El baile de abogados de la dermatóloga de López Madrid, 'femme fatale' de la abogacía
El análisis policial determinó que había “fabricado” las pruebas con las que pretendía inculpar al empresario. Vanitatis confirma que llegó a acudir hasta a cinco letrados para su defensa
Ha sido uno de los casos más polémicos del tejido empresarial español y las historias sobre el mismo aún siguen coleando. Elisa Pinto, dermatóloga de profesión, saltaba a los medios por acusar al empresario Javier López Madrid de acoso, amenazas, coacciones y agresiones. Sin embargo, el pasado 11 de diciembre la investigación de la Policía Nacional concluía que no había indicios de acoso por parte del yerno del marqués de Villar Mir. Además, los resultados del análisis policial determinaron que ella misma había “fabricado” las pruebas con las que pretendía inculpar al empresario. Según ha podido confirmar Vanitatis, Pinto intentó sacar adelante sus denuncias contra López Madrid y contó con un total de cinco equipos de abogados en su cruzada contra el empresario.
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Desde que en enero de 2015 interpusiese la demanda contra él, un total de cinco abogados han intentado defenderla. El primero de todos ellos fue Luis Rodríguez Ramos, que además de la abogacía ejerce de profesor y posee un interesante currículum profesional. Conocido por su seriedad en el célebre caso de Caja Segovia el letrado pronto se cansó de la dermatóloga y sus pretensiones. Según fuentes cercanas al proceso judicial, el letrado cesó su empeño en la defensa de Pinto cuando ella aireó la denuncia en los medios de comunicación. Vanitatis ha intentado ponerse en contacto con él para recabar su opinión pero no ha sido posible.
El siguiente abogado al que recurrió Elisa tampoco lo tuvo muy fácil. El mediático Marcos García Montes, conocido por sus apariciones televisivas gracias a casos como los del profesor Neira, el asesinato de los marqueses de Urquijo o el Wanninkhof, llevó el caso apenas “mes y medio o dos meses”, según declara él mismo a Vanitatis. A día de hoy, sigue creyendo en la versión de la dermatóloga. “Creo que ha sido una mujer muy digna. Creo en las lesiones que vi y estoy convencido de que siempre ha dicho la verdad. Nunca acepto llevar un caso si no creo en él”, asegura a este portal el conocido letrado, una de las pocas personas que confiaron realmente en la versión de la dermatóloga. Por “secreto profesional”, García Montes no quiere desvelar las razones de que abandonase la defensa de Pinto.
Tras él, el periplo judicial continuó con Juan Luis Ortega, que tampoco duró demasiado tiempo junto a su defendida. Después le sucedió Álvaro Vidal que, según fuentes cercanas al proceso, renunció cuando los detalles del sumario empezaron a hacerse públicos y comprobó que la dermatóloga utilizaba a su hijo para escribir notas amenazantes contra ella misma o provocaba llamadas para fingir el acoso. Vidal llegó a negar ante algunos periodistas los rumores que apuntaban a un acuerdo extrajudicial que pusiese punto y final al proceso. Un intento en el que el abogado fracasó.
Cansada de buscar defensa en varios bufetes y que muchos de ellos desistiesen en defenderla, Pinto llevó sus denuncias hasta Ana Blanco Vázquez de Prada, también profesora en la Universidad Rey Juan Carlos y la que lleva la defensa actualmente. Según han explicado fuentes cercanas al proceso, la letrada piensa seguir llevando la defensa de Pinto.
Las sorprendentes revelaciones acerca de Pinto
El resultado de las investigaciones realizadas por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), adelantadas en exclusiva por El Confidencial, dictaminó que muchas de las pruebas aportadas por la dermatóloga, como las cartas, pieza fundamental a la hora de imponer una orden de alejamiento a López Madrid, habían sido escritas por su propio hijo de diez años tras un minucioso estudio de la caligrafía del niño.
El informe policial también reveló que la supuesta agresión con arma blanca a la doctora, acaecida dentro de su coche, no había tenido lugar. “No hay rastro de la agresión”, dijo la Policía tras visionar unos vídeos de las cámaras de videovigilancia de un edificio cercano al lugar en el que estaba estacionado el coche. Tras las conclusiones de la investigación, parece que no hay abogado que pueda sacar adelante las acusaciones de la dermatóloga en este proceso judicial que no solo ha revolucionado al mundo empresarial español, sino a esos juzgados patrios testigos de un inaudito baile de abogados; un contencioso que parece no haberle servido de mucho a esta mujer definida por la Policía como una “psicópata de manual”.
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Ha sido uno de los casos más polémicos del tejido empresarial español y las historias sobre el mismo aún siguen coleando. Elisa Pinto, dermatóloga de profesión, saltaba a los medios por acusar al empresario Javier López Madrid de acoso, amenazas, coacciones y agresiones. Sin embargo, el pasado 11 de diciembre la investigación de la Policía Nacional concluía que no había indicios de acoso por parte del yerno del marqués de Villar Mir. Además, los resultados del análisis policial determinaron que ella misma había “fabricado” las pruebas con las que pretendía inculpar al empresario. Según ha podido confirmar Vanitatis, Pinto intentó sacar adelante sus denuncias contra López Madrid y contó con un total de cinco equipos de abogados en su cruzada contra el empresario.
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