Los socios más ilustres del Club de Campo responden a Carmena
En el programa electoral de la alcaldesa figura la promesa de abrir el espacio al público y crear una granja en el terreno. No todos los socios están de acuerdo
El Club de Campo Villa de Madrid y la aristocracia son dos conceptos que siempre han estado ligados. Este trocito de naturaleza situado a las afueras de la capital fue fundado en 1931 por un grupo de jóvenes de la nobleza nacional entre los que estaban el conde de Gamazo o el duque de Maura. Después de 84 años, Carmena quiere utilizar parte de ese terreno para abrirlo a visitas escolares, propuesta de su programa electoral que ha hecho que los socios del club pongan el grito en el cielo. El equipo de Podemos ya forma parte del consejo de administración der recinto y parece que sus planes siguen en marcha.
En el Club de Campo se celebran numerosos torneos hípicos. Sus picaderos y su campo de golf, así como la pista de polo, son un reclamo para numerosas caras conocidas. Cuando se celebran torneos, uno se puede encontrar desde a la infanta Elena, que tiene sus cuadras ahí, hasta al conde de Salvatierra, José Bono jr. o la actriz Mar Saura, ya que su marido es el presidente del Hipódromo de Madrid y tienen una estrecha relación con la hípica.
Cayetano Martínez de Irujo, conde de Salvatierra, conoce muy bien el club. No solo ha competido allí, sino que ha pasado muchas tardes con sus hijos. En conversación telefónica con Vanitatis se muestra perplejo ante las intenciones de Manuela Carmena. “Es surrealista destrozar uno de los mejores clubes de Europa, que se ha creado durante muchos años… y para hacer una granja”, asegura. “El Club de Campo tiene mucho terreno. Si ven que hay una parte desaprovechada y quieren hacer ahí una granja, me parece bien, pero que no lo destrocen sin sentido común”, insiste mientras recuerda que durante muchos años “ha habido lista de espera para entrar y ser socio”.
Pese a que esos son los rostros conocidos que se fotografían en los torneos, hay otras personalidades del papel cuché que se pasean por el club. Carmen Lomana cuenta en conversación telefónica con Vanitatis que la idea de Carmena es “una patochada porque para Madrid es muy bueno tener el Club de Campo. Es el único sitio de Madrid para jugar al polo y aunque parezca elitista nos ayuda a que venga gente de todas partes a jugar. El club se mantiene gracias a sus socios desde hace muchísimos años y hay muchos más sitios para hacer una granja aparte del Club de Campo”.
No quieren pronunciarse
La reputada galerista María Porto, esposa de Francisco Álvarez-Cascos, acude con su marido y los dos hijos que este tuvo con Gema Ruiz los fines de semana que los niños están con su padre. “Es gracioso verles, ellos leyendo periódicos y los niños jugando al fútbol cerca”, comenta una socia. “No tengo nada que opinar”, explica sin embargo Porto a este medio al ser preguntada por la medida de Carmena.
También conoce a fondo el club Rafael Cabarcos, presidente del Instituto de Diplomacia Corporativa. En conversación con Vanitatis recuerda que “la colaboración del club con el Ayuntamiento siempre ha sido muy estrecha, ya que ellos tienen siete votos en el consejo de administración”. Además, asegura que abrirlo a los madrileños sin controles es imposible. “Si lo abren, tendrán que hacer un control de acceso igual, aunque esté controlado por la Policía. En la Casa de Campo también se hace, por ejemplo, así que eso de que todo el mundo podrá entrar no es así”. Por otro lado, rechaza el cliché de que solo las personas adineradas disfrutan de sus instalaciones. “Me gustaría que analizaran la renta de los socios”, afirma.
Otra que acude con frecuencia, siempre que sus viajes se lo permiten, es Carmen Martínez-Bordiú. La nietísima ha ido tanto con amigos como a ver a su nuera, Margarita Vargas, a alguna competición. Sin embargo, la futura duquesa de Franco declina también hacer declaraciones por prudencia. “No quiero meterme en ese tipo de cosas, espero que lo entienda”, insiste a Vanitatis.
Álvaro Fuster, uno de los mejores amigos del Rey Felipe VI, y su mujer, Beatriz Mira, son otros de los abonados al club, junto con sus dos hijos. Álvaro va con mucha frecuencia al gimnasio, otra de las instalaciones del centro. Muchos de ellos se han manifestado en la intimidad radicalmente en contra de las ideas de Carmena para el club, pero prefieren no hacer públicas sus opiniones al respecto.
El Club de Campo Villa de Madrid y la aristocracia son dos conceptos que siempre han estado ligados. Este trocito de naturaleza situado a las afueras de la capital fue fundado en 1931 por un grupo de jóvenes de la nobleza nacional entre los que estaban el conde de Gamazo o el duque de Maura. Después de 84 años, Carmena quiere utilizar parte de ese terreno para abrirlo a visitas escolares, propuesta de su programa electoral que ha hecho que los socios del club pongan el grito en el cielo. El equipo de Podemos ya forma parte del consejo de administración der recinto y parece que sus planes siguen en marcha.