Ainhoa Arteta y Jesús Garmendia se separan tras once años de matrimonio

Once años que llegan a su fin. La soprano Ainhoa Arteta y el jinete Jesús Garmendia han decidido emprender caminos separados. Según publica 'ABC', la pareja ya lleva unas semanas separada y actualmente están en reuniones con sus abogados para confirmar los detalles del divorcio. El propio Garmendia ha confirmado que el distanciamiento entre ambos era un hecho, aunque no ha querido ratificar la noticia de la separación."Aún no hemos firmado el convenio regulador y no hay nada más que decir. Es un momento difícil para ambos y por respeto a ella y a mi hijo no voy a hablar", ha comentado al citado medio.

El matrimonio entre Arteta y Garmendia ha sido, durante algo más de una década, idílico en todos los sentidos. Se conocieron en el año 2005 y, al cabo de los años, tuvieron a Íker, su primer hijo. Este vino al mundo cuando la pareja ya estaba totalmente asentada, en enero de 2010. Ainhoa ya tenía a una hija, Sara, de su segundo matrimonio con Dwayne Croft, un barítono estadounidense. Aunque ya eran felices viviendo en Barcelona y habiendo formado una familia, el matrimonio no había llegado aún a sus vidas. Eso cambió en 2013, cuando decidieron pasar por el altar y ella confirmó que había boda. "Ayer en Fuenterrabía nos casamos, boda íntima, los niños y nosotros. Gran día", expresó ella en Twitter.

Garmendia, el jinete con altibajos

Ahora, el distanciamiento ha podido ser una de las razones de que la pareja acabe decidiendo poner fin a su matrimonioya que, mientras él compite en el extranjero, ella está ocupada con la gira veraniega, que la lleva por lugares como Jerez de la Frontera, ya que actuará en el Festival Tío Pepe, que tiene lugar en la ciudad andaluza. Un recorrido profesional que la llevará por diferentes lugares y que hará que se reponga del disgusto. No es la primera vez que la soprano tiene que hacer frente a este tipo de situación, ya que su divorcio de Dwayne Croft también fue, según aquellos que la conocen, bastante doloroso. Garmendia, que llegó a su vida apenas dos años después de aquella separación, fue el refugio perfecto para ella. Hace apenas un año, el donostiarra no atravesaba su mejor momento, ya que fracasó como gestor de una cuadra y tuvo algún que otro problema económico.

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Según la información que publicó Vanitatis, el ocaso de Garmendia comenzó en 2012 tras no saber gestionar la venta de los caballos que le habían cedido importantes empresarios. Hasta entonces, el jinete había montado los caballos de algunos propietarios como los de la familia Recondo (famosos por susgalletitas saladas). Gracias a esta labor, Garmendia podía acudir a los concursos y competir, ya que en ese caso es el propietario del animal el que asume los gastos, pero fue convertirse precisamente en eso, en gestor, lo que marcó el inicio de su decadencia como jinete. “No supo negociar la venta de caballos y es una pena porque es un magnífico jinete”, comentaban fuentes del mundo de la hípica.

Ahora, hará frente a una situación personal no muy agradable que le obligará, como a Arteta, a resetear su vida personal.

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