Pedro Sánchez vuelve a tirar de esposa en su calculado tour televisivo

La estrategia de Pedro Sánchez desde que consiguió liderar el PSOE en julio de 2014 pasa por acaparar no solo la atención política de los votantes, sino también la mediática. Aparecer en televisión más allá de las tertulias, debates y noticias de informativos está haciendo al secretario general de los socialistas conocido para el gran público, ese que actualmente no encuentra en la política su contenido predilecto a la hora de encender la pequeña pantalla. Para continuar con su maniobra, la última estación del viaje televisivo de Sánchez son los Goya. A la gran fiesta del cine español el socialista no irá solo, le acompañará su mujer, Begoña Gómez, a la que hemos podido ir conociendo poquito a poco gracias al protagonismo que su marido le ha concedido en sus últimas intervenciones.

Será la primera vez que una esposa del líder de la oposición acuda a los Goya. Según ha trascendido por fuentes socialistas, la pareja se sentará en el Centro de Congresos Príncipe de Asturias de Madrid para dar su apoyo al sector de la cultura y, en concreto, del cine.

Sin embargo, más allá del ministro de Cultura de turno, no es muy habitual ver a altos cargos de la política siendo testigos directos de esta gran gala. De un tiempo a esta parte, la ceremonia se ha politizado y en los discursos de agradecimiento de los actores y directores premiados siempre se cuela alguna reivindicación que critica duramente al Gobierno, algo que, de momento, muchos prefieren seguir desde el confort de sus sillones.

El periplo televisivo de Sánchez

La presencia de Pedro Sánchez y Begoña Gómez en la alfombra roja –este año, rosa– de los Goya dará para protagonizar alguna página de la prensa del corazón. Un género en el que, según ha demostrado el político, también conviene moverse para llegar a todos los públicos. Sonadísima fue su llamada telefónica a Jorge Javier Vázquez mientras Sálvame era emitido en directo. Con él habló de la tauromaquia y el debate encendido que existe en torno a ella, pero su nombre en los rótulos de un programa de corazón que hace una audiencia media de dos millones y medio de espectadores le hizo meterse en el bolsillo a más de uno.

Ahí empezó la estrategia, pero su irrupción en Sálvame era solo el principio de un periplo televisivo que iría mucho más allá de las tertulias políticas de Ana Rosa, Espejo Público, Un tiempo nuevo, Al rojo vivo o Los desayunos de TVE. Tras el programa fetiche de La Fábrica de la Tele llegaría El hormiguero (donde en contadísimas ocasiones han acudido políticos y muchísimo menos del PP y el PSOE) y Viajando con Chester, y tras ellos, Planeta Calleja, donde por primera vez se mostraba la faceta más familiar de Sánchez.

Esa faceta incluía también a Begoña, que como si hubiese tenido cámaras en su casa toda su vida, se sentó en el sofá de su vivienda de Pozuelo de Alarcón (Madrid) para hablar con Jesús Calleja de su marido, de cómo le conoció y de cómo es él en su labor como padre. Tampoco pareció intimidada por las preguntas sobre su futuro como primera dama. Con naturalidad explicó que prefiere no tener que instalarse en Moncloa si Pedro sale elegido en las urnas, pero que si no queda otro remedio lo hará.

Desde que saltó a la esfera pública, Begoña se ha convertido en el máximo apoyo de Sánchez. “Ella es una mujer encantadora”, decían a Vanitatis fuentes del entorno de esta bilbaína cuando su personalidad era aún una incógnita. El mismo Pedro se ha encargado con el tiempo de despejarla y ese discreto papel que ocupaban hasta ahora las mujeres de los políticos empieza a tomar protagonismo. Pedro ya está empezando a sacarle provecho al más puro estilo americano, ¿quién será el siguiente en seguir sus pasos?