La vida de jubilado de Rafael Spottorno, exjefe de la Casa del Rey
Ha pasado de estar única y exclusivamente dedicado a sus funciones al frente de la Casa Real, con horario 'full time', a disponer de mucho tiempo libre para su disfrute
La proclamación de Felipe VI como nuevo Jefe de Estado trajo nuevos aires al palacio de La Zarzuela. Además de establecer una serie de medidas relacionadas con la Ley de Transparencia, hubo cambios estructurales en el organigrama de la Casa que afianzaron a unos y rebajaron o eliminaron el poder a otros. Uno de ellos fue Rafael Spottorno, quien durante años manejó y organizó los entresijos de Zarzuela. Desde el 30 de septiembre de 2011 y hasta el 24 de junio del 2014, desempeño el cargo de jefe de la Casa del Rey.
Le sustituyó Jaime Alfonsín y, a partir de ese momento, la vida del diplomático cambió por completo. De estar única y exclusivamente dedicado a sus funciones, con horario full time, ha pasado a disponer de mucho tiempo libre, como cualquier jubilado, aunque en su caso sea un jubilado de lujo. Su nombramiento como consejero privado y externo de Felipe VI –del que dimitió hace un mes por el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid– fue más un agradecimiento por los servicios prestados al Rey saliente que una dedicación con verdaderas obligaciones laborales.
Desde aquel 24 de junio comenzó una nueva vida. El teléfono sonaba mucho menos, las cenas y almuerzos 'profesionales'ya no eran tan habituales y, por eso, ahora puede permitirse el lujo de acudir al Holiday Gym más cercano a su domicilio del barrio de Salamanca en un horario incompatible con su anterior cargo. El diplomático llega sobre las diez de la mañana a las instalaciones del centro deportivo acompañado generalmente de Blanca, la hija que recientemente le ha convertido en abuelo.
Durante unas horas, padre e hija se ponen en forma. No tiene preparador personal y realiza su tabla de gimnasia a su libre albedrío. Primero cinta de correr, después bici y de ahí pasan a la sala de pesas. No suele relacionarse con el resto de clientes, solo habla con su hija. Se aísla con los cascos y una vez que ha terminado sus ejercicios la espera y ambos, en ropa deportiva, abandonan el local hasta la siguiente sesión. A veces se acercan a la tienda de regalos y vajillas de porcelana que regenta su mujer, muy cerca del gimnasio. Para Spottorno, de 69 años, las horas del día tienen ahora otra dimensión.
Dicen los que conocen el entramado de Zarzuela que el diplomático ha sido uno de los leales a los que públicamente se le ha agradecido su dedicación durante tantos años al servicio de la Corona. “Ni con Sabino Fernández Camposni Puig de la Bellacasa y otros hubo esa deferencia”, aseguran. Quizá ese cambio de talante tenga que ver con la nueva hoja de ruta marcada por el Rey saliente. Una manera de actuar que hizo que cuando el nombre de Spottorno figuró unido al turbio asunto de las tarjetas blackde Caja Madrid, con la que se gastó 223.900 euros, se le aconsejara dimitir. Rafael Spottorno, quien fuera el jefe de la Casa del Rey en la última era Juan Carlos I, ahora es un jubilado de lujo con todo el tiempo del mundo para hacer lo que le venga en gana.
La proclamación de Felipe VI como nuevo Jefe de Estado trajo nuevos aires al palacio de La Zarzuela. Además de establecer una serie de medidas relacionadas con la Ley de Transparencia, hubo cambios estructurales en el organigrama de la Casa que afianzaron a unos y rebajaron o eliminaron el poder a otros. Uno de ellos fue Rafael Spottorno, quien durante años manejó y organizó los entresijos de Zarzuela. Desde el 30 de septiembre de 2011 y hasta el 24 de junio del 2014, desempeño el cargo de jefe de la Casa del Rey.