Can Poleta, la finca más querida de Mario Conde, sale a subasta a pesar del recurso
Conde había intentado esquivar su deuda económica alegando que pertenencias como Can Poleta estaban a nombre de una sociedad radicada en Luxemburgo, pero el juez Santiago Pedraz ha considerado que el verdadero propietario es él
Hace apenas un mes, Mario Conde paralizaba la subasta de su finca Can Poleta. El método para hacerlo: un recurso interpuesto ante la Audiencia Nacional. Sin embargo, de poco le ha servido, ya que a pesar del recurso, la puja se reiniciaba el pasado 22 de julio por un valor de 3.923.117 euros. También han salido a la venta otras de las propiedades rústicas del exbanquero en Mallorca. Conde había intentado esquivar su deuda económica alegando que pertenencias como Can Poleta estaban a nombre de una sociedad radicada en Luxemburgo, pero el juez Santiago Pedraz ha considerado que el verdadero propietario de la finca es él, dando vía libre a la subasta. En total, la cantidad reclamada por todos los inmuebles es de unos 20.650.877 euros.
La subasta de Can Poleta debe ser especialmente dolorosa para un Conde que pasó allí innumerables veranos en compañía de su ya fallecida mujer, Lourdes Arroyo. También fue allí donde esta pasó los momentos más delicados de su enfermedad.Contaba el propioMario Condeque fue ella la que hizo que él se enamorara de Mallorca. Él no mantenía ninguna conexión especial con la isla hasta que su suegro compró Can Poleta.“Tenía 25 años. Me acababa de casar.Toda mi vida mis veranos transcurrieron en Galicia. Allí conocí a mi mujer, Lourdes Arroyo. Pues bien, después de casarme, ella y su familia, que nada tenían que ver con Mallorca, decidieron que el lugar ideal para pasar el verano eran estas islas. Mi suegro, el padre de mi mujer, gustaba de navegar y decía que aquí, en las aguas costeras de Mallorca, no hay piedras ni bajos ni mareas ni corrientes. Mi mujer estaba de acuerdo y como yo soy muy obediente con los que mandan bien y muy rebelde con los que mandan mal, que de estos hay bastantes, obedecí, porque mi mujer me mandaba muy bien”, explicó Conde en un pregón.
Fue en 1982 cuando la adquirió comprándosela a su suegro y desde entonces siempre ha supuesto un placentero exilio veraniego para el exbanquero; una espectacular masía conformada por varias fincas en las que destacan los olivos milenarios y que está próxima al campo de golf del pueblo de Pollença.
El verano sibarita de Conde
Este verano, Conde tiene muchas cosas de las que preocparse, pero un repaso a sus visitas por las zonas de ocio de Madrid no parece decir lo mismo.Según confirmaba hace unos días Vanitatis a través de fuentes próximasal exbanquero, en el último mes ha acudido a restaurantes como La Máquina o el Amazónico con la misma actitud "despreocupada" que describían hace semanaspara este medio aquellos comensales que han coincidido con él. En ambos lugares,Condese mostró feliz y expansivo. En La Máquina, por ejemplo,estuvo acompañado por una mujer de identidad desconocida, algonada extraño desde que enviudó hace unos años. La actitud relajada y poco discreta del que fuera presidente de Banesto resultaba sorprendente habida cuenta de que lo único de lo que puede alegrarse en estos momentos es dela libertad condicional que le fue otorgada el pasado 17 de juniodespués de pagar los300.000 eurosde fianza.
Ahora, a esa preocupación se une la más que probable pérdida de esa casa en la que ha pasado algunos de los mejores momentos de su vida.
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Hace apenas un mes, Mario Conde paralizaba la subasta de su finca Can Poleta. El método para hacerlo: un recurso interpuesto ante la Audiencia Nacional. Sin embargo, de poco le ha servido, ya que a pesar del recurso, la puja se reiniciaba el pasado 22 de julio por un valor de 3.923.117 euros. También han salido a la venta otras de las propiedades rústicas del exbanquero en Mallorca. Conde había intentado esquivar su deuda económica alegando que pertenencias como Can Poleta estaban a nombre de una sociedad radicada en Luxemburgo, pero el juez Santiago Pedraz ha considerado que el verdadero propietario de la finca es él, dando vía libre a la subasta. En total, la cantidad reclamada por todos los inmuebles es de unos 20.650.877 euros.