Un Peralta Astolfi, tras el encumbramiento de Astrid Klisans como amazona
El sobrino de Luis Astolfi y nieto del rejoneador Ángel Peralta ha sido el artífice de que la mujer de Carlos Baute llegue a protagonizar portadas de revistas ecuestres. "Tiene una gran sensibilidad", dice
“Astrid Klisans es una chica espectacular con un corazón inmenso y tiene un don especial con los caballos. Posee una gran sensibilidad con ellos, se nota que tiene feeling”. Quien habla al otro lado del teléfono es Ángel Peralta Astolfi, el jinete que más ha ayudado a la mujer de Carlos Baute en su formación como amazona y cuyos apellidos delatan sus orígenes. Ángel es sobrino de Luis Astolfi, entrenador de la Infanta Elena y cuatro veces olímpico, y nieto de Ángel Peralta, rejoneador sevillano de leyenda. En Andalucía los Peralta son toda una institución y no hay finca ni cortijo que no sepa quién es este clan que sentó cátedra en el mundo ecuestre. Además, sus celebraciones familiares suelen copar las páginas de sociedad ya que entre su casi millar de invitados se encuentran personajes célebres como Naty Abascal o Curro Romero.
Por eso los genes de Ángel hicieron imposible que se dedicara a otra cosa que no fuera el caballo, pero eso sí, él siguió su propio camino. “Quise huir de lo cómodo, de estar en la finca de mi abuelo en Sevilla, y empecé un proyecto con un ganadero que apostó por mí aquí en Córdoba”. El jinete se refiere a su yeguada Almuzara, el lugar al que Astrid Klisans también le debe mucho. A ella, de hecho, y a su dueño ha querido referirse la modelo este viernes cuando se ha visto como protagonista de la revista ecuestre 'Galope', un sueño hecho realidad para ella. “Gracias a los que habéis hecho posible esto. (…) A quien me ha brindado su incondicional ayuda en todo momento, Ángel Peralta Astolfi de la Yeguada Almuzara”.
Desde esta finca Ángel gestiona las competiciones en las que participan sus caballos y los espectáculos ecuestres. Esos que le unieron definitivamente con la esposa de Baute. “Conocí a Astrid el día de su boda (2012), cuando le hicimos el espectáculo ecuestre durante la celebración. Ese día Carlos le regaló un caballo, pero no le servía para la competición y yo le di otras opciones. Primero uno de salto, pero cuando me dijo que quería dedicarse a la doma clásica le ofrecí otro. Era Rocco, el caballo con el que compite actualmente”.
Desde entonces, la guapa venezolana tiene mucho que agradecerle a Ángel. Él le proporcionó el equino que tantas alegrías le está dando actualmente. “Rocco le entusiasmó y enseguida conectaron muy bien”, puntualiza el jinete. Pero este no fue el único detalle que Ángel tuvo con quien ya considera su amiga. Al parecer al poco tiempo de empezar a montar a Rocco hubo un malentendido con su anterior propietario, un enfrentamiento en el que el sevillano tomó partido por Astrid. “Siempre he peleado por ayudarla y siempre tendrá mi ayuda desinteresada”, añade Peralta.
"Si no hay metas, no hay trayectoria"
A Astrid las gentiles palabras del su amigo no le pillan por sorpresa. "Ángel siempre tiene muy buenas palabras sobre mí y puedo asegurar que es recíproco", dice la mujer de Carlos Baute a Vanitatis. La venezolana explica cómo Peralta ha sido una persona clave en su formación como amazona. Una formación que comenzó en Venezuela cuando ella solo tenía ocho años:"Comencé montando en la Escuela Ecuestre del Ejército en Venezuela, por lo que mi formación fue sumamente estricta, exigente y completa, cosa que hoy día agradezco profundamente".
Aquellas nociones han hecho de Astrid una amazona perfeccionista y constante, dos cualidades importantísimas en la hípica: "Nos queda mucho por delante y lo importante es ser consciente de ello para no desesperarnos. La paciencia es clave en la Doma Clásica. Tengo claro que me quedan muchos años y mucho esfuerzo para eso, pero si no hay metas, no hay trayectoria".
El principal testigo de ese esfuerzo es su marido, Carlos Baute, quien "sufre" en primera persona la pasión que Astrid tiene por los caballos. "¿A quién le dedicas más tiempo? ¿A Carlos o a tus caballos?", le preguntamos desde Vanitatis. "(Risas) Todos los apasionados del mundo del caballo tenemos esta disyuntiva con nuestras parejas. La verdad es que Carlos ha sido clave, ya que me ha apoyado desde el momento que retomé la equitación. Afortunadamente a él también le gustan los caballos y el campo, así que disfrutamos de esta pasión juntos. Pero le dedico más tiempo a él… Aunque la cosa podría cambiar si algún día puedo dormir con mi caballo", comenta Astrid con sentido del humor.
Regalo de boda
Pero, ¿cómo ha llegado Astrid Klisans a huir del cliché de 'mujer de' para convertirse en portada de una importante revista ecuestre? Desde que a sus ocho años sus padres le apuntasen a clases de equitación, la venezolana supo que había encontrado mucho más que una afición. Dice que desde entonces siempre soñó con poder tener su propio corcel, un deseo que se cumplió el 29 de junio de 2012 cuando en mitad de la celebración de su boda, Carlos Baute apareció con un regalo muy especial: un caballo.
Desde entonces ha tratado de prepararse a conciencia, primero en la disciplina de salto y después en Doma Clásica, la modalidad que ha terminado por conquistarla. "Esta disciplina es el verdadero arte ecuestre. Es explicarle a un animal que debe lucirse, ser expresivo y obediente sin llegar a tensionarse, sin revelarse contra quien lo monta. En la Doma Clásica es donde verdaderamente te metes en el corazón y la mente del animal y le vas transmitiendo segundo a segundo lo que quieres que haga", explica Astrid.
De ella dicen quienes la conocen que es muy constante, trabajadora y que puede llegar a competir a un gran nivel, aunque aún es pronto. De momento, ya es portada de una revista especializada que la presenta como una gran amazona. El futuro parece alentador. “Llegará hasta donde ella quiera”, dicen sus amigos.
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“Astrid Klisans es una chica espectacular con un corazón inmenso y tiene un don especial con los caballos. Posee una gran sensibilidad con ellos, se nota que tiene feeling”. Quien habla al otro lado del teléfono es Ángel Peralta Astolfi, el jinete que más ha ayudado a la mujer de Carlos Baute en su formación como amazona y cuyos apellidos delatan sus orígenes. Ángel es sobrino de Luis Astolfi, entrenador de la Infanta Elena y cuatro veces olímpico, y nieto de Ángel Peralta, rejoneador sevillano de leyenda. En Andalucía los Peralta son toda una institución y no hay finca ni cortijo que no sepa quién es este clan que sentó cátedra en el mundo ecuestre. Además, sus celebraciones familiares suelen copar las páginas de sociedad ya que entre su casi millar de invitados se encuentran personajes célebres como Naty Abascal o Curro Romero.