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Viri vs Begoña: dos mujeres, dos estilos para ejercer de primera dama
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¿PRÓXIMAS INQUILINAS DE LA MONCLOA?

Viri vs Begoña: dos mujeres, dos estilos para ejercer de primera dama

Las mujeres que más posibilidades tienen de ser la primera dama tras el 20D demuestran dos formar de ser diferentes. Una ya ha aparecido en campaña y la otra ha ejercido estos cuatro años de legislatura casi en la invisibilidad

Foto: Elvira Fernández y Begoña Gómez en un fotomontaje realizado en Vanitatis
Elvira Fernández y Begoña Gómez en un fotomontaje realizado en Vanitatis

Las dos son independientes profesionalmente. Elvira Fernández, Viri, la mujer de Mariano Rajoy, trabaja en Telefónica, aunque ahora está en excedencia. Begoña Gómez Fernández, esposa de Pedro Sánchez, es socia de Task Force y profesora. La primera ejerce de primera dama desde hace cuatro años, pero los focos apenas han podido recoger imágenes suyas. A Begoña la conocimos en la presentación oficial de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia. La imagen quedó en la retina de muchos. Unos quedaron prendados. Otros la acusaron de protagonismo. ¿Deben nuestras primeras damas ser discretas?

En política hay una máxima que dice: “Que hablen de ti, aunque sea mal”. Y aquel día se habló. Ahí estaba Begoña Gómez. Joven, atractiva, sonriente y nada cohibida ante las cámaras. Vestido rojo, escote, melena rubia… Una imagen mucho más impactante que la de la esposa de Rajoy, más clásica y envuelta casi siempre en colores grises y marrones y con un maquillaje natural casi imperceptible. La psicología nos dice que el rojo es una herramienta de confianza y de fuerza femenina.

A Begoña la hemos visto otras veces. Paseando manos entrelazadas por la calle con el líder del PSOE como cualquier pareja moderna o en algunas de las entrevistas que ha hecho su marido en televisión, como en 'Planeta Calleja' o con Ana Rosa Quintana. Pocos días atrás mostró su lado más solidario acudiendo al Rastrillo. Y la pasada semana hizo algo parecido a un espontáneo cameo en un vídeo de Íñigo Errejón, de Podemos, en un día en el que todos los medios estaban pendientes del debate que celebró 'El País'. Aquello fue espontáneo y, quizás, inoportuno, pero su oportuna y pensada presencia en aquel acto del Teatro Price fue fruto de una estrategia que dista mucho del papel que Elvira decidió adoptar cuando Mariano Rajoy se convirtió en presidente del Gobierno.

“Desde los años 90 nuestra política vive una americanización. Lo vimos años atrás en la jornada de reflexión: vemos al candidato pasear, hacer deporte, desayunar con su familia… porque se necesita transmitir que es una persona con sus vínculos sociales. El PSOE es uno de los partidos que mejor lo ha entendido y han visto la importancia de incluir a la mujer del candidato para humanizarle y mostrar algo más que al individuo. En definitiva, para hacerle más humano”, explica Alicia Gil, consultora política. Y es que un líder político casado y con familia vende mucho más que uno soltero o divorciado.

Morena, sencilla, discreta en el vestir y en el casi imperceptible segundo plano, Viri sigue la estela de las mujeres de presidentes del Gobierno que optan por la discreción y una meditada ausencia. Elvira nació en Pontevedra en 1965. Conoció a Mariano Rajoy hace 30 años en Sanxenxo. Economista por la Universidad de Santiago, trabajó en Antena 3 y después en Telefónica. Cuando llegó a La Moncloa decidió pedir la excedencia para ayudar a su marido. Apenas la conocíamos hasta que besó a su marido la noche en la que se convirtió en presidente del Gobierno. No hace declaraciones públicas. Ni tiene agenda política propia más allá de los actos y viajes de Estado. Es casi invisible.

En la legislatura anterior, la de José Luis Rodríguez Zapatero, Sonsoles Espinosa llevó esto de la invisibilidad a límites insospechados. Por su parte, en el Gobierno de José María Aznar, Ana Botella participaba activamente en los actos y viajes de su marido. Tenía agenda propia y jefa de prensa. Felipe González tenía con Carmen Romero la política metida en casa. Las dos tuvieron su propia carrera política después. Elvira ha reducido los asesores a su servicio a uno. “El papel de 'fair lady' en nuestro país está reservado para la Reina. La embajadora de la marca española es la Reina y no la esposa del presidente del Gobierno. Es la cara visible por cultura de país y fruto de nuestro sistema político en el que el jefe de Estado es el Rey”, afirma el televisivo 'coach' Euprepio Pádula. “Para eso ya estaba la Reina”, decía también Carmen Romero.

Otras primeras damas

En política los estereotipos mandan y uno de ellos es que la mujer del líder es la mujer compañera discreta, siempre un paso por detrás y mejor si es madre de familia. Hasta ahora. Cuando Michelle Obama acompaña a su marido, este empequeñece. Su fuerza, sus gestos, la ropa que escrupulosamente escoge junto a su asesora de imagen, Kris Schake, intervenciones en programas de televisión bailando, en conciertos, de rodillas cultivando su huerto… Michelle hace política en cada gesto. Y lo sabe. Tiene cuenta de Instagram personal y en Twitter y una agenda independiente a la del presidente. No hay otra igual. Y es que cuando decidió dejar su puesto como vicepresidenta del Hospital de la Universidad de Chicago, en el que ganaba más que su marido, tuvo claro que no era para convertirse en la sombra de su esposo. Su influencia es casi comparable a la de Jackie Kennedy.

Hillary Clinton nunca alcanzó sus cotas de popularidad y eso que en aquello de ser conocida le llevaba cierta ventaja. Antes de que Clinton ganara las elecciones, la revista 'Forbes' ya la destacó como personalidad influyente, pero no seducía a las cámaras como ahora lo hace Michelle. Ninguna mujer tiene su fuerza.

Duelos estilísticos

Hasta la estelar aparición de Begoña las mujeres de los candidatos no han sido elementos de la campaña. Sonsoles sufrió un notable cambio de imagen. “Es una mujer guapa que solo debe ir correcta” dijo en varias ocasiones la diseñadora Elena Benarroch, que la aconsejó convirtiéndose en una especie de asesora y amiga. Sus estilismos se hicieron más sofisticados, pero ni ejerció ni vistió como primera dama. Y eso que tuvo que competir con Carla Bruni en visitas oficiales.

¿Cuando coinciden las primeras damas la visita se reduce a los estilismos de cada una? “El amor entre las cámaras y la primera dama francesa vende. Y no solo vende diarios y revistas, vende a Francia. Y, en realidad, es ese el objetivo de todo presidente y cónyuge, ¿no? Vender una imagen positiva de su país”, escribe en su blog Patrycia Centeno autora del libro 'Política y moda'. “Yo defiendo el papel secundario de las primeras damas. Deben aportar serenidad al candidato. De momento Begoña tiene poca presencia en los actos por lo que no he visto que vaya a existir muchas diferencias con Elvira”, concluye Patrycia. Cada primera dama reinventa el papel. Tiene que ver con un modelo determinado de matrimonio y en muchos casos con una forma de funcionar pactada entre marido y mujer. El 20 de diciembre quizás sea el momento en el que Begoña elija seguir la estela de Michelle Obama.

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Las dos son independientes profesionalmente. Elvira Fernández, Viri, la mujer de Mariano Rajoy, trabaja en Telefónica, aunque ahora está en excedencia. Begoña Gómez Fernández, esposa de Pedro Sánchez, es socia de Task Force y profesora. La primera ejerce de primera dama desde hace cuatro años, pero los focos apenas han podido recoger imágenes suyas. A Begoña la conocimos en la presentación oficial de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia. La imagen quedó en la retina de muchos. Unos quedaron prendados. Otros la acusaron de protagonismo. ¿Deben nuestras primeras damas ser discretas?

Pedro Sánchez Mariano Rajoy
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