De la piscina de su padre a una clínica para adelgazar: el verano 'oculto' de Tamara Falcó

Películas que le gustan, canciones que significan algo para ella… Este verano, Tamara Falcó ha compartido poco que tenga que ver con ella o su propia imagen en las redes sociales. Seguir su rastro se ha convertido en ardua tarea para aquellos que han querido saber más acerca de las vacaciones o las vivencias diarias de la joven. Las últimas noticias sobre ella apuntan a que Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa se la han llevado con ellos a la clínica Buchinger para que pierda unos cuantos kilos, tal y como publicaba 'El Español' estos días. Según ha podido constatar 'Vanitatis', los alrededores del centro, que se hizo famoso cuando Carmen Sevilla lo mencionaba una y otra vez tras visitarlo en sus veranos marbellíes, se han llenado este verano de 'paparazzi'. El objetivo de los fotógrafos es captar alguna imagen de la 'socialite', el Premio Nobel y, sobre todo, la propia Tamara.

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Paloma Barrientos

Sin embargo, hasta que Tamara ha desembarcado en un centro que promete mejorar su figura, ha ido dejando pistas de cómo ha transcurrido este verano para ella, en el que no han existido las poses a pie de playa ni la algarabía propia del estío de otros famosos, sino una tranquilidad casi existencialista, a juzgar por los muchos mantras que ha compartido en las redes sociales. Tamara estuvo un buen tiempo en la finca que posee su padre, el marqués de Griñón, en Malpica de Tajo (Toledo). También opinaría, poco tiempo después y de manera positiva, acerca de la boda de este con Esther Doña. Desde aquel lugar de la Mancha y sumergida en la piscina que posee su progenitor, la hija de Isabel Preysler se encargó de publicitar una marca de maquillaje resistente al agua. Sin embargo, esa ha sido la excepción que confirmaba la regla, ya que las fotos 'influencer' han brillado por su ausencia.

Tamara ha preferido las frases inspiradoras y los días en familia al 'postureo' Instagram. Así lo demostraba cuando, a mediados de julio, se iba de concierto para ver a su hermano, Enrique Iglesias y compartía un vídeo del evento. La joven no solo disfrutó de su música, sino que salió a defenderlo públicamente cuando Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, lo calificó de “bochornoso” después de que algunos fans se quejasen de la poca voz del cantante. “En vez de pedir explicaciones debería pedir perdón: mi hermano ha sido su mejor embajador”, escribía. Poco tiempo después, se trasladaba a La Manga para pasar un fin de semana junto a una amiga y entonces sí se permitía colgar una fotografía de las dos. De nuevo, una excepción.

Y siguiendo con el periplo familiar, parece que ahora le toca el turno a su madre y a Vargas Llosa, que la han llevado de la mano para que también se cuide un poco. Y quizá sea esa faceta familiar la que enternece a muchos de sus seguidores, la que convierte a Tamara en una 'rara avis' entre el mundillo de las poses y el famoseo.