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Toni Acosta, la gran ausente en el concierto de Raphael, tras el divorcio de Jacobo Martos
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ESTUVIERON CONCHA VELASCO Y ÁLEX DE LA IGLESIA

Toni Acosta, la gran ausente en el concierto de Raphael, tras el divorcio de Jacobo Martos

El Teatro Real volvió a abrir sus puertas este miércoles a un 'grande', tras el show ofrecido por Elton John el lunes

Raphael volvió a triunfar en el Teatro Real de Madrid, uno de los escenarios que más le gustan. El contacto con ese público que tanto quiere y al que tanto debe es mucho más cercano que en una plaza de toros o el Palacio de los Deportes y de ahí que se sienta pletórico. Actuó dos días después de que lo hiciera Elton John, que también llenó. La diferencia entre ambos es importante, al menos en estos conciertos organizados por Universal Music Festival. Mientras el 90% de los seguidores del que fuera “El niño de Linares” pagaron la entrada y hubo pocos vip, en el de Sir Elton fue al revés: mayoría de caras conocidas, incluidas las de la familia Alba, que se dejaron invitar para dar color y vidilla al encuentro musical.

Y así lo contaban los fans que abarcan hasta tres generaciones, preferentemente mujeres. Bisabuelas, abuelas, madres e hijas y algún nieto con poder adquisitivo que se encargaba de invitar al gineceo familiar. Lo relataba un joven que trabaja como director de marketing de una multinacional: “Es el mejor regalo que les podía hacer. Mi abuela tiene ochenta años y su ilusión es escuchar a Raphael. Creo que no se ha perdido en los últimos 30 años ninguna actuación suya aquí en Madrid”.

El cantante apareció con la misma estética de siempre y acompañado por la orquesta sinfónica de RTVE, que este año cumple el medio siglo de su fundación, como el mismo anunció pidiendo el aplauso para los profesionales. Hizo un repaso por sus grandes éxitos. Los incondicionales lo son a muerte y además saben que su estrella se lo agradece y nunca tiene hora para dar por finalizada la actuación. Esto también es una característica que se ha convertido ya en clásico.

Concha Velasco y Álex de la Iglesia, entre el público

Quizá la única diferencia con respecto a otros años tenía que ver con el organigrama familiar. Los Martos Figueroa y sus parejas acuden en piña a los conciertos, pero esta vez faltaba Toni Acosta, la exmujer de Jacobo. Su ausencia no tenía que ver con malos rollos tras su separación, sino con motivos de trabajo. Según comentó hace unas semanas a Vanitatis, las relaciones con los Martos son estupendas. “Nos llevamos muy bien y Natalia ha sido para mí como una segunda madre que siempre hace la vida fácil a todos”.

El resto del clan, formado por Alejandra, Manuel y Amelia Bono siguieron la actuación de El Jefe desde un palco y con la misma emoción que los 1.700 fans, el aforo del Teatro Real. Alejandra, acostumbrada a la voz de su padre desde que nació, sigue emocionándose con algunos temas, sobre todo con Como yo te amo.

El resto de vips, más que en su condición de famosos acudieron en su calidad de amigos. Concha Velasco, que prepara sus vacaciones en Huelva, Lola Herrera, Blanca Suárez, Hugo Silva, Álex de la Iglesia y Carolina Bang, Carmen y Soledad Jara, viuda de Paco Gordillo, el que fuera el artífice de la carrera musical de Raphael y Paco León, que vuelve a ejercer de director con “una comedia de historias sexuales. Empiezo el rodaje el 10 de agosto”. Del artista dijo: “Forma parte de la música de mi vida”.

Raphael volvió a triunfar en el Teatro Real de Madrid, uno de los escenarios que más le gustan. El contacto con ese público que tanto quiere y al que tanto debe es mucho más cercano que en una plaza de toros o el Palacio de los Deportes y de ahí que se sienta pletórico. Actuó dos días después de que lo hiciera Elton John, que también llenó. La diferencia entre ambos es importante, al menos en estos conciertos organizados por Universal Music Festival. Mientras el 90% de los seguidores del que fuera “El niño de Linares” pagaron la entrada y hubo pocos vip, en el de Sir Elton fue al revés: mayoría de caras conocidas, incluidas las de la familia Alba, que se dejaron invitar para dar color y vidilla al encuentro musical.

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