Estalla la guerra entre Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova

Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova han sido durante años un ejemplo a seguir como exmatrimonio. De forma habitual se les podía ver acudiendo a actos públicos, pasando las vacaciones en familia e incluso la mexicana llegó a formar parte de la Fundación Casa de Alba durante los últimos años de vida de Cayetana Fitz-James Stuart. Sin embargo, esa apacible y cordial relación entre los dos ha tocado a su fin y, aunque tarde, siete años después, han empezado a surgir los primeros roces entre ellos.

Sin embargo, este acuerdo tendría para el conde de Salvatierra las horas contadas. Su situación ha cambiado notablemente en los últimos meses y ve necesaria una reforma urgente de las condiciones. Primero porque el fallecimiento de su madre le obliga a abandonar su residencia en Liria –ahora es su hermano Carlos el propietario– y buscar una nueva vivienda, y segundo, porque sus dos hijos están estudiando desde septiembre en un internado británico y por ellos ya está pagando los 40.000 euros por hijo que cuesta el curso escolar en tan elitista centro.

¿Camino de los juzgados?

Por estos dos motivos y porque considera que Genoveva es una mujer independiente a nivel económico, Cayetano ha pedido a la madre de sus hijos dejar de pagar de forma indefinida la vivienda familiar de Pintor Rosales. Una decisión con la que la mexicana no está de acuerdo y que discute argumentando que sus hijos vienen algunos fines de semana y estarán de nuevo en España el próximo mes de junio.

De este modo, la disputa entre los dos ex está servida y caben pocas opciones de negociación. Cayetano pide cambiar el convenio de divorcio y que la custodia pase a ser compartida, pero Genoveva no está por la labor. Vanitatis ha podido saber por fuentes del entorno de la exnuera de la duquesa, que ella quiere solucionar el conflicto con Cayetano sin tener que llegar a juicio. Creen que ambos pueden llegar a un entendimiento, pero de no ser así será necesario acudir a los juzgados, ese escenario en el que nunca antes habían tenido que verse las caras.