Su hija Manuela y la del ministro de Cultura le hacen los coros a Alejandro Sanz
No fue su mejor actuación, los gallos de Enrique Iglesias de hace dos días se volvieron a repetir con el cantante madrileño. Aun así, los asistentes, incluido Méndez de Vigo, vibraron con él
Alejandro Sanz dedicó su último concierto, que tuvo lugar el pasado jueves, a Manuela, la niña de sus ojos, su incondicional que le sigue a todos los conciertos. Manuela, de 14 años, la hija que el cantante tuvo con la modelo mexicana Jaydy Michel, ha heredado el arte de su padre y le encanta tocar el piano. Ayer tuvo que conformarse con perderse entre el publico y seguir los temas de su progenitor desde la distancia. Canciones que unas veces sonaron correctas y otras totalmente desafinadas. Eso sí, la Cantera de Nagüeles de Marbella estaba hasta los topes.
El Festival Starlite hizo ayer su agosto en todos los sentidos. Si de algo puede presumir el cantante es de ese público que le arropa pase lo que pase y haga lo que haga: incluso cuando desafina –para eso están sus fans, para taparle con su voz–. Pero parte del público sigue echando de menos sus particulares inicios, incluso cuando se hacía llamar Alejandro Magno y tocaba en bares, en los que la palabra gallo estaba prohibida.
La noche empezó con temor. El horizonte estaba nublado y hasta se dejaron caer algunas gotas, hecho que no le importó al actual ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, acomodado en un palco en el que también se encontraba su mujer, María, y su hija adolescente, Inés. Se da el caso que la niña es “superfan” del cantante y pudo hacer realidad el sueño de conocerle entre bastidores. El político no le fue a la zaga a su hija y se cantó todo lo que sabía mientras su esposa se abanicaba en el palco como consecuencia del bochorno (climático, no de la actuación). Entre la grada también se pudo ver a Mónica Estarreado, Agustín Bravo, el chef Dani García, Raquel Rodríguez o José Manuel Parada.
Guiños entre Imanol Arias y Alejandro
Alejandro arrancó sobre el escenario con El silencio de los cuervos de su nuevo trabajo, Sirope. Su banda, formada por cinco hombres y cuatro mujeres de España, Estados Unidos y Cuba, espectacular. Mike Ciro, a la guitarra; Alfonso Pérez, en piano y teclado; Nathaniel Townsley, a la batería; Brigitte Sosa, con el bajo; Sara Devine, en los coros; Cristal ‘Rovel’ Torres, con la trompeta, y Glenda del E, también al piano y coros. Sin ellos a Alejandro apenas se le escucharía. Esta es la tercera vez que el cantante pisa la cantera en el escenario de Starlite: “Que alegría estar aquí y verles tan ordenaditos y tan bien peinados, eso es algo que solucionaremos durante el concierto”, prometió mientras aseguraba que ofrecería “el mejor concierto que hayan escuchado hasta el momento”.
El actor Imanol Arias, que ayer se quitó el traje de Anacleto para bailar junto a su pareja, Irene Meritxell, hacía guiños al cantante. Pero, sobre todo, no paró de darle a “la sin hueso”, como el mismo parafrasea en Cuéntame, con el ministro a su vera. Mientras tanto, Alejandro seguía a lo suyo. Es decir a cantar, aunque más que su voz, lo mejor de él fueron los comentarios: “Tengo sentimientos encontrados”, explicó. “Uno de mis sueños de pequeño era poder estar en un escenario, estar cantando, pero siempre me pregunto ¿qué ha sido de mi carrera de danza? ¿Por qué no rompo a bailar? Pero ¡cuidado! Puede ser esta noche. ¿Y si fuera esta noche? Viviríamos un momento único en la historia. No pestañeen porque no bailo muy bien, pero lo hago muy rápido y se lo pueden perder”.
'Corazón partío', el momento cumbre
En el concierto hubo momentos especiales, como cuando compartió el escenario con una de sus artistas cubanas. Luego ya llegaron los duetos de los arrumacos. No me compares abrió el momento más íntimo con dos pianos acompañando a la voz del artista. Luego llegaron sus grandes 'hits' con los que el público se volcó: La música no se toca, Amiga mía, Mi soledad y Y si fuera ella. Y finalmente, Corazón partio, tema que si no se hace viral, como el tan criticado La chica de ayer de Enrique Iglesias, poco le va a faltar, a no ser que las voces del público ocultaran la suya.
¿Starlite a Mallorca?
El festival de Starlitte toca a su fin este fin de semana. Alejandro ha sido el penúltimo en dar su espectáculo. Más de uno en la cantera comentaba que este va a ser el último año que se iba a celebrar en Marbella. Ante tales noticias, Vanitatis preguntó a su organizadora, Sandra García San Juan. ¿Es cierto que Starlite se va el año que viene a Palma de Mallorca? La empresaria contesto que: “Es verdad que nos están haciendo propuestas desde las Baleares. Nuestra misión es escuchar a todos. Pero ahora vamos a México, luego a Santo Domingo y el año que viene, si Dios quiere, volveremos aquí”. –más que Si Dios quiere será si el cuatripartito de izquierdas que gobierna la ciudad lo permite, aunque ella no lo quiera decir–. “Nos hemos visto muy arropados por las actuales autoridades y estamos muy contentos”. Así da gusto.
Alejandro Sanz dedicó su último concierto, que tuvo lugar el pasado jueves, a Manuela, la niña de sus ojos, su incondicional que le sigue a todos los conciertos. Manuela, de 14 años, la hija que el cantante tuvo con la modelo mexicana Jaydy Michel, ha heredado el arte de su padre y le encanta tocar el piano. Ayer tuvo que conformarse con perderse entre el publico y seguir los temas de su progenitor desde la distancia. Canciones que unas veces sonaron correctas y otras totalmente desafinadas. Eso sí, la Cantera de Nagüeles de Marbella estaba hasta los topes.