Guiones, tiaras y vestuario: los hijos de Audrey Hepburn subastan su vida

Más de medio millar de objetos personales de la colección privada de Audrey Hepburn saldrán a la venta el próximo 27 de septiembre en la sede de Christie’s en Londres que hasta ahora estaban en posesión de sus hijos, Sean Hepburn Ferrer y Luca Dotti. Un elevado número de lotes cuyo precio de salida va desde 200 dólares (un libreto publicitario de ‘Vacaciones en Roma') hasta más de 120.000 dólares (el guion original con anotaciones de la película estrella de la actriz, ‘Desayuno con diamantes’).

El catálogo, disponible en la web de la casa de subastas, donde desde el día 19 de septiembre hasta el 3 de octubre se pueden adquirir online algunas piezas (las de menor valor, las más espectaculares no saldrán hasta el 27), abarca desde piezas exclusivas de vestuario y joyas hasta maletas, negativos de sesiones fotográficas de rodajes (de ‘Sabrina’ para la revista 'Life', por 40.000 dólares), postales manuscritas y hasta un mechero.

En total, más de 300 lotes entre los que destacan el traje de torera que compró en Madrid (40.000 dólares), la tiara del rodaje de ‘Dos en la carretera’ (14.000 dólares), el vestido de cóctel negro de Givenchy Couture de ‘Charada’ (110.000 dólares) o los guiones personales con anotaciones de Audrey de algunas de sus películas más conocidas como ‘Sabrina’ y ‘Charada' (34.000 dólares cada uno) o el de ‘My Fair Lady’ (67.000 dólares).

La lucha por la herencia

Toda una oportunidad para los amantes de esta gran diva del cine, cuyos hijos harán buena caja a su costa. Y es que ambos se encuentran en pie de guerra desde que falleciera hace ya casi un cuarto de siglo.

Los herederos de su imperio cinematográfico continúan batallando por hacerse con el poder de su legado, no solo patrimonial y económico, sino también con lo derivado de sus derechos de imagen, que aún continúan generando grandes sumas de dinero a sus herederos.

TE PUEDE INTERESAR

Los hijos de Audrey Hepburn, en pie de guerra (otra vez) por su herencia

R. Higuera

Sean Hepburn no está dispuesto a ver cómo los millones de euros que la imagen de su madre logra movilizar van a caer en otros bolsillos que no sean los suyos, por lo que no permite que su hermano se los ceda a obras benéficas o actividades altruistas. Sin su firma, Luca tiene las manos atadas, por lo que a través de su fundación ha interpuesto una demanda en contra de su hermano por impedir que los fondos recaudados vayan a parar a los centros infantiles en hospitales como el de Los Ángeles y Nueva Orleans, como así le habría gustado a su madre.

Una lucha fratricida que finalmente ha terminado por obligarles a poner a la venta los objetos personales de su madre para conseguir sus propios intereses.