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Mar Flores respira tranquila: "Sí, han absuelto a mi marido"
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SE ENFRENTABA A 8 AÑOS DE PRISIÓN

Mar Flores respira tranquila: "Sí, han absuelto a mi marido"

La modelo atiende la llamada de Vanitatis y confirma que la sentencia por dos delitos fiscales que pesaba sobre Javier Merino ha sido favorable para el empresario

Foto: Mar Flores y su marido, Javier Merino, en una imagen de archivo (Gtres)
Mar Flores y su marido, Javier Merino, en una imagen de archivo (Gtres)

Javier Merino vuelve a sonreír. Acaban de comunicarle que la sentencia por la que se le imputaban dos delitos fiscales por impago a la Hacienda pública en los ejercicios 2000 y 2001 le ha sido favorable. Así se lo lo confirmaba a Vanitatis su propia mujer, Mar Flores: “Sí. Es cierto que han absuelto a mi marido. No tengo nada más que decir”. Una buena noticia para el empresario, que, según explicaba su defensa en el juicio, había dejado de tributar esos dos años porque tenía la residencia fiscal en Portugal, donde se había establecido para ocuparse de los negocios de su padre. Hace unos días, el juicio quedó visto para sentencia.

Este jueves, a las 13:30, se personaba el empresario Javier Merino en la sección 16 de la Audiencia Provincial para conocer la sentencia del juicio al que se ha enfrentado en los últimos meses. El Estado se había personado como parte perjudicada por unos impagos que rozaban los dos millones de euros. El fiscal pedía una pena de prisión de ocho años y el abogado del Estado solicitaba por esos mismos dos delitos una pena de cárcel de seis años. Al final, la sentencia dista mucho de las peticiones de las dos partes acusadoras. Javier Merino ha quedado absuelto porque no queda suficientemente acreditado cuál era el domicilio fiscal del acusado como obligado tributario durante los años ejercicios 2001 y 2002.

Vanitatis ha podido hablar con Mar Flores, quien confirmaba este desenlace que ha llenado de felicidad a la pareja. La modelo conoce la noticia a través de su marido. Mar Flores en ese momento se encuentra en su domicilio en Madrid. Hace apenas unos días se encontraba en México, donde se desplazó para realizar unos trabajos con su empresa de línea de ropa y complementos.

Vanitatis también ha hablado con el entorno cercano al matrimonio Merino-Flores, desde donde confirman que la pareja atraviesa un momento dulce. "Nada de crisis. Nada de ruptura", comenta una íntima amiga de Flores a este medio. "Os puedo asegurar que están estupendamente. Mar ha sido el mejor apoyo de Javier en estos momentos. El mejor apoyo. Lo que se comenta en algunas bambalinas de los medios de comunicación son meras especulaciones sin fundamento. Son invenciones". puntualiza.

Problemas con Hacienda que vienen de lejos

Mar Flores y Javier Merino contrajeron matrimonio en 2001. Tras 15 años de convivencia y cuatro hijos en común, la pareja vive muy apartada de los medios de comunicación. Escasas apariciones para una de las caras más conocidas de la década de los 90. Javier fue también unos de los hombres de negocios más brillantes de los últimos años del siglo XX. Los problemas judiciales y económicos saltan en verano de 2013 cuando la Agencia Tributaria da la orden de precintar el yate que tienen amarrado en el puerto de Ibiza. Doce meses después se levanta la orden de embargo del tesoro acuático que posee la familia Merino-Flores.

Javier Merino tiene aún algún tema judicial por resolver. El empresario es tan optimista como en esta última sentencia ganada. Merino espera poder muy pronto tener todos los litigios resueltos.

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Javier Merino vuelve a sonreír. Acaban de comunicarle que la sentencia por la que se le imputaban dos delitos fiscales por impago a la Hacienda pública en los ejercicios 2000 y 2001 le ha sido favorable. Así se lo lo confirmaba a Vanitatis su propia mujer, Mar Flores: “Sí. Es cierto que han absuelto a mi marido. No tengo nada más que decir”. Una buena noticia para el empresario, que, según explicaba su defensa en el juicio, había dejado de tributar esos dos años porque tenía la residencia fiscal en Portugal, donde se había establecido para ocuparse de los negocios de su padre. Hace unos días, el juicio quedó visto para sentencia.

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