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Amancio Ortega, al borde del llanto en su 80 cumpleaños
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su hija le preparó una fiesta sorpresa

Amancio Ortega, al borde del llanto en su 80 cumpleaños

El dueño de Inditex no pudo esconder sus sentimientos cuando vio a sus trabajadores rendirle un homenaje. La organizadora de la fiesta fue su hija Marta

Foto: Amancio Ortega y su mujer, Flora Pérez (Gtres)
Amancio Ortega y su mujer, Flora Pérez (Gtres)

Amancio Ortega no pudo reprimir la emoción y miles de personas fueron por primera vez testigos de cómo al empresario se le empezaban a humedecer los ojos. El segundo hombre más rico del mundo al borde del llanto. Cuesta imaginarlo, pero fue así. El dueño de Inditex no pudo esconder sus sentimientos cuando vio a sus trabajadores rendirle un homenaje con motivo de su 80 cumpleaños. Era una fecha señalada, sí, pero no se esperaba una sorpresa de esas características: 4.000 hombres comandados por su hija Marta convirtieron la sede de Arteixo (A Coruña) en una gran fiesta para él y lo que parecía que iba a ser una jornada más terminó siendo un día inolvidable.

Según informa 'El Faro de Vigo', Ortega comenzó a sospechar que el de ayer no iba a ser un día más cuando en su visita rutinaria por las instalaciones de Arteixo le recibió su hija Marta, su nieto Amancio y también una cámara de vídeo. En su recorrido por la sede los trabajadores decidieron hacer un gran pasillo para aplaudirle y desearle un feliz cumpleaños. En el techo varios globos de helio decoraban una empresa en la que el 28 de marzo se había declarado día festivo.

Amancio llora tras ver la sorpresa que sus trabajadores le tenían preparado

Marta, la organizadora de todos los preparativos (con la inestimable ayuda de su madre, Flora Pérez), preparó un vídeo en el que salían trabajadores de todo el mundo que dejó muy tocado al magnate textil. En él, varios empleados le dedican un cariñoso mensaje de cumpleaños y además participan en una 'flashmob' al ritmo de la canción 'Celebration'. Su hija fue la artífice de que todo saliera perfecto y aquello emocionaba aún más si cabe a nuestro protagonista.

El resultado, que superó todas las expectativas, fue fruto del esfuerzo de la amazona, que desde varios días antes había ensayado la coreografía de la'flashmob' con sus compañeros. Tal y comopudieron presenciar varios testigos, durante los ensayos todos los participantes levantaban las manos sosteniendo varios carteles con el mensaje: “Muchas felicidades”.

Sin embargo, el vídeo no fue el único regalo que recibió Ortega. Como toda fiesta de cumpleaños que se precie, el homenajeado tuvo su tarta de cumpleaños, un pastel que presidían las velas con su edad cumplida: 80. A continuación se soplaron las velas, se troceó la tarta y los Ortega, acompañados de todos sus empleados, se comieron su correspondiente porción.

No faltó detalle. Por lo multitudinario del evento, Marta había previsto instalar pantallas para que aquellos que no estaban “en primera fila” pudieran seguir las reacciones del 'jefe'. Ese que a pesar de poseen una fortuna de 60.000 millones de euros quiso agradecer personalmente a todos los empleados que pudo el detalle que estaban teniendo con él.

Aunque es cierto que fueun evento muy alegre, la fiesta de cumpleaños de Amancio Ortega en Arteixo se celebrócon la misma discreción con la que el segundo hombre más rico del mundo acostumbra a llevar su vida privada. Hasta el mismo día no se supo lo que su hija Marta y 4.000 personas más se traían entre manos y es que si hay una máxima a seguir dentro del imperio textil que preside el gallego, esa es la prudencia y la mesura. De hecho, según cuenta la prensa local fueron muchos los empleados que se negaron a desvelar los detalles de la fiesta a cualquier medio de comunicación. Dentro de Arteixo todos dicen que son una gran familia y una vez más así lo han demostrado.

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Amancio Ortega no pudo reprimir la emoción y miles de personas fueron por primera vez testigos de cómo al empresario se le empezaban a humedecer los ojos. El segundo hombre más rico del mundo al borde del llanto. Cuesta imaginarlo, pero fue así. El dueño de Inditex no pudo esconder sus sentimientos cuando vio a sus trabajadores rendirle un homenaje con motivo de su 80 cumpleaños. Era una fecha señalada, sí, pero no se esperaba una sorpresa de esas características: 4.000 hombres comandados por su hija Marta convirtieron la sede de Arteixo (A Coruña) en una gran fiesta para él y lo que parecía que iba a ser una jornada más terminó siendo un día inolvidable.

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