Verdasco, el mejor bálsamo para Ana Boyer

La vida puso a prueba a Ana Boyer el pasado 29 de septiembre. Enamorada y con un trabajo estable en una consultora estratégica que le permite viajar al extranjero, la hija de Isabel Preysler no podía imaginar que su idílica vida podía dar un giro inesperado hace tan solo mes y medio.

La muerte de su padre, Miguel Boyer,a los 75 años de edadtras sufrir una embolia pulmonar supuso un duro golpe para la joven, que aún no se ha recuperado de una pérdida en la que la soledad ha sido atenuada por Fernando Verdasco, con quien mantiene una relación desde hace algomás de un año. Poco a poco, Ana regresa a su día a día, sobre todo gracias a la ayuda del tenista, con quien se ha escapado unos días para celebrar su primer aniversario y poner distancia entre la realidad y los recuerdos.

A pesar de que ambos viven con discreción una relación que sorprendió a finales del pasado verano, el tenista ha demostrado en las últimas semanas que por encima de sus compromisos profesionales están los personales. De hecho, Verdasco estaba en China cuando se enteró de la muerte de Miguel Boyer y no dudó en coger un avión para llegar a tiempo al entierro.

Vestido de negro ycon la mirada escondida tras unas oscuras gafas de sol, el tenista se convirtió no solo en el apoyo de Ana Boyer, de quien estaba pendiente en todo momento, sino de Isabel Preysler, a quien cogió de la mano en el trayecto desde el coche hasta la entrada del cementerio protagonizando una de las imágenes del último adiós al exministro socialista.