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Judit Mascó y Verónica Blume se rebelan: las rubias guapas no son tontas
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Judit Mascó y Verónica Blume se rebelan: las rubias guapas no son tontas

Las dos top model están muy comprometidas con las causas sociales y el comercio justo. No les gusta que se diga que por ser guapas, altas y delgadas sean frívolas

Foto: Verónica Blume y Judith Mascó en la tienda de Intermon Oxfam (Vanitatis)
Verónica Blume y Judith Mascó en la tienda de Intermon Oxfam (Vanitatis)

Algunos dicen que la moda es la industria de lo superficial. Nosotros decimos que son muchas las modelos que no tienen nada de frívolas. Al contrario. ¿Sabían que Verónica Blume, que se levanta antes del amanecer para practicar yoga, trata de que sus alumnos sean mejores personas? ¿O que Judit Mascó es patrona de la fundación ARED para reinserción de reclusas?

Jueves, 26 de noviembre. Judit y Verónica se encuentran en la estación de Barcelona-Sants. Aún no clarea el alba cuando toman el primer AVE a Madrid. Van a una sesión de fotos. Es su trabajo. Ese mismo día regresan a su ciudad y, sin pasar por casa ni cobrar un duro, prestan su reclamo mediático a la tienda que Oxfam Intermón reinaugura en C/Gran de Gràcia 156. Cremas para el cuidado corporal, bombones, café, maquillaje, vino, fulares, bolsos, turrón, pijamas y casi cualquier cosa que se le ocurra. Todo, de comercio justo. No, no se van a encontrar ponchos de esparto y abalorios de cáñamo tan alejados de una bloguera fashion. Se trata de objetos deseables y atractivos con un extra: las comunidades que los elaboran se ganan un sueldo digno. Y sin conservantes ni fertilizantes.

Verónica Blume nos aconseja abandonar clichés: “Sí que el concepto comercio justo tiene una connotación estereotipada. Pero del mismo modo que para hacer yoga no tienes que vestirte de blanco y poner velas, esto solo es abrirse a perspectivas comerciales respetuosas. Me fío mucho más de estas cremas naturales que de algo salido de un laboratorio que no sé ni qué lleva. Porque yo leo las etiquetas y no creo que sea necesario aprender física para interpretarlas”, dice Verónica Blume hablando completamente en serio.

La modelo abrió su propio centro de yoga hace casi tres meses y asegura que este proyecto –sus rutinas, horarios y el contacto con la gente– le han cambiado la vida. “La motivación que lleva a una persona a un centro de yoga es mejorar algo, sacarse estrés, ganar tranquilidad. El centro de mi centro son los alumnos y como tengo un lado maternal reprimido, aquí lo pongo en práctica”. Blume es madre soltera de un adolescente que necesita cada vez menos mimos y calzado más grande.

Defensora convencida del comercio justo

Judit Mascó se mueve como pez en el agua entre la oferta de productos de la ONG que tan bien conoce. “Fíjate en el nombre de esta mermelada: ‘Imperfect’. Se elabora con frutas que tienen que apartar porque no son bonitas a ojos del consumidor. Cualquier pequeña tara, cambio de color o imperfección y se retira. Pues esta mermelada la hace un colectivo de discapacitados”. La top tiene especial cariño al café de Uganda porque pudo ver in situ las plantaciones. “En la cooperativa, las mujeres mandan igual que los hombres. Eso era impensable en un poblado rural de aquella zona. ¿Y qué quieren ellas? Lo que es de sentido común: escuelas para los niños. Pasan cosas muy bonitas detrás de un producto que tú puedes elegir comprar o no pero merece la pena que lo sepas. Y la calidad de todo lo que ve es excelente: los alimentos son ecológicos, sin fertilizantes ni conservantes y la ropa es algodón 100 %, sin blanqueantes”. Veinte años después de escuchar por vez primera el concepto comercio justo, es una defensora convencida.

Mascó acaba de llegar de Madrid aunque antes de la presentación ha podido charlar por teléfono un ratito con sus hijas. Cuatro tiene y todas con necesidad de contarle las experiencias del día. A la cita asisten también David Seijas, somelier de elBulli y Nariz de Oro 2006, para explicar por qué estos vinos tiene alma; el gastrónomo y autor del blog El Comidista Mikel López Iturriaga, para hablar de alimentación y Carol Robla, de laboratorios Senzia, creadores de hasta 50 productos de belleza; los cuatro son presentados por Judit, durante 20 años miembro del consejo asesor de Oxfam Intermón.

Hablábamos al principio de modelos y frivolidad. Verónica Blume se ha enfrentado a todos y cada uno de los estereotipos que arrastra su profesión. Su contestación nos satisface: “Los prejuicios nacen de una inseguridad propia. Como es rubia, alta y delgada, es imbécil. Tiene que serlo. Si no, es que me afecta su aspecto o su buena suerte. Me llama la atención que no podamos aceptar que alguien que es guapo y con dinero esté ingresado por una depresión. ‘Como cobra tanto…’. Eso es una burrada. Tu cuenta bancaria no es un reflejo del porcentaje de felicidad que tienes en la vida. Los prejuicios se eliminan aceptándose a uno mismo”, remata Verónica, antes de salir de la tienda a toda prisa porque su hijo la espera.

Algunos dicen que la moda es la industria de lo superficial. Nosotros decimos que son muchas las modelos que no tienen nada de frívolas. Al contrario. ¿Sabían que Verónica Blume, que se levanta antes del amanecer para practicar yoga, trata de que sus alumnos sean mejores personas? ¿O que Judit Mascó es patrona de la fundación ARED para reinserción de reclusas?

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