Mario Vargas Llosa: “La felicidad tiene nombre y apellido, Isabel Preysler”

El cumpleaños de Mario Vargas Llosa fue una declaración de amor en toda regla a Isabel Preylser. Aunque se trataba de una reunión festiva, los invitados nada tenían que ver con el mundo social y sí con el académico, literario y político. De ahí la sorpresa de los asistentes cuando el nobel, micrófono en mano, le dedicó unas palabras de hombre entregado a su novia: “Cada día que paso contigo es mejor que el anterior. Y ya sé que la palabra felicidad tiene un nombre y apellido: Isabel Preysler”.

[Ver: Vargas Llosa frenó en seco su 'offshore' días antes de recibir el premio Nobel]

Aplausos de los amigos y emoción en los ojos de la reina de corazones con el homenaje que le estaba dedicando ante el mundo el que será su cuarto marido. Según indicaron esta misma noche a este medio, el divorcio está al caer porque al final Patricia Llosa no ha puesto impedimentos e incluso ha rechazado requerir los derechos de autor de la obra literaria que le corresponderían. Álvaro Vargas Llosa, el único hijo que participó en el homenaje, tuvo también palabras de agradecimiento, aunque no hacia la 'socialite', sino hacia su madre. El primogénito y su mujer, Susana, ejercieron también de anfitriones con algunas de las amistades peruanas de su padre conocedoras de la querencia del nobel a coleccionar figuras de hipopótamos. Mario recibió una escultura de piedra de este animal adquirida en Perú de parte de su hijo, su nuera y amigos de toda la vida. De hecho, tiene más de 3.000.

Fue una noche emotiva donde todo funcionó a la perfección. Organizada por el secretario general de la fundación de la que él es patrono -Fundación Internacional para la Libertad-, Gerardo Bongiovanni, y por Juancho Armas Marcelo, que dirige la catedra Vargas Llosa, los invitados estaban citados a las ocho de la tarde en el hotel Villa Magna. Al acudir seis expresidentes de Gobierno y empresarios de España y de Sudamérica, el recinto estuvo custodiado por las fuerzas de seguridad. Una vez dentro, los invitados accedían al primer piso, donde se sirvió un cóctel seguido de una cena que consistió en timbal de pollo escabechado y verduras primavera con emulsión de mostaza y crujiente de kikos. A continuación se sirvió suprema de merluza, pimientos asados en josper, jugo de mejillones y azafrán. Y de postre, capricho de queso y corazón de frambuesa con su sorbete. Un menú en el que no tuvo nada que ver Isabel Preysler. En lo único que intervino fue en la elección de la soprano que le cantó 'Oh mio caro' a su novio. La profesional fue una recomendación de Isabel Falabella.

Las mesas, en la que se sentaban entre diez y doce comensales, tenían cada una el nombre de la obra literaria del homenajeado, que reunió en la suya (bajo el título 'Cinco esquinas', sú última novela) al premio Nobel Orhan Pamuk y su mujer, a Antonio Caño, Pilar Reyes, Pilar Solís, Juan Luis Cebrián y Nuria Cabuti Brull. El protagonista tuvo un detalle con los invitados, a los que regaló un libro homenaje bajo el titulo 'Ideas en libertad' (Lid editorial). Ochenta autores destacados del mundo político, intelectuales, librepensadoras tanto de España como de Latinoamérica dedicaban artículos y comentarios sobre la obra y pensamiento del nobel.

A la 1:30 de la madrugada la pareja despedía a los últimos asistentes. Una noche inolvidable para Isabel Preysler, que entraba por la puerta grande en el mundo intelectual de la mano de un novio entregado.

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