Isabel Pantoja ante el apoyo de sus fans: "Que Dios reparta suerte"
La tonadillera hizo vibrar este viernes por la noche el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza con su 'Hasta que se apague el sol', un nuevo espectáculo
![Foto: La cantante, durante el concierto (Gtres)](https://images.ecestaticos.com/E9sO8rcmhhHdNFO9Pspb4YXUj3Q=/423x239:4895x3263/992x700/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F244%2F710%2Ff3f%2F244710f3f85919ccc629af37748c86e1.jpg)
Durante algo más de dos horas de concierto, la cantante demostró su arte, su voz cargada de sentimiento, y su puesta en escena con la que supo conectar con su público desde el principio casi hasta el final, cuando se marchó sin más del escenario, sin hacer ninguna concesión a un entregado pabellón, que le pedía una y otra vez una canción más, que no sonó. Ni una sola.
Al grito de "guapa", "viva la madre que te parió" o "estamos contigo reina", iban sonando las canciones, en alguna de las cuales lanzó sutiles mensajes, como el de que "no me hagan más daño", y que aprovechó para decir cuando entonaba la canción de Así fue; o como cuando al acabar un tema el público lanzó un "viva la Pantoja”, a lo que ella respondió: "Viva, pese a quien pese".
A partir de 30 euros ya se podía adquirir una entrada para el espectáculo, en el que se combinaron coplas, baladas y flamenco. La tonadillera tiene programados tres conciertos, uno el 18 de octubre en Huércal-Overa (Almería), otro el 22 de noviembre, en Oviedo, y el tercero el 28 de noviembre en el Palacio de los Deportes de Madrid, respectivamente.
A la puerta había expectación por si este fuera el último concierto de la tonadillera, antes de entrar en prisión, no solo de los múltiples medios de comunicación, que acudieron a cubrir el acto. La artista fue condenada en abril de 2013 a dos años de prisión, en un proceso en el que también fueron condenados el exnovio de la cantante y exalcalde de Marbella (Málaga), Julián Muñoz; la que fuera esposa de éste, Maite Zaldívar, y otras cuatro personas.
Durante algo más de dos horas de concierto, la cantante demostró su arte, su voz cargada de sentimiento, y su puesta en escena con la que supo conectar con su público desde el principio casi hasta el final, cuando se marchó sin más del escenario, sin hacer ninguna concesión a un entregado pabellón, que le pedía una y otra vez una canción más, que no sonó. Ni una sola.