Jesús Zaldívar, el hermano y ‘cómplice’ de Mayte Zaldívar, también en libertad

Parece que el nuevo año traerá buenas nuevas al ‘clan Zaldívar’. La que fue la ‘primera dama’ de Marbella tiene marcado el próximo 4 de enero como el día oficial que podrá disfrutar de la libertad condicional, aunque por permisos penitenciarios, podrá disfrutar ya de este fin de semana, y de la Nochevieja, con los suyos, según informan a este medio. Pero no es la única buena nueva para Mayte Zaldívar.

Según ha podido saber Vanitatis en primicia, la libertad de su hermano Jesús Zaldívar, quien fuera su cómplice, según la Justicia, ya tiene también fecha: el próximo 6 de enero, Día de Reyes. Mayte y Jesús fueron condenados en el marco del ‘caso Blanqueo’ por crear sociedades y mover el dinero de Julián Muñoz de Marbella a Suiza, aunque dijeron no saber que su origen era ilícito. Después, tras el divorcio de Mayte, según la sentencia, su hermano intentó poner a salvo el dinero que el exalcalde había llevado “en bolsas de basura” a la casa que compartió con Mayte. Según Jesús, lo hizo para que ella pudiera tener “algo” y nunca se quedó con nada. Los dos alegaron que creían que los 600.000 euros procedían de sus actividades políticas.

Los hermanos Zaldívar han seguido una vida penitenciaria muy paralela. En octubre de 2014, ambos ingresaron en la prisión de Alhaurín de la Torre para cumplir una condena de dos años y medio. Ambos se declararon insolventes y no abonaron la multa que impuso la Audiencia, aunque le fueron embargadas cuentas y propiedades. Jesús accedió al tercer grado penitenciario en junio pasado, mientras Mayte lo lograba el 12 de agosto tras cumplir más de la mitad de la condena. Jesús no sólo había tenido buen comportamiento durante su estancia en prisión sino que había logrado un trabajo como administrativo en la empresa Paradiso Rural 2004, una empresa cuyo administrador único es Francisco Gómez González con sede en la localidad malagueña de Mijas y que se dedica a la prestación de servicios de hospedaje en hoteles y casas rurales.

A Mayte, sin embargo, el régimen de semilibertad se le resistió unos meses más. El juez de vigilancia penitenciaria se negaba a conceder ese beneficio porque alegaba que Mayte no había devuelto el dinero a los contribuyentes y, además, no había conseguido un trabajo. Su novio, Fernando Marcos, recogió firmas en Change.org y fue Elia, una de sus hijas, quien le hizo una oferta laboral y se convirtió en su mejor aval al convertirla en niñera de su nieta. Los informes psicológicos hicieron el resto: acreditaban que Mayte había tenido un buen comportamiento en la cárcel porque, entre otras cosas, ayudaba a alfabetizar a sus compañeras y contribuía al ‘buen clima social’.

Jesús pasaba a este régimen de semilibertad en el Centro de Inserción Social Manuel Montesinos Molina en Algeciras y Mayte lo pedía en el centro de Internamiento de Málaga por su proximidad con su domicilio en San Pedro de Alcántara, su familia y pareja. Pero los papeles se intercambiaron y en diciembre Mayte conseguía antes que Jesús un papel judicial con las palabras libertad condicional mientras su hermano debía seguir pernoctando en el centro de lunes a viernes. Esa misma semana su abogado, Francisco Miranda, interpuso un escrito en el que solicitaba la libertad condicional al juzgado de vigilancia penitenciaria.

En el escrito, al que ha tenido acceso Vanitatis, se alegaba que Jesús cumplía todos los requisitos establecidos en la legislación penal para que le fuera otorgada la libertad condicional. Así, se alega que Jesús cumplirá las tres cuartas partes de su condena el próximo 6 de enero, ha tenido una conducta intachable y ha participado en todas las actividades que se le ha programado desde la Junta de Tratamiento cuando se hallaba interno en el centro penitenciario malagueño de Alhaurín de la Torre, además de mostrar un sincero arrepentimiento por el daño causado. También alega la lejanía en el tiempo de sus acciones delictivas. A todas estas circunstancias se suman, según se refleja en el escrito, que Jesús tiene arraigo social y familiar y no tiene riesgo de reincidencia porque nunca antes había utilizado el delito como forma de vida. No era la primera vez que Jesús Zaldívar solicitaba su libertad, pero hasta ahora se había topado con el silencio de la Junta de Tratamiento del centro social de Algeciras como respuesta. Ahora, es el juez quien resuelve a su favor y le concede la ansiada libertad.

A partir de enero, Mayte y Jesús estrenan vida lejos de los muros de prisión y solo tendrán la obligación, además de no volver a delinquir, de fichar una vez al mes en un juzgado.

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