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La 'clandestina' fiesta de cumpleaños en el que coincidieron los Thyssen Cuesta, Rafa Medina y José Luis Núñez hijo
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LA EMPRESARIA SUSANA GIL CELEBRABA SUS 50 AÑOS

La 'clandestina' fiesta de cumpleaños en el que coincidieron los Thyssen Cuesta, Rafa Medina y José Luis Núñez hijo

La cita era un restaurante de Barcelona y Borja y Blanca llegaron tarde porque tuvieron que despistar antes a varios paparazzi que seguían sus pasos

Foto: Blanca Cuesta y Borja Thyssen en una imagen de archivo (Gtres)
Blanca Cuesta y Borja Thyssen en una imagen de archivo (Gtres)

Los camareros continúan reponiendo las copas. Que no falte el vino. Lo que sí falta es una pareja que, inexplicablemente, no termina de llegar. La cita era a las nueve y media y pasan de las diez. Con lo puntuales que son. Cuando por fin entran Borja Thyssen y Blanca Cuesta, los comensales reunidos en un restaurante de la calle Tuset casi aplauden. “Pedimos disculpas. Hemos tenido que despistar a unos paparazzi que nos seguían. Creo que lo hemos conseguido”.

Efectivamente, lo consiguieron, porque no hay –que sepamos– ninguna foto de la cena. Una cita de excepción que se pudo mantener ajena a las redes de información de los medios. Una lástima por otra parte, pues la reunión en el restaurante Ajoblanco fue un bodegón de Cézanne y hubiese dado para un reportaje. La empresaria Susana Gil, creadora del proyecto de decoración Piccolo Mondo, cumplía 50 años y reunió a algunos de sus mejores amigos en torno a buenas viandas y conversación interesante.

Susana Gil, que se asoció en 2011 con Paloma Cuevas para desembarcar en Madrid (su boutique está en la calle Ayala, en el barrio de Salamanca), reunió a cerca de 50 personas entre los que estaban, además de los Thyssen Cuesta (que esa misma tarde fueron vistos en la carísima Vinçon de Paseo de Gracia comprando el regalo), Alejandra Prat y Juanma Alcaraz, José Luis Núñez hijo, el inversor y fundador de Abac Capital Borja Martínez de la Rosa y Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Jr y quien destapó la trama evasora de la familia. También se sumaron, aunque ya a las copas, Rafa Medina y Laura Vecino, cuya vida en Barcelona consigue pasar meritoriamente desapercibida. El duque de Feria y su mujer, que se han dejado caer por Ajoblanco en varias ocasiones, se acercaron a felicitar a la empresaria y se sumaron a uno de los corrillos.

La cena consistió en un tapeo en el que destacó el jamón ibérico con pan con tomate, ensaladas de ventresca y las alcachofas laminadas. Luego hubo hamburguesa con foie o rape y un buen surtido de postres al que nadie hizo mucho caso. Nuestro confidente nos cuenta que José Luis Núñez hijo no pierde la sonrisa ni en su situación: pudo asistir a la cena porque está de permiso carcelario. Peor lo pasa su padre, cuyo tercer grado fue anulado y que ni siquiera barruntaba lo que se le venía encima cuando era conducido a la prisión de Quatre Camins en noviembre pasado: “¿Y cómo son las habitaciones?” preguntaba en el furgón el anciano empresario, que acudía a la cárcel con todas sus tarjetas en el billetero. Hacia las tres de la madrugada, los invitados y su anfitriona se dirigieron a tomar la última a la sala Sutton, en la acera de enfrente.

Los camareros continúan reponiendo las copas. Que no falte el vino. Lo que sí falta es una pareja que, inexplicablemente, no termina de llegar. La cita era a las nueve y media y pasan de las diez. Con lo puntuales que son. Cuando por fin entran Borja Thyssen y Blanca Cuesta, los comensales reunidos en un restaurante de la calle Tuset casi aplauden. “Pedimos disculpas. Hemos tenido que despistar a unos paparazzi que nos seguían. Creo que lo hemos conseguido”.

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