Camilo José Cela a recibir las dos terceras partes de su herencia, ha jugado un papel protagonista un lienzo de Joan Miró. El óleo, conocido popularmente como “el cuadro rasgado” por haber sido acuchillado por el afamado escritor en un arrebato de ira, se tasó por un valor de mercado de 100.970 euros, una cuantía muy inferior a la que le correspondía al vástago del literato, Camilo José Cela Conde, como así ha fallado finalmente el alto tribunal.

Este lienzo, que se ha convertido en el protagonista inerte de una dura batalla judicial, estaba colgado en una de las paredes de la mansión que Cela poseía en Palma de Mallorca. El escritor y su primera esposa, Rosario Conde, atesoraban una íntima amistad con el artista catalán, a quien invitaron en una ocasión a su residencia de verano para admirar su supuesta obra. Juan Miró, sorprendido, negó que la pieza fuese obra suya, momento en el cual el escritor, en un arrebato, le asestó una puñalada a la tela para mostrar su enfado.

Con la intención de remediar dicho destrozo, Rosario no dudó en coger aguja e hilo y coser la tela para tratar de reconstruirla. Más tarde se la llevó al taller del propio Miró, que decidió tener un gesto con sus amigos y plasmar sobre la misma una de sus obras. En la parte trasera del cuadro que ahora se conoce como “el cuadro rasgado”, el artista escribió una dedicatoria para demostrar que, ahora sí, la obra era suya: “En recuerdo de una falsa tela apuñalada que dio nacimiento a una obra auténtica. A Camilo José Cela, su amigo, Miró”, dejando constancia de la curiosa anécdota.

Sin embargo, esta historia no revalorizó en demasía la pieza de Miró. Al menos no como consideraba el escritor, que legó en su testamento la obra a su vástago creyendo que con su venta se cubrían las dos terceras partes de la herencia que le correspondían. Así lo consideraba también Marina Castaño, pero ahora la justicia le ha quitado la razón. La creación de Miró fue vendida finalmente por 100.970 euros y, al no presentar la viuda de Cela un documento pericial que certificase un valor por encima de dicha cifra, la Audiencia Provincial de Madrid y después el Tribunal Supremo han dictaminado que el precio del “cuadro rasgado” es precisamente por el que se vendió, zanjando así las quejas de Marina Castaño que mantenía que la transacción se realizó muy por debajo de su precio de mercado.

En el nuevo varapalo judicial a Marina Castaño, asestado por el Tribunal Supremo este martes confirmando la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en enero de 2010 en la que se reconoce el derecho del hijo de Camilo José Cela a recibir las dos terceras partes de su herencia, ha jugado un papel protagonista un lienzo de Joan Miró. El óleo, conocido popularmente como “el cuadro rasgado” por haber sido acuchillado por el afamado escritor en un arrebato de ira, se tasó por un valor de mercado de 100.970 euros, una cuantía muy inferior a la que le correspondía al vástago del literato, Camilo José Cela Conde, como así ha fallado finalmente el alto tribunal.

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