Diego Matamoros, el culebrón continúa: ahora tampoco es padre de su hija

Diego Matamoros no gana para disgustos durante este 2017. Las broncas con su padre, Kiko Matamoros, a principios de año fueron solo la antesala de todo lo que le esperaba durante los meses siguientes. Primero, la condena por agredir a su expareja Tanit Grande y, ahora, el revés que más le ha dolido: una prueba de ADN ha demostrado que no es el padre de su hija.

Ahora que ha conseguido ‘reconciliarse’ con su padre, una nueva enemiga ha conseguido acabar con la felicidad conseguida tras comprometerse con su otra ex (y tercer vértice del culebrón), la modelo y también psicóloga Estela Grande.

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Con ella a su lado, Diego ha recibido esta última y desoladora noticia: la que creía que era su hija, fruto de su anterior relación, no lo es. El laboratorio ha sido determinante y ha confirmado las sospechas del exconcursante de ‘Supervivientes’, programa en el que la propia Tanit le comunicó que sería padre. Aunque por entonces ya no estaban juntos, su relación hasta el pasado mes de marzo fue siempre cordial y amistosa.

Sin embargo algo cambió durante esa primavera. Un encontronazo a las puertas de la casa de esta en Pozuelo de Alarcón terminó en juicio por agresión y orden de alejamiento. Durante los atestados, la propia Tanit confesó que la hija no era de Diego. ¿Realidad o estrategia para causarle dolor?

Lo cierto es a la luz de los resultados del test, parece que su ex decía la verdad y que tendrá difícil volver a ver a la niña, que le llama papá, tal y como ha relatado él mismo a la revista 'Semana', y que tendrá que olvidarla para no sufrir tanto en el futuro.

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No obstante, su relación con la niña nunca ha sido la ideal. A pesar de la relación amistosa con la madre, nunca ha convivido con ella como si fueran una familia y ni siquiera le permitió ponerle los apellidos Matamoros Flores. Ahora se entiende por qué y solo queda averiguar quién es el padre biológico de la menor.