Ortega Cano prepara sus memorias para publicarlas a su salida de prisión

Ocho meses. 245 días que dan para mucho cuando se vive entre cuatro paredes. Durante todo este tiempo José Ortega Cano ya se ha acostumbrado a estar en prisión y según él mismo ha dicho se encuentra bastante bien allí, todo lo bien que se puede estar cumpliendo condena, obviamente. “En la cárcel hay mucho tiempo para pensar y madurar el futuro de mi vida”, declaraba a los medios esta semana mientras disfrutaba de su primer permiso carcelario.

Y es que el diestro no quiere bajar los brazos y malgastar su estancia en Zuera. Hace deporte, lleva una vida tranquila y sana, y además está aprovechando para escribir las que serán sus memorias más sinceras. Dicen fuentes cercanas al torero que todos los días dedica al menos una hora a escribir un diario en el que cuenta sus experiencias diarias en prisión y recuerda los momentos de su vida previa a Zuera.

Una vida marcada principalmente por su fatal accidente y por la mala relación que ha mantenido con su hijo José Fernando, cuya conducta, adicciones y entrada en prisión han generado más de un disgusto a su progenitor. Aunque en la actualidad la relación entre padre e hijo está más sana que nunca debido al internamiento del joven en la clínica López Ibor y los deseos de este por cambiar su vida, lo cierto es que hasta la entrada en la cárcel de Ortega Cano la familia parecía desmoronarse. Solo su hija Gloria Camila, su pareja, Ana María Aldón, y el pequeño José María hacían su vida más agradable.

Ellos serán precisamente los que mejor parados salgan en las memorias que actualmente prepara el matador y que planea publicar una vez cumpla su pena. Sin embargo, según ha podido confirmar Vanitatis, la obra que está escribiendo Ortega Cano hace sobre todo referencia a los capítulos que anteceden a la irrupción de Ana María en la vida del torero. Este recuerda principalmente sus días al lado de Rocío Jurado y los momentos posteriores a su muerte. Una muerte que supuso un punto de inflexión en su vida y que dio lugar a una espiral de desgracias solo combatidas con la llegada de su primer hijo biológico en febrero de 2013.

La pérdida de ‘su’ Rocío

'La más grande' ocupará buena parte de sus memorias, la más feliz, pero su desaparición también gozará de protagonismo. Con la pérdida de la tonadillera, su viudo firmó su declive personal. Problemas con el alcohol, la difícil conducta de un hijo adolescente que una vez cumplió la mayoría de edad se volvió indomable, su accidente y una áspera relación con su familia política marcaron el periodo vital de Ortega Cano posterior a la muerte de la chipionera.

Precisamente la tensa relación con los Mohedano y con Rocío Carrasco será la parte más interesante. En pocas ocasiones ambas partes se han manifestado sobre el casi inexistente vínculo que mantienen, pero lo cierto es que Ortega y sus hijos solo se hablan con Gloria Mohedano. Ni con Rocío Carrasco ni con Amador hay postales navideñas ni felicitaciones por los cumpleaños. Los motivos de la ruptura entre ellos todavía es una incógnita y quién sabe si las memorias serán capaces de desvelarla. Todo depende del dinero que haya sobre la mesa. La prisión puede ser también rentable.