La historia se repite: Preysler recogerá con Vargas Llosa el premio que recogió con Boyer

El pasado siempre vuelve. Esta frase que sirve para actualizar cualquier historia es clave en la vida de Isabel Preysler. Y más desde que ella y Vargas Llosa hicieran pública hace un año su relación. Un afecto del que ya se rumoreó en 1989, como se publico en la revista 'Tiempo'. En aquel momento estaba casada con Miguel Boyer y no hubo más recorrido que aquella especulación motivada por el impacto que causó Isabel al escritor cuando le entrevisto para una revista. Al menos eso se dijo. La historia quedó en eso, en un rumor. Aunque algo debió sentir Vargas Llosa en aquel entonces porque una de sus primeras declaraciones cuando ya se hizo oficial fue “no voy a esperar otros treinta años”. Y así ha sido. Si todo va bien se convertirán en marido y mujer cuando el escritor tenga su divorcio.

[Ver:Vargas Llosa frenó en seco su 'offshore' días antes de recibir el premio Nobel]

Y el pasado no solo vuelve sino que ahora la peña periodística Primera Plana actualiza el historial de vida de Preylser al elegirla a ella y a su flamante novio para otorgarles un premio especial el próximo 26 de abril, como ha adelantado Vanitatis. Lo anecdótico de esta situación es que en abril de 1984, la misma peña periodística otorgaba el premio Limón a Isabel Preysler, casada entonces con el marqués de Griñón. También había otro premio especial para Miguel Boyer, flamante ministro de Economía casado aún con la ginecóloga Elena Arnedo. Ambos acudían al hotel Miguel Angel de Madrid para recoger sus premios. Lo hacían por separado, a pesar de que llevaban juntos desde hacía tiempo, aunque todavía no era del dominio público. La peña que otorga este año un premio especial al romance de Isabel Preysler y Vargas Llosa, ya hizo lo mismo (aunque sin querer) con la 'socialite' y el “superministro”.

Salvo algunos periodistas, como fue el caso de Julian Lago, director de la revista 'Tiempo', que lo llevaría meses después a portada con el titular “A Boyer le tocó la china”, nadie intuía en aquel salón que esas imágenes servirían para ilustrar lo que seria “el romance del año”. Isabel se separaría meses después de Carlos Falcó y el político haría lo mismo trasladándose durante un tiempo a la casa de El Viso hasta que finalizaron las obras de la mansión de Puerta de Hierro. Isabel tenía 36 años, cuatro más que los que ahora tiene su hija Tamara. El ministro se convertiría en su tercer marido.

Tantos años después la reina de corazones volverá a representar en esa entrega del premio Naranja y Limón ese pasado que en su caso siempre está de actualidad. La diferencia es que lo hará con el hombre que se prendó de ella hace tres décadas y su futuro cuarto marido.

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