Chiquito de la Calzada y el modesto patrimonio inmobiliario que heredarán sus sobrinos

Chiquito de la Calzada nos dejó a los 85 años tras no recuperarse de una grave infección el pasado 11 de noviembre. El humorista, viudo desde 2010, acumuló durante su 'corta' vida como artista (saltó a la fama a los 62) muchos éxitos y un patrimonio económico e inmobiliario que ahora se repartirán sus herederos, entre los que no se encuentra ningún hijo, ya que nunca los tuvo junto a su esposa Pepita, con la que compartió toda su vida.

Familiar, humilde y sobre todo muy generoso, Gregorio Esteban Sánchez Fernández, el hombre detrás del personaje de Chiquito de la Calzada, “ganó dinero, lo supo administrar y no era un hombre al que le gustara despilfarrar”, según explican sus íntimos. Sin embargo, solo consiguió atesorar un modesto patrimonio en su Málaga natal que ahora pasará a sus herederos.

Su retiro dorado en Málaga

Según se extrae de los documentos del Registro de la Propiedad a los que ha tenido acceso Vanitatis, el matrimonio poseía en régimen de gananciales un coqueto apartamento en pleno paseo marítimo Antonio Machado desde donde poder disfrutar del mar sin salir de casa.

Una casa de casi 200 metros cuadrados, que consta de vestíbulo, salón-comedor, pasillo, cocina, lavadero, dos cuartos de baño, aseo, tres dormitorios y, por supuesto, una amplia terraza desde donde poder el ver la malagueña playa de San Andrés y que estaría valorada en aproximadamente 400.000 euros, según el precio del metro cuadrado de la zona.

Una vivienda que, además, cuenta con dos cómodas plazas de garaje consecutivas de 31 metros cuadrados cada una, en el sótano del mismo edificio y que conectan con ella a través de un ascensor.

El retiro dorado que el malagueño compartió con el que fue el amor de su vida, Pepita, con la que empezó a salir cuando ella tan solo tenía 15 años y de la que no se separó hasta el final de sus días. “Lo que me gusta es mi casa de Málaga y comprarle caprichos a Pepita”, llegó incluso a declarar en más de una ocasión.

A día de hoy, no figuran otras propiedades a nombre del artista difunto, tampoco parece que haya tenido empresas a su nombre, por lo que estas son sus únicas posesiones, más enseres personales como joyas o el dinero que tuviera ahorrado en sus cuentas corrientes.

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Agustín Rivera. Málaga

Loli, más que una sobrina

No se espera que haya problemas en el reparto de su herencia. Lo tenían todo muy arreglado para beneficiar a sus sobrinos, sobre todo a su favorita, Loli, y a unas monjitas de su ciudad que se dedican a la ayuda social y con las que él colaboró, según explican a Vanitatis desde su entorno más cercano.

De entre sus sobrinos, una de ellas destacaba en el corazón de Chiquito y Pepita por encima de los demás. Loli, una de las hijas del hermano mayor del humorista, siempre cuidó de sus dos tíos como si de una hija se tratase. El matrimonio nunca tuvo descendencia y los que les conocieron aseguran que Loli siempre suplió ese hueco. Sobre todo durante los últimos años, cuando tras el fallecimiento de Pepita, su sobrina se ofreció incluso a acogerle en su casa durante el tiempo que él quisiera para que no estuviese solo.

Aunque Chiquito se negó, al vivir muy cerca de la que fue su casa de siempre, le visitó cada tarde desde entonces. Una relación que marcó sus vidas y que sin duda pervivirá ahora en el corazón de su sobrina.