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Soy candidato a La Moncloa, ¿qué me pongo?
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ANALIZAMOS EL LOOK DE LOS POLÍTICOS

Soy candidato a La Moncloa, ¿qué me pongo?

De las camisas del Alcampo de Pablo Iglesias a las corbatas estrechas de Albert Rivera, pasando por el 'look' de camisa blanca y vaqueros de Pedro Sánchez o el estilo más tradicional de traje y corbata de Mariano Rajoy

Foto: Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias (Fotomontaje: Vanitatis)
Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias (Fotomontaje: Vanitatis)

Desde los trajes italianos a la ropa de hipermercado de Pablo Iglesias, pasando por las chupas de cuero de Trinidad Jiménez y las camisetas reivindicativas de Mónica Oltra. La pasarela pública pasa factura y de qué forma. ¿Condiciona la ideología la imagen? Barramos topicazos y examinemos a los principales candidatos a La Moncloa. Para los expertos: ninguno aprueba.

En 1960 se transmitió en vivo el primer debate político entre Richard Nixon y John F. Kennedy por radio y por televisión. Los que lo escucharon por radio le dieron la victoria a Nixon. Sin embargo, los que lo vieron por televisión se la dieron a Kennedy. El candidato republicano (Nixon) acababa de salir del hospital. Su rostro estaba pálido y reflejaba el cansancio. Además, ni siquiera quiso que se le maquillara. No prestó atención a su imagen ni a su vestuario. En cambio, Kennedy lucía bronceado y estaba relajado y despreocupado. Impecable. Kennedy ganó las elecciones por un margen muy corto. Desde entonces, no hay campaña que no lleve un asesor de imagen incorporado. La imagen de un político importa. Puede destruir su discurso. El objetivo de los políticos no es convertirse en iconos de moda, pero algunos sí han marcado tendencia e incluso titulares, como Trinidad Jiménez y su cazadora de cuero, Felipe González y su americana de pana y coderas, Adolfo Suárez y el jersey de cuello alto o los modelitos 'Vogue' de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, las corbatas y zapatos de Rosa Díez, las camisetas con mensaje de Mónica Oltra y las gafas de Duran i Lleida, entre otros muchos ejemplos.

¿Qué pasa con los actuales aspirantes a la presidencia del Gobierno? Con la irrupción de nuevos partidos, la pasarela es más variada. Vestir mal ya no es patrimonio de la izquierda. Y además es uno de los topicazos que debemos desterrar. Trajes sobrios del presidente del Gobierno. Camisa blancas y chaqueta sin corbata de Pedro Sánchez mezclados con trajes juveniles y elegantes. Las camisas de Alcampo y coleta de Pablo Iglesias y los trajes marcaje de Albert Rivera. “Los candidatos de los nuevos partidos, Ciudadanos y Podemos, huyen del clásico vestuario de político de americana y corbata. Quieren así diferenciarse de los partidos tradicionales y conectar con el votante más joven y trasladar una imagen de modernidad. Ese mismo estilo informal es el que viene empleando Pedro Sánchez. En contadas ocasiones hemos visto al candidato socialista con traje y corbata”, afirma Rubén Rodríguez, socio de MAS Consulting Group.

Los nuevos en escena: estilos muy diferentes

Pero examinemos uno a uno a nuestros señores candidatos. Patrycia Centeno, autora del libro 'Política y moda', escribe en su blog que “por responsabilidad política, el presidente del Gobierno debería estar obligado a mirarse al espejo antes de salir de casa. Al inicio de la legislatura corrió el rumor de que Mariano Rajoy vestía de una afamada firma italiana y, aunque la afirmación se descarte simplemente al contemplarlo, quizás sea preferible que la mala fama de su ineptitud estilística se le atribuya a otro país. Ante la mediocridad en la que se han amparado los políticos españoles, su despropósito todavía pasa algo desapercibido. Pero cada vez que se produce un encuentro con Obama, la marca España tarda años en recuperarse”.

La imagen forma parte de la comunicación; del mensaje. No tiene que gustarnos. Tiene que apoyar su discurso. Algunos se disfrazan con el traje durante la semana y otros lo hacen el fin de semana cuando se colocan un 'jean' o un chino para un mitin con simpatizantes. El simple hecho de no llevar corbata ya es un mensaje. O de llevarla. Rivera era el único que llevaba corbata en el debate celebrado por 'El País' a falta del PP. Sin embargo en el debate que mantuvieron Pablo Iglesias y Albert Rivera en la Universidad Carlos III ninguno llevaba corbata ni americana. “Desde la llegada de la televisión, vivimos en la era de la imagen y más aún con Internet y las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, Youtube, etc)”, afirma Rodríguez. Todas las plataformas exponen al político.

Patrycia Centeno relata cómo existe la creencia generalizada de que Albert Rivera es “un hombre elegante que viste bien”. Esta afirmación que incluso suscriben alegremente revistas de moda de este país se sostiene porque Rivera posee un buen físico (esculpido a brazada de natación), y lo señalan como “lo mejorcito” de nuestra casa (Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias…) y él se lo cree (básico para interpretar cualquier papel en la vida). Centeno asegura que “si bien es de agradecer que un político español en la actualidad reconozca la importancia de su imagen para transmitir su mensaje y se cuide, el líder de C’s no sería en ningún caso paradigma de sofisticación (por Dios, que lleva los pañuelos de bolsillo de pecho cosidos de fábrica…). Para empezar, debería hacerse los trajes a medida (los de confección no le encajan en sus anchas espaldas y le embuten los brazos), aprender a hacerse el nudo, renunciar al 'pecholobo'...”.

Estilos de izquierda y de derechas

La experta en política y moda tampoco aprueba a Pedro Sánchez. “Tiene percha, pero no le saca provecho. Consigue estropear cualquier 'look', aunque sea de aquellos que se recomiendan porque es imposible fallar con ellos ('jeans' y camisa). Tiene un problema serio con los bajos (los trajes deben confeccionarse a medida) como pudo observarse en los Premios Príncipe de Asturias. Y como la mayoría de la clase política de este país, sufre una notable incapacidad sensitiva hacia cualquier equilibrio estético. ¿Pruebas? La cazadora al estilo Ahmadineyad (expresidente iraní); esa americana con botones de señora que incomprensiblemente aún sigue en su armario o la corbata verde botella que usa en las grandes ocasiones”.

Y qué decir del líder de Podemos. “¿Qué sentido tiene llevar una coleta como símbolo anticonformista si luego la repeinas (adoctrinas)? Porque para eso ya está Cristina Cifuentes, que se empeña en quitarle la seña al líder de Podemos, y en ella, el que no se salga un pelo de su sitio tiene todo el sentido del mundo. Lo del bolígrafo, muletilla del orador principiante o del tertuliano televisivo (mejor gesticular sin medias tintas, con las manos), es también –a estas alturas– lamentable. Y bueno, no quiero ser repetitiva, pero existen cuellos de camisa para llevar sin corbata… En serio, no es tan complicado”.

Desplazar el traje de chaqueta y vestir de forma más desenfadada no se reduce solo al ámbito de la política. “En el ámbito laboral, cada vez es menor el uso de la corbata. Es una tendencia que viene desde Estados Unidos (Facebook, Google, Apple...). No obstante, no quiere decir que el traje y la corbata son algo del pasado, ni mucho menos, pero sí su uso ha quedado reducido. De hecho, en el ámbito institucional está muy presente. Mariano Rajoy como presidente del Gobierno acostumbra a utilizar bastante la americana y la corbata ya que le otorga una imagen de seriedad que es la que precisamente intenta transmitir en esta campaña; aun así son muchos los actos a los que acude sin corbata. Independientemente de quién sea el presidente habrá cambios en la forma de gobernar, en la forma de relacionarse con los ciudadanos, en el uso de las nuevas tecnologías y habrá también nuevas formas de participación ciudadana y nuevas formas de vestir, pero la moda es algo accesorio”, concluyen desde Massconsulting.

Señores candidatos, pongan un asesor de imagen en sus vidas.

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Desde los trajes italianos a la ropa de hipermercado de Pablo Iglesias, pasando por las chupas de cuero de Trinidad Jiménez y las camisetas reivindicativas de Mónica Oltra. La pasarela pública pasa factura y de qué forma. ¿Condiciona la ideología la imagen? Barramos topicazos y examinemos a los principales candidatos a La Moncloa. Para los expertos: ninguno aprueba.

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