Carla Pereyra, la sensual novia de Simeone que le dejó sólo en los premios LFP

Carla Pereyra fue una de las grandes ausentes de la gala de los premios de la LFP (Liga de Fútbol Profesional). La joven novia de Diego Simeone es una habitual del Vicente Calderón siempre que el Atlético juega un partido y celebra con el mismo fervor que los aficionados cada una de sus victorias. Su presencia en tan importante evento deportivo era cuanto menos previsible, máxime cuando su pareja era uno de los galardonados.

Simeone obtuvo el premio a Mejor Entrenador de la Liga de la temporada pasada tras llevar a su equipo a lo más alto de la clasificación. Junto a Cristiano Ronaldo, fue uno de los protagonistas de la noche, pero, a diferencia del portugués, Simeone acudió solo. Ni rastro de una Carla Pereyra que bien podría haber hecho sombra a Irina Shayk o a la espectacular mujer de Keylor Navas, Andrea Salas.

Cualidades no le faltan, tal y como ha demostrado la modelo a través de su cuenta personal de Twitter. La argentina subía hace sólo unos días una foto en la que se la veía tumbada a bordo de un yate en las aguas de Formentera. Con esa imagen, Carla pretendía decirle adiós a un verano que se resiste a marcharse.

Visiblemente más delgada, con gafas de sol y un escueto bikini negro posaba la joven para hacer las delicias de sus seguidores. Tal y como ella misma muestra en las redes sociales su figura es fruto no sólo de la genética sino también de duras jornadas de boxeo y running. Un deporte que también practica junto a Diego cada vez que tienen ocasión.

Una pareja muy discreta

A pesar de que la noticia de su noviazgo levantó mucha expectación el pasado mes de abril, el tiempo ha logrado que ya apenas se hable de ellos. La discreción ha sido la línea a seguir de la pareja y sólo el Twitter de Carla da pistas sobre los planes que hacen juntos. Más allá de las veces que la modelo acompaña a su chico al campo, Carla y Diego disfrutan de románticas escapadas y cenas como podría hacer cualquier pareja.

Sin embargo, no quieren oír hablar de formalizar su noviazgo. Tal y como confesaba la modelo a Vanitatis hace unos meses, ella es demasiado joven para pensar en boda –sólo tiene 26 años y Diego, 43– y prefieren seguir como están.