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Ortega Cano Reinserciones SL
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los privilegios del diestro en prisión

Ortega Cano Reinserciones SL

“Usted saldrá de la cárcel el último día de condena”. La frase se la dijo el director de la prisión de Zuera a un recluso.El trato hacia el torero, en cambio, es diferente

Foto: El torero en una imagen de archivo (Gtres)
El torero en una imagen de archivo (Gtres)

“Usted saldrá de la cárcel el último día de condena”. La frase se la dijo el director de la prisión de Zuera (Zaragoza) al recluso Sebastián Bibiloni. Llevaba semanas en huelga de hambre en protesta por un permiso denegado. De modo arbitrario, nos asegura su abogada, pues su cliente reunía todas las condiciones exigidas por la normativa penitenciaria. Sucedió el verano pasado. En la misma prisión, el nuevo interno José Ortega Cano recibía por esas fechas un trato completamente opuesto al que la letrada Pilar Alda nos relata al otro lado del teléfono. El diestro, que cumple condena desde el 23 de abril de 2014, no limpia como los demás, no hace colas en el economato, goza de llamadas ilimitadas y recibió un colchón nuevo nada más pisar la cárcel, nos aseguran familiares de varios reclusos.

“Mi cliente salió el diez de octubre, fecha del fin de su condena, como le aseguró el director de la prisión. No se le concedió el permiso que solicitaba y eso que le faltaban tres meses para salir en libertad. Su tercer grado se retrasó de modo incomprensible. En cambio, con Ortega Cano vemos que han sido extremadamente rápidos a la hora de darle su primer permiso. Claro que hay un doble rasero. Un interno solicita un televisor para su celda, ya sea pagándolo o alquilándolo, y debe esperar 20 días. Ortega Cano lo tuvo al día siguiente”.

Esa diferencia de trato comenzó antes incluso de que el diestro pusiera el pie en Aragón. Días antes de que José Ortega Cano ingresase en prisión por el homicidio imprudente de Carlos Parra, los internos del módulo que lo acogería recibieron una charla. “Está protegido desde el primer día. Nada de pedirle dinero, nada de pedirle favores. El diestro tiene dinero y con dinero, dentro de una prisión, se compran favores”, nos explica la abogada. Y así está ocurriendo. Nos lo confirman familiares de, al menos, dos internos. Ortega Cano no era un preso más. Se le asignó un grupo de entre tres y cuatro reclusos de confianza para que su estancia fuese más cómoda. Un interno colombiano, respetado por funcionarios e internos, es hoy su sombra. Nadie se atreve a fastidiar al torero. Y él, nos aseguran, está dispuesto a compensar la gentileza de sus compañeros más próximos. Según ha podido saber Vanitatis por voz de familiares directos, Ortega Cano ha prometido un puesto de trabajo a varios reclusos una vez cumplan sus condenas. Si Mario Conde, licenciado cum laude en Derecho por la universidad de Deusto, elaboraba recursos para sus compañeros de Alcalá-Meco, el torero reconvertido en empresario hostelero afianza su buena fama en prisión asegurando puestos de camarero en sus locales. Particularmente, en los de su división levantina.

Los negocios del torero

El viudo de Rocío Jurado abrió hace más de 20 años en San Sebastián de los Reyes (Madrid) el restaurante El rincón de Ortega Cano. Le siguieron otros dos establecimientos, uno en la misma localidad y otro en la vecina Alcobendas. Este mismo verano puso en marcha la cervecería El Velador, en Benidorm (Alicante), especializada en tapas y carnes a la brasa pero con una nutrida variedad de batidos y helados. Su hija, Gloria Camila, es autora de la Copa Glo, no apta para diabéticos: bolas de nata, fresa y galletas oreo. Naturalmente, la marcha del negocio no ha necesitado de la presencia del diestro, recluido ya por esas fechas en el penal de Zuera. Tiene un apoderado de máxima confianza. Quien administra sus industrias mientras él cumple condena es su cuñado Aniceto Esteban.

El torero fundó en noviembre de 2013 la sociedad Orteunión Espectáculos SL y el 16 de abril de 2014, una semana antes de ingresar en prisión, nombró apoderado de la misma a Aniceto. La sede de Orteunión Espectáculos SL se emplaza en el edificio Cibeles, también de Benidorm, y su teléfono corresponde al de la cervecería El Velador. Cosas de toreros. Según reza la nota del Registro Mercantil, se trata de una sociedad creada para el “desarrollo de todo tipo de actividades artísticas, la organización de espectáculos artísticos, taurinos, deportivos y de cualquier otro tipo, la representación de artistas, profesionales del deporte y toreros, así como de pintores, escultores, ceramistas y similares, la organización de congresos y la gestión de salas de espectáculos”. Hemos visto concretada la ambiciosa descripción de Orteunión Espectáculos en la organización de la feria taurina de Cieza (Murcia) este pasado verano y hasta poco antes de entrar en prisión, Ortega Cano estaba en negociaciones para gestionar la de Benidorm. La de Plasencia continúa siendo de titularidad pública, contrariamente a lo que se ha publicado.

Pocas semanas antes de ingresar en Zuera, el diestro se desplazó a la localidad alicantina para supervisar las obras de un segundo negocio en la misma calle de El Velador. Quizá sea el futuro Rincón de Ortega Cano IV. Se trata del antiguo restaurante Don César, en los bajos de un bloque de apartamentos homónimo y apenas a 25 metros de El Velador. El local consta de dos plantas y 150 m2 frente a la playa por el que podría pagar hasta 8.400 euros de alquiler mensuales, según explicó al programa Sálvame el anterior arrendatario. Si el torero es fiel a la palabra dada entre rejas, va a necesitar personal muy pronto.

“Un preso no puede ir a hablar con él porque lo tienen prohibido”

Volvamos a la prisión. La protección que los funcionarios ejercen sobre Ortega Cano se deja notar en los pasillos de Zuera. “Por supuesto que hay trato de favor. Un preso normal no puede ir a hablar con él porque lo tienen prohibido. Entrar en el módulo de respeto hay que ganárselo, él ha entrado directamente. A mi marido y cuatro más lo han sacado de ese módulo por quejarse. No comparte celda con nadie”, aseguraba la mujer de un interno a las cámaras de Telecinco.

Varios internos se quejaron del trato de favor que recibió Ortega Cano desde el momento de su ingreso. Como resultado de sus protestas fueron cambiados de módulo. A uno peor. Donde puede verse sangre. No exageramos: en marzo de 2013 el Tribunal Supremo confirmó una pena 15 años para un preso que en 2010 asesinó a otro clavándole “un pincho” mientras dormía. Por eso Antonio, interno de Zuera y con domicilio en una pequeña localidad del Baix Penedès (Tarragona), está asustado. Era uno de los denominados ‘presos de confianza’, con tareas de mantenimiento asignadas y año y medio para salir en libertad. Cometió el error de criticar lo que no creyó justo.

Otros fueron más lejos y desobedecieron órdenes expresas dadas por la dirección de la prisión. Dentro de una cárcel no existen los móviles. Ningún preso puede tener uno. Pero los tienen. No es necesario que nos lo asegure un funcionario o un abogado. Quien suscribe esta crónica lo ha comprobado. El Programa de Ana Rosa reveló en mayo pasado que dos internos grabaron al diestro en su rutina carcelaria para tratar de comerciar con las imágenes. El vídeo fue intervenido por los funcionarios y Vanitatis ha podido saber que al menos uno de ellos fue trasladado al complejo penitenciario de El Puerto de Santa María (Cádiz).

Resulta llamativo que hayamos visto tras las rejas a Luis Bárcenas (extesorero del PP), Gerardo Díaz Ferrán (expresidente de la CEOE) y Francisco Granados (exsenador) y la administración consiga preservar tan eficazmente la intimidad de un torero. El mallorquín Sebastián Bibiloni, con quien abríamos el artículo, compartió con el diestro estancia en la enfermería de Zuera, el lugar preferido del torero durante las primeras semanas de su estancia en prisión. Agotados todos los informes médicos posibles para dilatar su ingreso, una vez dentro continuó quejándose de diversas dolencias. “Nada que objetar contra él en el trato personal. Mi cliente me dijo que era un tío majo. Pero me duele que obtenga beneficios carcelarios a la primera y alguien que se lo merece, tenga que ponerse en huelga de hambre para conseguir lo que es justo”.

“Usted saldrá de la cárcel el último día de condena”. La frase se la dijo el director de la prisión de Zuera (Zaragoza) al recluso Sebastián Bibiloni. Llevaba semanas en huelga de hambre en protesta por un permiso denegado. De modo arbitrario, nos asegura su abogada, pues su cliente reunía todas las condiciones exigidas por la normativa penitenciaria. Sucedió el verano pasado. En la misma prisión, el nuevo interno José Ortega Cano recibía por esas fechas un trato completamente opuesto al que la letrada Pilar Alda nos relata al otro lado del teléfono. El diestro, que cumple condena desde el 23 de abril de 2014, no limpia como los demás, no hace colas en el economato, goza de llamadas ilimitadas y recibió un colchón nuevo nada más pisar la cárcel, nos aseguran familiares de varios reclusos.

José Ortega Cano Gloria Camila Ortega Mohedano
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