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La baronesa Thyssen: "No he manipulado las memorias de mi marido"
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La baronesa Thyssen: "No he manipulado las memorias de mi marido"

La baronesa ha presentado las memorias de su marido, en las que habla de sus exmujeres y de la relación con sus hijos. Sólo Tita y Borja salen bien parados

El lugar elegido por Carmen Cervera para presentar el libro de memorias de su marido, Yo, el barón Thyssen, no podía ser otro que el museo que lleva su nombre. Vestida con un conjunto de pantalón y chaqueta negra, una blusa blanca de seda y sus inseparables esmeraldas,Tita estaba más pendiente de la llegada de su hijo, con el que ya se entiende, quedel acto en sí.

Una hora más tarde de lo previsto, Borja apareció acompañado de una embarazadísima Blanca Cuesta. Una puesta en escena sobria donde lo más interesante fueron las respuestas que Carmen Cervera regaló cuandofinalizó el acto. A pie de pista, como quien dice, explicóque su marido estaría feliz con su iniciativa.

El amanuense de esta biografía ha sido José Antonio Olivar, que conoce a la protagonista colateral de la novela cuando sólo era Tita Cervera, una mujer que lo único que quería era divertirse y no existía la más remota posibilidad de que el barón se cruzara en su camino. Sin embargo, no sólo se cruzó sino que se casó con ella.

Cartel de la portada del libro (Gtres)La parte amorosa del libro es quizá lo más interesante de esta especie de ajuste de cuentas del barón con sus cuatro exmujeres desde el más allá.La única que sale ilesa es Carmenya que los hijos del barón tampoco quedan en buen lugar, salvo Borja que, como era de esperar, aparececomo un querubín querido y mimado por su padre adoptivo. Una recreación de la vida del barón supervisada por su mujer y escrita en primera persona.

En la noche de autos un gran cartel con la imagen del barón se descolgó solo. Hubo quien comentó que era un toque de atención desde la tercera dimensión.

Pregunta: Carmen ¿no le importa que digan que este libro es una buena novela de ficción?

Respuesta: Que digan lo que quieran. Mi marido dejó muchas cintas grabadas donde contaba su vida y lo que siempre quiso era que se publicaran sus memorias.

P: ¿Y no están manipuladas? La única que sale bien parada es usted y su hijo.

R: Lo único que he hecho ha sido ordenar esas grabaciones y José Antonio Olivar darlas formas. No manipulo nada porque ahí están sus declaraciones, sus vivencias….

P: ¿Realmente cree que el barón estaría contento con el contenido de este libro?

R: ¿Por qué no? Era el proyecto que no pudo llevar a cabo porque las personas a las que se lo encargó en su momento no cumplieron el trato.

P: Se lo digo porque él quería mucho a su hija Francesca y en varios capítulos queda como un trapo. En su boca aparece la siguiente frase: “Mi hija nunca demostró cariño ni preocupación por mí”.

R: Así lo debía sentir él cuando así lo dejó grabado.

P: ¿Francesca sabe de esta autobiografía de su padre?

R: Se lo conté por teléfono y quedamos en que la enviaría el libro. El problema es que ella no sabe español y el libro aún no está traducido.

P: ¿Cómo se lleva con ella?

R: Nuestra relación es como una noria. Unas veces arriba y otras abajo.

P: Sus ex mujeres aparecen como damas despiadadas, interesadas solo por el dinero, egoístas e infieles y con hijos extramatrimoniales que colocan como propios al barón, ¿Un ajuste de cuentas desde el más allá?

R: Eso dice Heiny y, por lo tanto, yo lo he respetado. No puedo cambiar sus palabras porque sería una traición.

P: Usted es muy esotérica. ¿Cuándo perfilaba el libro con Olivar pensaba que su marido leestaba ayudando?

R: Claro que sí. Él siempre ha estado presente en mi vida. Muchas veces al escuchar su voz se me saltaban las lágrimas de emoción. Heiny está aquí, pensaba.

P: ¿Tieneintención de llevar el libro al cine?

R: No estaría mal.

P: ¿Quién interpretaría el papel del barón?

R: Me gusta George Clooney. Y de joven, Keanu Reeves

P: ¿Y el de usted?

R: Nicole Kidman, por ejemplo.

El lugar elegido por Carmen Cervera para presentar el libro de memorias de su marido, Yo, el barón Thyssen, no podía ser otro que el museo que lleva su nombre. Vestida con un conjunto de pantalón y chaqueta negra, una blusa blanca de seda y sus inseparables esmeraldas,Tita estaba más pendiente de la llegada de su hijo, con el que ya se entiende, quedel acto en sí.

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