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Mario Vargas Llosa recorre las calles de Barcelona sin Isabel Preysler
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Por la unidad de españa

Mario Vargas Llosa recorre las calles de Barcelona sin Isabel Preysler

El premio Nobel de Literatura ha caminado sin su novia para pedir la unidad de España. Caras conocidas como Alonso Aznar y Luis Medina también han acudido a la manifestación

Foto:  Mario Vargas Llosa recorriendo las calles de Barcelona. (Gtres)
Mario Vargas Llosa recorriendo las calles de Barcelona. (Gtres)

Con apariencia impoluta (camisa azul celeste, chaqueta azul marino y gafas de sol), Mario Vargas Llosa recorrió el domingo el centro de Barcelona, pancarta en mano y apretujado entre políticos. Imposible imaginar a Isabel Preysler entre tanto sudor y griterío. La manifestación por la unidad de España desbordó cualquier previsión y ya desde antes de las 11 de la mañana la ciudad se volvió intransitable.

El nobel de literatura caminó toda la mañana en la cabecera de la protesta mientras otras celebrities lo hacían por su cuenta. Como Álvaro de Marichalar, que decía haber viajado de París a Barcelona en coche (sin compartirlo con nadie) para denunciar "a la estructura mafiosa de poder que nos quiere secuestrar La Paz Civil". El excuñado de la infanta Elena, muy enfadado, gritaba contra el mayor Trapero ("horror de tiparraco, un quinqui total"), contra los Pujol ("criminales, mafiosos, desleales") y contra la "Generalidad y sus gobernantes ("golpistas, todos a la cárcel durante décadas").

placeholder Vargas Llosa entre los manifestantes. (Gtres)
Vargas Llosa entre los manifestantes. (Gtres)

Marichalar llevaba una bandera europea que agitaba al viento y mostraba su camiseta del Barça tuneada con el escudo del Madrid y la bandera española. Un atuendo poco convencional, cierto, pero de lo más normalito en la mani de este domingo. El escenario de tantas manifestaciones independentistas amaneció español ante la perplejidad de muchos. No de los comercios chinos, que se apresuraban a cambiar las 'esteladas' por las 'rojigualdas', lo mismo que los vendedores ambulantes paquistaníes, que ofrecían la mercancía por toda la ciudad. Y los participantes de la marcha se las ponían encima con fervor.

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Pocas veces Barcelona ha visto semejante concentración de banderas españolas, mezcladas con otras como la 'senyera' (que no 'estelada') y la europea. Pocas veces también se ha visto semejante acumulación de gente vestida de polos Ralph Lauren, bolsos Louis Vuitton y gafas Ray-Ban. Quienes aseguraban que las clases altas catalanes están a favor de la independencia deberían haberse dado una vuelta por la cita.

Podrían escuchar a Pepa, una farmacéutica que se declara "harta de que la Generalitat nos robe". Y Mariángeles, una abogada que se siente "indignada ante la manipulación nacionalista". Todas estaban en la calle, con sus apellidos catalanes que prefieren no publicar, "a ver cómo acaba esto". Y Alicia, una funcionaria jubilada con casa en la Cerdanya, en la Costa Brava y pisazo en Barcelona, se compró una bandera española "así de grande" para la protesta. Y allí se plantó con pelo estupendo y marido todavía más estupendo.

Pero decir que la manifestación fue solo 'pija' sería injusto porque entre tantas decenas de miles de personas había de todo. También muchos hijos de aquellos inmigrantes españoles llegados en los 60. Jóvenes, niños, prensa de todo el mundo y famosos. Alguno decía haber visto a Nacho Vegas (su íntima amistad con Andrea Levy bien vale una mani); otros hablaban de Loquillo... Lo cierto es que entre tanta gente se hacía difícil distinguir caras conocidas. Servían las redes sociales para eso: Alonso Aznar y Rafa Medina se marcaron un Instagram en plena mani, así supimos que estaban.

En Via Laietana, el periodista Miguel Ángel Aguilar sonreía sorprendido ante tanta gente (su hijo Miguel es editor y vive en Barcelona) y mostraba, con picardía en la mirada, la Constitución Española que llevaba en la mano. El presidente de Freixenet, Josep Lluis Bonet, salía a la calle para defender sus intereses, y Javier Tebas (presidente de la Liga Profesional) era descubierto por las cámaras. Son caras poco conocidas para muchos, pero simbólicas, como la de Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal. Cayetana Álvarez de Toledo volvía a Barcelona después de una semana de los choques de la policía con los votantes del referéndum. Cientos de heridos que perdieron el protagonismo este domingo en favor de la unidad española.

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"Cuando sienta miedo del silencio, cuando cueste mantenerse en pie, cuando se rebelen los recuerdos y me pongan contra la pared. Resistiré". Sí, el Dúo Dinámico se convirtió ayer en el lema de los miles de catalanes (y otros venidos de fuera) que habían callado durante mucho tiempo. Parece que demasiado. Y este domingo han pasado más de cinco horas con Mario: “Tenemos la convicción de que la democracia está aquí para quedarse”, ha sentenciado el escritor.

Con apariencia impoluta (camisa azul celeste, chaqueta azul marino y gafas de sol), Mario Vargas Llosa recorrió el domingo el centro de Barcelona, pancarta en mano y apretujado entre políticos. Imposible imaginar a Isabel Preysler entre tanto sudor y griterío. La manifestación por la unidad de España desbordó cualquier previsión y ya desde antes de las 11 de la mañana la ciudad se volvió intransitable.

El nobel de literatura caminó toda la mañana en la cabecera de la protesta mientras otras celebrities lo hacían por su cuenta. Como Álvaro de Marichalar, que decía haber viajado de París a Barcelona en coche (sin compartirlo con nadie) para denunciar "a la estructura mafiosa de poder que nos quiere secuestrar La Paz Civil". El excuñado de la infanta Elena, muy enfadado, gritaba contra el mayor Trapero ("horror de tiparraco, un quinqui total"), contra los Pujol ("criminales, mafiosos, desleales") y contra la "Generalidad y sus gobernantes ("golpistas, todos a la cárcel durante décadas").

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