'Se vende': la fiebre que ataca a estrellas de todo el mundo
De Bon Jovi a Mariah Carey pasando por Miley Cyrus, Bruce Willis, Shakira y Pantoja. Una pandemia se extiende entre los famosos. Deudas, especulación y cambio de aires. Estas son las razones para vender sus mansiones
Jon Bon Jovi descorcha champán. Quizá una botella de Krug Clos d’Ambonay. No es para menos. Acaba de vender su ático en el SoHo por 34 millones de euros. Pedía algo más de 38, pero considerando que lo compró hace unos siete años por cerca de 22, el rockero ha hecho un buen negocio. Se trata de un dúplex de 700 m2 en uno de los barrios más caros de la Gran Manzana, si bien el ciudadano común apenas es capaz de entender tan exorbitante cifra. Le bastan su gigantesca mansión en Red Bank (New Jersey) y una propiedad más en East Hampton.
Bon Jovi no es la única estrella que está moviendo dinero en el sector inmobiliario; de hecho, medio Manhattan está en venta. Sarah Jessica Parker quiere deshacerse de un pisazo en Greenwich Village, la zona donde transcurría la mayor parte de la serie que la convirtió en icono, por 17 millones, dos menos de los que pedía en 2012. Karl Lagerfeld se vio obligado a rebajar la misma cantidad para ‘colocar’ un apartamento de 2.200 m2 cerca de Gramercy Park: de seis millones de euros en 2011 a cuatro millones en 2013.
Bruce Willis es, que sepamos, el actor que con más eficacia se está convirtiendo en casi un agente en nombre propio: su apartamento de Central Park West, en el edificio El Dorado –todo turista que haya pasado por allí sabe cuál es– está a la venta por alrededor de 12 millones de euros. La misma calle en que Glenn Close vendió su casa por 10 millones. El protagonista de La jungla de cristal consiguió vender este mismo verano su mansión de Benedict Canyon, en Beverly Hills, por 15 millones de euros, así como un rancho en Idaho y una discoteca que tenía a medias con Demi Moore (sí, aún) para comprar una propiedad en Bedford (condado de Nueva York) hace unos meses.
Áticos imposibles
Robert de Niro juega en otra liga y prefiere el alquiler. Naturalmente, a la medida de una estrella de su categoría: 96.000 euros al mes, de nuevo, en Central Park West. De todos modos, el ático más caro de Manhattan no pertenece a una estrella. No todavía. En enero se puso a la venta por 102 millones de euros y ni siquiera está construido. Una barbaridad de 3.700 m2 que estará listo en 2017, coronando un bloque de apartamentos en el 520 de Park Avenue, la calle que hizo (más) famosa La hoguera de las vanidades. El ático más caro hasta ahora continúa en el 15 de Central Park West; el magnate ruso Dimitry Rybolovlev se lo compró a su hija Ekaterina por 88 millones.
En la otra orilla del East River los precios no son tan altos. La actriz Michelle Williams (Brokeback Mountain) ha vendido hace menos de un mes su casa por 8,8 millones de euros, un edificio de tres plantas, terraza y bodega que le costó cerca de tres millones y medio en 2005. El área residencial más cool próxima a Nueva York son los Hamptons, donde se rodó la serie Revenge y donde venden casa Renée Zellweger (3,6 millones) y casaza Richard Gere (43,2). Alrededor de 4,5 millones de euros ha conseguido Donald Rumsfeld, exsecretario de Defensa de EEUU, por una mansión en Washington DC. Seguramente hubiese conseguido mejor precio de hallarse en la soleada California. Allí, Miley Cyrus, siempre de gira o en Instagram enseñando la lengua, ha vendido la suya por 5 millones y Mariah Carey, cantante residente en Las Vegas, por algo más de 8. En Miami, Shakira no sabe cómo sacarse de encima una amplia propiedad de un altura con piscina, embarcadero privado y una tan preciosa como inútil chimenea. Desde que se instaló en Barcelona apenas viaja a EEUU. De los casi 13 millones que pedía en 2013, ha rebajado la cifra a poco más de 11. Su exvecino LeBron James, que dejó los Miami Heat para volver a Cleveland, vende la suya por 17 millones.
Los españoles también cuelgan el cartel de ‘Se vende’
En Europa, por fin el exblaugrana Víctor Valdés consiguió vender un casoplón de corte futurista en Gavà, diseñado por Joaquín Torres, por una cantidad próxima a los 12 millones. La última de un total de cinco en el mismo municipio. El comprador es un ucraniano con bastante dinero y a quien le gusta el mar: el inmueble, que recuerda a un yate surrealista, está varado en primera línea de playa. Las inversiones del portero han resultado fuertemente improductivas y ha vendido acuciado por la necesidad de cash.
Razones distintas movieron al exmadridista Di María: el futbolista y su familia salieron corriendo de un palacete de Prestbury (Manchester) tras sufrir un intento de robo con ellos dentro. Se fueron a un hotel y pusieron su inversión en el mercado por 5,7 millones de euros. El campeón Michael Schumacher (entendemos que su familia o apoderados) acaba de deshacerse de su mansión noruega de Trysil por 2,5 millones de euros.
Jon Bon Jovi descorcha champán. Quizá una botella de Krug Clos d’Ambonay. No es para menos. Acaba de vender su ático en el SoHo por 34 millones de euros. Pedía algo más de 38, pero considerando que lo compró hace unos siete años por cerca de 22, el rockero ha hecho un buen negocio. Se trata de un dúplex de 700 m2 en uno de los barrios más caros de la Gran Manzana, si bien el ciudadano común apenas es capaz de entender tan exorbitante cifra. Le bastan su gigantesca mansión en Red Bank (New Jersey) y una propiedad más en East Hampton.