Las primeras 24 horas de Pantoja en prisión

Isabel Pantoja ya es una presa más en la prisión de Alcalá de Guadaíra y, como tal, ha tenido que cumplir las normas y protocolos que marca Instituciones Penitenciarias. Para todas las condenadas es igual y no se hacen excepciones.

Nada más llegar ha tenido que entregar sus enseres personales, que se le devuelven cuando ya está instalada en el módulo que le corresponde y una vez que son supervisados por una funcionaria. A continuación se le han tomado las huellas dactilares y se le han realizado varias fotografías para la ficha penitenciaria. Este procedimiento no suele durar más de media hora.

Después ha tocado el turno del traslado al llamado módulo de observación, donde continúan los formalismos. El primer paso es la valoración del médico, que realiza un informe del estado de la interna. En el caso de Pantoja, no ha habido que recetar ninguna medicación ni tranquilizantes, como a veces sucede con personas que, como ella, nunca han pasado por esta situación. Aseguran que Isabel Pantoja se ha estado preparando para estos momentos desde que supo hace unas semanas que no había posibilidad de paralizar la condena.

Durante estas primeras 24 horas, no hay relación directa con el resto de reclusas, salvo con una interna que sirve de apoyo. En el caso de que vea algo fuera de lo normal o se derrumbe emocionalmente, la veterana avisa a los funcionarios.

Ya ha realizado su primera llamada

Previamente, a Isabel Pantoja se le ha entregado el “peculio”, que es el dinero que se utiliza en la cárcel. A razón de 60 euros semanales para comprar en el economato y hablar por teléfono. Los móviles están prohibidos. Isabel Pantoja tiene derecho a una llamada diaria de cuatro minutos y ya ha hecho la primera. Ha sido a su casa, para decir que está bien.

Este fin de semana Pantoja recibirá sus primeras visitas, que ha tenido que pedir previamente por escrito y que deben formar parte del núcleo familiar directo: padres, hijos y hermanos. Más adelante, podrá hacerlo con otras personas, para lo que también tendrá que rellenar un formulario y explicar qué relación tienen con ella. Además, cada 21 días tiene derecho a una comunicación familiar ordinaria (sin mampara) y encuentros íntimos, que en el caso de Isabel se puede sustituir por visitas familiares.

En la prisión de Alcalá de Guadaíra, la cena se fija a las 20:00 horas y después dejan un tiempo para ver la televisión en la sala común o en las celdas, utilizar el ordenador (sin Internet), leer o charlar. A las 21:00 de la noche se cierran las celdas manualmente y se apaga la luz general, pero no las individuales. En esta cárcel existe la posibilidad de que la artista no tenga que compartir celda, pero lo que no hay son duchas individuales; son todas comunes.

¿Y ahora qué?

El abogado Marcos García Montes explica a Vanitatis los tiempos legales que vivirá Isabel Pantoja a partir de ahora: “Dentro de dos meses se hará un informe que servirá para que opte al segundo grado. A los seis meses se solicitará un permiso, aunque lo habitual es que se conceda a los ocho meses. También hay excepciones para situaciones extremas, como la situación crítica o muerte de un familiar. Estos permisos suelen tener una duración de tres a cinco días. Después, a los 18 meses y con buenos informes, tendrá derecho a la libertad condicional”. Aunque, como afirma el letrado, “no hay que olvidar que hay tres requisitos indispensables para los permisos: reconocer la culpabilidad, pedir perdón y reparar el daño causado”.