La última fiesta de soltero de Kiko Rivera antes de su boda con Irene Rosales

Las horas para que Kiko Rivera diga adiós a la soltería están contadas. De hecho, los invitados al enlace han comenzado a llegar desde el jueves al mediodía, entre los que se encuentran sus amigos, que han querido acercarse a su casa en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) para pasar el día con él. También la noche.

Los que han venido de fuera se alojarán en tres hoteles que ha buscado la pareja: hotel Abades, en el que previsiblemente se quedará Isabel Pantoja y el resto de la familia de Kiko, como hicieron en el bautizo de la pequeña Ana; hotel Plaza de Armas y Hotel Alcora. Desde estos tres puntos los novios pondrán autobuses para que se desplacen los invitados hasta la hacienda Los Parrales, en Sanlúcar la Mayor.

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La tarde previa a la boda, Kiko la ha aprovechado para resolver cuestiones de última hora. Unos días antes se dedicó a solucionar temas económicos. Con todo en orden, el jueves tarde se dio un pequeño homenaje. Fue a buscar su traje de boda y el de sus amigos, que lo han alquilado para la ocasión, ya que tienen que ejercer de testigos. La ropa para el enlace la han recogido en Sevilla, en la tienda Rúa Chaqués, el mismo lugar al que el DJ acudió para la boda de su hermano Cayetano hace unos meses. Por cierto, el traje de novio esta vez está hecho a media y así evitará que le quede grande como le pasó en la boda de su hermano.

Otra de las actividades preparadas para la tarde del jueves fue hacerse retoques de última hora. Kiko se ha repasado la barba, las cejas y se ha hecho las manos… Todo en compañía de sus amigos porque Irene no puede ver el traje de su chico y, además, ella había quedado con amigas para resolver sus asuntos.

La futura nuera de Isabel Pantoja dedicó su último día de soltera a poner en orden todos los preparativos. Irene dejó a la pequeña Ana en casa de sus padres y a las diez de la mañana llegó a la peluquería Akilea, en Gines, y allí estuvo hasta la una de la tarde. Después, al terminar la sesión de belleza, se fue a comer con sus amigas.

Pero aún quedaba lo mejor. Una vez que finalizaron con las tareas pendientes, tocó disfrutar de la última cena como solteros. Todos los amigos salieron juntos a cenar con los contrayentes. Lo hablado era de una salida sin grandes excesos, aunque algunos amigos de Kiko tenían la idea de brindar por el matrimonio con una copa y luego otra y alargarlo hasta altas horas de la madrugada. Al fin y al cabo la boda es de tarde. La última cena de Kiko como soltero podría haber tenido sorpresas y haberse convertido en su última gran fiesta antes de contraer matrimonio.

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