El gesto más humano del Cordobés en el que ha mediado su mujer, Virginia Troconis
La venezolana cuenta a Vanitatis cómo Marta Reíllo, fiel admiradora de su marido, se le acercó en Morón de la Frontera para pedirle ver al torero. La pareja aceptó encantada
Marta Reíllo (Cuenca, 1992) nunca olvidará el 12 de marzo de 2016. La fecha quedará marcada a fuego en su memoria porque ese día abrazó a su ídolo, el torero Manuel Díaz, el Cordobés. Era su sueño desde niña y tuvo un hada madrina que se lo concedió este sábado, Virginia Troconis, la esposa de Manuel. Según narra la joven en las redes sociales y confirma la venezolana a Vanitatis, Marta se le acercó en la plaza de toros de Morón de la Frontera donde reaparecía el diestro y sin apenas poder articular palabra. De hecho, necesitó la ayuda de una amiga para que hiciese la petición por ella de conocer a su marido. “Cuando se me acercó pensé que era extranjera. La pobre no podía ni hablar de la emoción y pensé que sería por el idioma. Estaba emocionadísima”, explica Troconis en conversación con este medio.
Marta es novillera y lleva años dedicada a su principal vocación: el toreo. Desde siempre tuvo en Manuel su referente y, según ha explicado ella misma en las redes sociales, necesitaba transmitirle al torero su admiración. Una admiración que él agradeció con un sentido abrazo una vez la tuvo delante. Cuenta Virginia que cuando Marta se le acercó en la plaza la animó a que acudiera a ver a Manuel a la habitación de hotel en el que se hospedaba. “Sabía que él la iba a recibir”, dice la venezolana. Y así fue. Una vez terminó la corrida, Reíllo estaba como un clavo en la cita y esperó a que Díaz se duchara y vistiera para entrar a verle en esa habitación 28 que recordará siempre. “El día de ayer no lo olvidaré en mi vida. Tanto tiempo queriéndote conocer y por fin he podido conseguirlo! A pesar de mis nervios, el no poder articular palabra y mis ojos que no paraban de llorar, no me quise dejar ni un solo detalle sin ver de aquella habitación de hotel número 28... Me da pena el no haber podido hablar más y el decirte tantas cosas como quería”, explica la joven de 24 años en las redes sociales.
Al parecer Marta no pudo reprimir las lágrimas al abrazar al torero y tuvo que ser su amiga la que explicara los sentimientos que la novillera tiene hacia Manuel. Esos que ella ha tratado también de detallarle a través de un sentido mensaje difundido en Instagram: “No te puedes hacer una idea lo que significas para mí desde bien pequeña y seguirás siendo… Eres un gran ejemplo y nunca cambies. En este mundo pienso que lo más importante es la humildad y el ser buena persona y tú tienes para dar y regalar! Espero poder compartir muchos más momentos juntos y que sea verdad lo de tentar juntos como me dijiste”.
Por su parte, Manuel se ha comprometido a invitarla a su campo, tal y como confirma Virginia a Vanitatis: “Él está encantado y se pondrá en contacto con ella a través de su oficina de prensa”. Pero por si hubiese alguna duda, él mismo así se lo ha hecho saber a la joven respondiendo cariñosamente a su mensaje. “Fue un placer conocerte Marta. No pierdas la inocencia y la ilusión y lucha por tus sueños. No hay nada que se resista a un corazón entregado y decidido. Yo también tuve comienzos difíciles. Te llamaré para ese tentadero prometido. Un abrazo cariñosísimo”, le escribe el maestro.
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Marta Reíllo (Cuenca, 1992) nunca olvidará el 12 de marzo de 2016. La fecha quedará marcada a fuego en su memoria porque ese día abrazó a su ídolo, el torero Manuel Díaz, el Cordobés. Era su sueño desde niña y tuvo un hada madrina que se lo concedió este sábado, Virginia Troconis, la esposa de Manuel. Según narra la joven en las redes sociales y confirma la venezolana a Vanitatis, Marta se le acercó en la plaza de toros de Morón de la Frontera donde reaparecía el diestro y sin apenas poder articular palabra. De hecho, necesitó la ayuda de una amiga para que hiciese la petición por ella de conocer a su marido. “Cuando se me acercó pensé que era extranjera. La pobre no podía ni hablar de la emoción y pensé que sería por el idioma. Estaba emocionadísima”, explica Troconis en conversación con este medio.
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