Los detalles: el ágape minimalista, unos invitados inesperados y grandes ausencias
Repasamos cómo fue la boda de Rocío Carrasco y Fidel Albiac
"¿Pero qué se les ha perdido en un secarral de Toledo?". A cuarenta grados a la sombra, esa era la frase que más se repetía a las puertas del hotel Valdepalacios, lugar elegido por Rocío Carrasco y Fidel Albiac para darse el 'síquiero' tras años de noviazgo. Más de 250 invitados (aunque se comentaba que no había sillas para todos y a alguno le tocaría asistir de pie) acudieron a la finca toledana para acompañar a sus amigos en un día tan especial.
[Lee aquí: Así hemos vivido la boda en directo]
Desde Alba Carrillo a Lara Dibildos, pasando por Marta Torné y Chayo Mohedano como única representante de la familia materna de Rocío, todos llegaron puntuales a su cita. Las Campos no, porque ellas ya estaban dentro tras pasar elférreo control de seguridad que alguien (¿Rocío?, ¿el hotel?, ¿la revista de cabecera?) había impuesto.
Cuatro guardias juradocomprobaban minuciosamente que nadie se colase en el evento. Además de la lista con los nombres de los invitados, había que 'acreditarse' mostrando la invitación de bodas. Los trabajadores de la finca, por su parte, y a pesar de saludar afectuosamente a sus compañeros, o enseñaban el carnet de identidad o no entraban. Queda en duda si Paulina Rubio, que llegó como la diva que es en su furgoneta de cristales negros blindados a prueba de flashazos, también se vio obligada a demostrar que sí, que era una invitada más, aunque a todos sorprendiese.
La 'bronca' de la Guardia Civil
Rocío Carrasco y Fidel Albiac ya habían anunciado que en la boda habría alguna sorpresa, aunque seguro que la presencia de ciertos invitados fue sorpresa incluso para ellos. Treinta minutos antes de que empezase la ceremonia era tal el atasco formado en la carretera comarcal TO-119 que la Guardia Civil tuvo que hacer aparición.
"¡Seráque no tenéis sitio para meter los coches!", protestaron los guardias, preocupados por la seguridad en la única vía de acceso al pueblo de Torrico. Ni las explicaciones ni las disculpas de los miembros de seguridad, que en balde intentaban explicar la necesidad de comprobar que cada persona que llegaba estaba invitada, lograron calmar los ánimos de los guardias. "A mi me preocupa la seguridad, como haya un accidente...", zanjó uno de los guardias, antes de proseguir su camino.
No era en vano la preocupación de la Beneméritay es que según avanzaba la tarde empezaban a aparecer coches de curiosos. Vecinos de las localidades cercanas o torriqueños de camino a casa disminuían la velocidad para disfrutar del sarao, creando falsas alarmas a unos esperanzados 'paparazzi', quienes por cierto pudieron degustar el 'brunch'con el que los recién casados convidaron a sus invitados, ya que al mediodía la organización del hotel tuvo a bien servirles unos cruasanesy bollos de chocolate del desayuno. Ya por la tarde les sacaron unos refrigerios distribuidos en una escenografía algo 'minimalista'.
El recuerdo de su madre
Ni sus hijosni sus hermanosni su padrastro... Dos de sus tíos, Antonio y Manuel, junto a Chayo, pusieron el lado Juradoen la ceremonia. A su llegada, la hija de Amador Mohedano y Rosa Benito se mostraba "muy feliz" de estar con su prima en un día tan especial para ella, si bien no quiso valorar por qué nadie más de su familia había acudido al evento.
Poco se parece esta boda de Rociito asu primer paso por la vicaría, ya que el lugar elegido era un búnker en el que era tan imposible entrar como improbable que se filtrara alguna información (y eso que entre los invitados estaba Luis Rollán). Habrá que esperar hasta el domingo para ver las fotos de Rocío Carrasco con el diseño que le ha preparado Hannibal Laguna para la ocasión, aunque sí se sabe que entre las joyas que lució hay unos pendientes que han llevado tanto Carmen Borrego como Terelu Campos en sus bodas, así como una cruz de diamantes que perteneció a Rocío Jurado.
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"¿Pero qué se les ha perdido en un secarral de Toledo?". A cuarenta grados a la sombra, esa era la frase que más se repetía a las puertas del hotel Valdepalacios, lugar elegido por Rocío Carrasco y Fidel Albiac para darse el 'síquiero' tras años de noviazgo. Más de 250 invitados (aunque se comentaba que no había sillas para todos y a alguno le tocaría asistir de pie) acudieron a la finca toledana para acompañar a sus amigos en un día tan especial.
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