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Kalina de Bulgaria, la hermana transgresora de Kardam
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siempre fue su mayor apoyo

Kalina de Bulgaria, la hermana transgresora de Kardam

Vive en Rabat con su marido, el aventurero Kitín Muñoz, y el hijo de ambos Simeón Hassan. Son datos de la princesa búlgara, que ejerció siempre de apoyo y confidente del fallecido Kardam

Foto: Kitin Muñoz y Kalina de Bulgaria (Vanitatis)
Kitin Muñoz y Kalina de Bulgaria (Vanitatis)

Kalina de Bulgaria vive en Rabat con su marido, el aventurero Kitín Muñoz, y el hijo de ambos Simeón Hassan, que el 25 de abril cumplirá siete años. La princesa búlgara es la pequeña y la única hija del ex rey Simeón y Margarita Gómez Acebo. Después de los cuatros chicos llegó ella, la niña que siempre se llevó muy bien con su hermano Kardam, que era también su padrino. Al ser el mayor, él la protegía y la defendía en casa cuando su mundo estrafalario y el de los adultos chocaba. Eso ocurría a menudo, sobre todo con la madre, que no llevaba nada bien la indumentaria y estilismo de Kalina. Unas veces aparecía con la cabeza medio rapada, otra de rubio platino y las menos de princesa búlgara. Y exactamente igual de original o excéntricas eran sus vestimentas cuando acudía a un acto social o a celebraciones de los parientes reales. Gracias a la influencia del primogénito, las presiones domésticas bajaron de intensidad hasta que la frase “son las cosas de Kalina” se convirtió en un comentario recurrente.

Para la princesa búlgara, la muerte de Kardam ha sido una doble tragedia. La primera fue cuando recibió la noticia del accidente que había sufrido su hermano, el 15 de agosto de 2008 con secuelas irreversibles. La segunda cuando la avisaron de su fallecimiento. Sabía que estaba ingresado pero, como en otras ocasiones, pensaba que el paciente conseguiría salir adelante. Esta vez no fue así.

Tomó el primer vuelo de Marruecos a España para despedir a su segundo protector, porque el primero siempre ha sido y será su padre el rey Simeón. Desde que nació, fue la preferida y la relación entre ambos es espléndida. Tanto es así que mientras él fue primer ministro de Bulgaria, al presentarse a las elecciones no como rey, sino como ciudadano candidato, Kalina se instaló en Sofía para darle apoyo emocional y afectivo mientras la esposa, Margarita Gómez Acebo se quedaba en Madrid.

“Mi padre es la persona más buena, mas integra e inteligente que conozco. Para mi es un ejemplo de vida”, decía hace unos meses en Sevilla cuando acudió a recoger un premio que le entregaron en el transcurso del SICAB. Fue él también el que le transmitió la pasión por los caballos. Una de las aficiones de Kalina, y a la que dedica parte del día en su vida cotidiana marroquí. “Monto una media de cuatro horas diarias y a mi hijo Simeón Hassan también le gusta mucho”, decía.

Una vida llena de actividades

Hace unos años, Kalina y Kitín Muñoz se instalaron en Rabat. Viven en un chalet en una de las zonas residenciales de la ciudad y mantienen una excelente relación con el rey Mohamed VI y su entorno. Simeón de Bulgaria fue asesor del padre del actual monarca a y de ahí que la amistad haya continuado con la segunda generación.

Kalina y su marido hacen poca vida social y, aunque reciben invitaciones de los responsables de las embajadas, incluida la española, prefieren llevar una existencia menos movida. Las principales actividades de Kalina son el deporte y los viajes relacionados con las labores (como embajador de buena Voluntad de la UNESCO) de Kitín Muñoz. Y, por supuesto, prioridad para el hijo Simeón Hassan. A sus siete años, el pequeño habla cuatro idiomas. Español con el padre, ingles con la madre, árabe con la cuidadora, francés y americano en el colegio.

Kitín Muñoz organiza la cita anual del Moussem Tan Tan en el desierto del Sáhara. Esta celebración fue declarada patrimonio intangible de la Humanidad en el 2005 y consiste en una especie de feria/ romería/fiesta ancestral de los pueblos nómadas que utilizaban ese lugar como punto de encuentro de las caravanas comerciales. A la misma asisten personalidades y aventureros de todo el mundo. Todos ellos fueron testigos de la simpatía del pequeño.

Por su parte, Kalina suele ser la atracción visual gracias a sus estilismos. Una de las últimas veces apareció en el desierto con turbante, gafas a lo Sarah Jessica Parker, collar y pulseras de pinchos, que no sorprendieron a las fuerzas vivas marroquís presentes pero sí al mundo aventurero neoyorkino. “Hacemos un buen equipo”, contaba orgulloso Kitín Muñoz hace unos meses en Sevilla. Para él su esposa es “la mujer más atractiva del mundo”.

La princesa búlgara y el aventurero se conocieron gracias a una amiga común que los presentó en la primavera del 2000. En aquel momento, Muñoz preparaba una de sus expediciones y viajaba continuamente. El destino hizo que estuviera en Madrid y aceptara la invitación de la amiga, que acudió a la cena acompañada de Kalina. A partir de ese día se hicieron inseparables a pesar de los 15 años de diferencia entre ambos y de la vida nómada de Kitín.

El 26 de octubre del 2002 se casaban en Bulgaria en Bórovets, a 73 kilómetros de Sofía, la capital búlgara en la que el bisabuelo de Kalina mandó construir, en el siglo XIX, tres palacios. Uno de ellos, el Zarska Bístritsa, fue el elegido para la celebración nupcial. En aquel momento, el rey Simeón era primer ministro y de ahí que la boda tuviera también cierto carácter oficial. Como era de esperar, Kalina sorprendió con su traje nupcial difícil de definir. Una especie de caftán con abrigo y, en vez de velo de tul, un pañuelo tupido. En la mayoría de las imágenes que se difundieron aparecíadetrás Kardam, el hermano protector.

El décimo aniversario de boda, en cambio, fue muy diferente. El hermano de Kalina llevaba ya tiempo en su mundo ausente y, por eso, la celebración tuvo un carácter íntimo. Podía haber sido una reunión social de altura con presencia del propio rey de Marruecos y herederos reales, pero los anfitriones no quisieron que fuese de ese modo. Desde que sufrió el trágico accidente, cada fiesta familiar es para ella motivo de tristeza, ya que Kardam era su mentor, su aliado, su confidente y su protector.

Kalina de Bulgaria vive en Rabat con su marido, el aventurero Kitín Muñoz, y el hijo de ambos Simeón Hassan, que el 25 de abril cumplirá siete años. La princesa búlgara es la pequeña y la única hija del ex rey Simeón y Margarita Gómez Acebo. Después de los cuatros chicos llegó ella, la niña que siempre se llevó muy bien con su hermano Kardam, que era también su padrino. Al ser el mayor, él la protegía y la defendía en casa cuando su mundo estrafalario y el de los adultos chocaba. Eso ocurría a menudo, sobre todo con la madre, que no llevaba nada bien la indumentaria y estilismo de Kalina. Unas veces aparecía con la cabeza medio rapada, otra de rubio platino y las menos de princesa búlgara. Y exactamente igual de original o excéntricas eran sus vestimentas cuando acudía a un acto social o a celebraciones de los parientes reales. Gracias a la influencia del primogénito, las presiones domésticas bajaron de intensidad hasta que la frase “son las cosas de Kalina” se convirtió en un comentario recurrente.

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