La mujer de Benítez, de activista solidaria en Liverpool a nueva dama del Real Madrid

Montse se sorprendió mucho cuando al nacer su primera hija, Claudia, su marido, Rafa Benítez, se ofreció voluntario para levantarse cada noche de madrugada a darle el biberón a la pequeña. Impresionada aún por la reacción de Rafa, Montse decidió levantarse un día para observarle y le descubrió sentado en el sofá con la niña en un brazo mientras que con la mano libre que le quedaba manejaba el mando de la televisión en la que había puesto la repetición de un partido de fútbol del equipo rival.

La anécdota, contada por sus protagonistas, resume a la perfección el matrimonio entre el entrenador Rafa Benítez (55) y su mujer, Montserrat Seara (48). La pareja, que se conoció en un gimnasio de Madrid cuando ella daba clases y él era el director, se casó en 1998 y tiene dos hijas:Claudia de 16 años y Ágatha, de 12. Ellas, como su madre, acuden este miércolesa arropar a Benítez en su presentación como nuevo entrenador del Real Madrid.

También es la presentación pública en España de una familia que en Reino Unido sí ha alcanzado una gran relevancia mediática gracias a las labores solidarias que ha llevado a cabo desde que desembarcó en la isla en 2004. Allí, Rafa cogió las riendas de un Liverpool que se hizo grande en sus manos al mismo ritmo con que Montse se convertía en un referente humanitario para los ingleses. Con la colaboración de su marido, esta madrileña de nacimiento, pero gallega de sentimiento, creó dos fundaciones para luchar contra el cáncer de mama y proteger los derechos de los más desfavorecidos. Una actividad que la llevó en 2012 a postularse como una de las mujeres del año en Liverpool. Aquel título solo era una muestra de agradecimiento más a un matrimonio que ha confesado sentirse en esta ciudad inglesa “como en casa”.

Un tándem perfecto

Cuando Rafa Benítez compareció hace una semana ante los medios para anunciar que dejaba el Nápolesdijo que “la clave había sido su familia”. Mientras él estaba en Italia, su mujer y sus dos hijas continuaban en Liverpool, algo que el técnico no ha llevado nada bien. Era la primera vez que Montse no seguía los pasos de su marido y eso estaba haciendo mella en un matrimonio que siempre ha demostrado ser un tándem perfecto.

“Cuando te casas con un entrenador sabes que vas a llevar una vida un poco nómada. Además yo soy gallega y todos los gallegos tenemos el alma viajera”, declaraba Montse hace unos años a La Voz de Galicia. Por eso, porque siempre aceptó que iba a seguir a su marido allá donde fuera, supo que el fútbol empezaría a formar parte de su vida. Aunque confiesa no ser muy futbolera, dice que resulta inevitable hablar de fútbol en casa. Tantoque, según confesó al diario Las Provincias, a ella no le gustaba que cuando Rafa y ella ya estaban en la cama, él se pusieraa repasar la alineación de su plantilla. “Con él, fútbol, fútbol y más fútbol. Podría hacer un máster”, decía.

De profesión, profesora de universidad

El cuidado de sus dos hijas lo ha compaginado con su labor como profesora. Aunque es licenciada en Derecho, siempre se decantó por la docencia y acabó siendo profesora en la UNED de Valencia. Una labor que, finalmente, abandonó por la que se ha convertido en su auténtica prioridad, las causas solidarias.