Lo que calla Vicky Martín Berrocal de Manuel Benítez, el Cordobés

Cuando a Vicky Martín Berrocal se le pregunta por la resolución de las pruebas de paternidad que demuestran que Manuel Díaz es hijo de Manuel Benítez, la diseñadora no puede evitar emocionarse. Esa mujer pasional, segura de sí misma y tan echada para delante deja paso a otra mucho más frágil que no puede evitar que se le humedezcan los ojos. “Es que le quiero mucho y yo me casé con él cuando la vida le era muy complicada y todo esto era impensable”, se justifica.

Pero hay emociones que no se tienen que justificar y esta es una de ellas. Vicky ha vivido en primera persona la historia de un niño que siempre ha luchado por que su padre le reconozca como hijo. Mientras estuvo casada con Manuel dice que nunca se planteó que el diestro diera el paso de demandar al Cordobés, pero que si lo ha hecho ahora es porque ha llegado el momento. El final de la historia no por ser más previsible se convierte en menos feliz. Las pruebas de ADN demuestran que ambos toreros son padre e hijo y este jueves los juzgados seguramente otorguen a Díaz la sentencia definitiva para poder apellidarse Benítez. Para la que fuera esposa del demandante esto es una alegría inmensa, “un regalazo de esos que te da la vida”.

Aunque lo suyo como pareja no salió bien, Vicky y Manuel mantienen una estrecha amistad que va más allá de la relación cordial que deberían mantener por el bien de su hija Alba. Prueba de ello es que el torero ha llamado directamente a su ex para contarle cómo está viviendo todo esto. “Él está feliz y muy tranquilo, sobre todo, porque él no necesitaba que nadie le dijera quién es su padre, pero a Manuel Benítez sí había que decirle quién era su hijo. Esa es la diferencia”, dice rotunda Vicky.

La diseñadora es una protagonista colateral de toda esta historia. No solo conoce de primera mano la versión de su exmarido, sino que además, por la figura de su padre, José Luis Martín Berrocal, conoció y convivió mucho tiempo con Manuel Benítez. “Los dos abuelos de mi hija eran íntimos amigos, así que yo tengo mucho que contar en esta historia. Sin embargo, por respeto a ellos, que son los protagonistas, quiero esperar a que llegue mi momento”, dice. “¿Y qué opinas de la postura de los hijos de Manuel Benítez?”, le pregunta la prensa. “Uy, no sigáis por ahí, pero te digo que el día que yo hable me voy a quedar sola”.

Durante toda la entrevista, Vicky Martín Berrocal se debate entre lo que quiere y lo que puede decir. Se compromete a convocar a los medios el día que pueda contar todo lo que sabe. De momento, quiere ser cauta, incluso con la idea de que su hija Alba pueda llegar a tener contacto con Benítez. Sobre ese asunto tan peliagudo ella echa balones fuera y dice que pasará lo que tenga que pasar.

El talento de Vicky

Esa misma máxima la aplica también en su próxima aventura televisiva: ‘Levántate All Stars’. La diseñadora se sube al escenario para demostrar que también tiene arte cantando. Es casi un secreto que a ella le han ofrecido incluso grabar un disco, así que se puede dar por hecho que no se le da mal. “Canto desde donde me duele, desde donde diseño, desde donde hablo… Todo lo que hago lo siento mucho y pretendo transmitir esa emoción”, presume Vicky. Sin embargo, dicen fuentes de la productora que ella fue uno de los participantes a los que más costó convencer. ¿Por qué? “Por el respeto y la admiración que tengo por la música y los artistas y la gente que se dedica realmente a esto. A mí no me gusta ser intrusa de mundos que no son los míos”, explica.

El sábado debutará en el arte de cantar ante esos espectadores que creen que solo vale para diseñar. El programa será la segunda alegría que reciba en apenas tres días y es que, a pesar de estar muy involucrada en este nuevo proyecto, confiesa que este jueves tendrá su mente en Córdoba, donde se celebrará el juicio de Manuel Díaz y Manuel Benítez. Sobre este asunto manda un recado a la prensa: “Quiero que estéis arropándolo allí. Mi alegría sería que Córdoba se echara a la calle y arropara a ese niño. Si de repente Benítez decide no ir, que él no se sienta solo y que todo este camino en el que ha estado tan acompañado al final sea de esa misma manera: arropado por España entera”. Vicky puede estar tranquila. Manuel Díaz nunca estuvo solo.

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