José Fernando, de la cárcel al funeral de Palomo Linares

Este martes, el funeral de Sebastián Palomo Linares contó con un asistente inesperado: José Fernando Ortega Cano. El hijo de Rocío Jurado, arrestado por enésima vez el pasado 21 de abril tras protagonizar un tenso encuentro con la policía y que finalizó con una supuesta agresión a uno de los agentes, fue el invitado sorpresa en la despedida del mítico torero. Vestido con una chaqueta azul y con una expresión apagada en el rostro, José Fernando evitó hablar de sus últimos problemas con la policía y, parapetado tras unas gafas de sol, dio la callada por respuesta a los periodistas.

Algo sucede con el joven, que a cada paso que da se equivoca y termina reflexionando sobre lo sucedido en el calabozo. Pero no solo él tiene mucho que pensar sobre lo que está pasando en su vida, ya que su padre, José Ortega Cano, también está perdido con esta situación y se queja de no encontrar una solución efectiva para los problemas de su hijo, que está a la espera de que este jueves se dictamine si debe volver a ingresar en prisión tras los pertinentes análisis médicos para determinar su estado mental.

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Poco después de su último arresto, José Fernando fue puesto en libertad, pero aún le quedaba el paso de explicar lo sucedido ante el juez para arrojar más luz a su comportamiento y contextualizar las circunstancias en las que había tenido lugar el incidente. Junto a él estaba su padre, que no puede disimular el pesar de ver una y otra vez a su hijo entrando y saliendo de prisión, de centros de rehabilitación o centros médicos sin encontrar solución a sus propios demonios.

Es por ello que trata de jugar la última baza que le queda, que pasa por eludir la prisión para su hijo y tratar de que se recupere en un centro psiquiátrico en el que esté atendido por profesionales: “La cárcel no es el mejor lugar para mi hijo. Los médicos especialistas son los que pueden ayudarle de verdad”, mantenía el diestro durante este nuevo bache en el camino de su hijo que le imposibilita una vez más a llevar una vida ordenada y estable en la que poder encontrarse consigo mismo, así como dejar de dar disgustos a la familia: “Este diario no se puede aguantar y mi corazón tampoco”, se quejaba Ortega Cano, ante la impotencia de ver cómo su hijo no sigue el buen camino y no saber cómo reconducirlo por su bien.

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La defensa de Gloria Camila

Mientras tanto, José Ortega Cano no olvida a su otra hija, una Gloria Camila que estos días se ha estrenado como participante en 'Supervivientes'. El diestro ha declarado que la joven puede quedar finalista en el reality y no solo eso, sino que también le ha enviado un mensaje para que, desde la isla y ante la adversidad, recuerde la canción favorita de su madre, aquel 'Ayúdame señor a caminar' que tanto sirvió para mejorar el ánimo de la 'más grande' en las situaciones más difíciles. Eso es lo que parece hacerle falta a Gloria Camila​ que, en sus primeros días en la isla, se ha enzarzado en una pelea con Alba Carrillo que llegó a las manos. El motivo: los ataques de la modelo, que la acusó de ser una manipuladora.

Kiko Jiménez quiso defender a su novia espetándole a Carrillo que "rastrero es ir a un plató de televisión a hablar de tu expareja". "¡A mí no me toques los cojones, que rastrero son muchas cosas!", estalló Alba Carrillo a la vez que se encaraba al joven y añadía: "¡Mi padre no ha estado nunca en la cárcel!".

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En ese momento Gloria Camila, que estaba apartada del grupo, se lanzó contra la hija de Lucía Pariente que, lejos de achantarse, se encaró con Alba Carrillo. Entonces, la hija de Ortega Cano emprendió a empujones con la modelo, que no dudó en contestar su ataque hasta el punto en que ambas concursantes tuvieron que ser separadas por sus compañeros. "¡Que te parto la cara!", le gritó Gloria Camila a la modelo. Está claro que los hijos de la Jurado y Ortega Cano son, al menos durante estos días, sinónimo de polémica.