El día que el marqués de Griñón presentó a su nueva novia a Jaime de Marichalar

Los premios de poesía de la Fundación Loewe forman parte del llamado circuito cultural de Madrid. Desde hace diez años se entregan los galardones en un almuerzo organizado por la firma de lujo en el hotel Palace. A esta cita anual acuden invitados relacionados con el mundo de las letras, la moda y la pintura como Soledad Puértolas, José Antonio de Villena, Francisco Brines, Víctor García de la Concha, Cristina Peri Rossi, Luis Galliussi, González Sinde, Sádaba, Charo IzquierdooSheila Loewe. En general personas conocidas que tienen que ver con el arte en todas sus facetas o con la fundación, como es el caso de Enrique Loewe y sus hijas, que representan la quinta generación de la que fuera la empresa familiar de complementos por excelencia, fundada en 1846.

Este año los premiados fueron Víctor Rodríguez Núñez y Carla Coronado, que tras el almuerzo agradecieron al jurado su decisión. Hubo un recuerdo para el patriarca, Enrique Loewe Linch, que fallecióhace una semana a los 103 años.

Fueron numerosos los invitados ilustres. Entre ellos Carlos Falcó, el marqués de Griñón, y Jaime de Marichalar. El bodeguero aprovechó para presentarle a su nueva novia, Esther Doña. Los tres compartieron mesa. El ex de la infanta Elena, que es consejero de Loewe y mano derecha de Bernard Arnault, dueño de LVMH, acaba de llegar de París, donde ha asistido a los desfiles de alta costura “porque forma parte de mi trabajo”.

El exduque de Lugo ha demostrado a lo largo de estos últimos tiempos convulsos para la que fuera su familia política que es hombre discreto y carente de rencor. Precisamente por esono comenta nada que tenga que ver con la imputación de sus excuñados Urdangarin y la infanta Cristina. En cambio sí habló de cómo se encuentran sus hijos: “Felipe está encantado en el internado y estudiando mucho. Fue una gran idea alejarle de Madrid, donde se convirtió en centro de atención. Lo pasó mal, muy mal, y el pobre no entendía por qué se metían con el”. El exduque de Lugo tiene un viaje pendiente: “Aún no he ido a verle. A lo mejor el mes que viene viajo a Estados Unidos”.

De su hija Victoria dijo que es un niña muy fácil de llevar, que es un encanto, muy dócil y entregada al mundo hípico, como su madre. “El problema es que es un deporte muy caro”. Al preguntarle si era más Borbón que Marichalar, comentó barriendo para casa: “Es muy parecida en carácter y también físicamente a mi hermana y a mi madre”. De la situación política prefirió no extenderse: “Es muy triste todo lo que está pasando".

El marqués, pendiente desu chica

El marqués de Griñón, con gafas oscuras por un problema ocular, estuvo en todo momento pendiente de Esther Doña, de la que no se separó durante todo el tiempo que permanecieron en el comedor. Se la notaba un tanto desubicada. Al natural, la novia y futura marquesa de Griñón es más guapa y más joven que en la revista. Quizá para que no se note tanto la diferencia de edad es de las pocas mujeres que en vez de quitarse años se los pone.

En la misma mesa también se encontraba Marisa de Borbón, que también es fija en esta entrega de premios. La dama explicó que se estaba recuperando de una intervención en el ojo derecho: “Aún no estoy del todo bien”.

Los 'mensajes yogui', en boca de todos

Y como ya es habitual en este tipo de reuniones literarias, la actualidad no faltó en las conversaciones de los invitados. Uno de los temas tenía que ver con lo que algunos escritores llamaron “la nueva estrategia de Mario (Vargas Llosa) para vender Cinco Esquinas”, que no era otra –según ellos– que formar parte de las revistas de entretenimiento. Y otro tema de debate fueron los polémicos mensajes de Whatsappque la Reina Letizia envió hace un año a su amigo Javier López Madrid. Ahora ya examigo, según confirmaba la Zarzuela. Hubo opiniones diferentes, pero la mayoría coincidía en que aun tratándose de una conversación privada era también una gran imprudencia por parte de la consorte real. En este sentido, fue el escritor Eduardo Mendicutti, el que con su gran sentido del humor definió el mensaje: “A míuna amiga me llama 'compi yogui' o se despide con 'miss you' y no la vuelvo a hablar. Con la edad de Letizia no se pueden escribir esas cosas como si fuera una quinceañera”.

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