Fernando Oriol: de la historia empresarial española a escultor de metales
Este fin de semana finaliza la exposición de este escultor autodidacta perteneciente a una de las grandes sagas del tejido empresarial español
Pertenece a una de las familias más importantes de la historia empresarial española. Su bisabuelo, José Luis Oriol y Urigüen, fue el fundador de Talgo y el impulsor de una serie de empresas que desembocaron en la actual Iberdrola. Fernando perdió a su padre, Jose Luis de Oriol Ybarra, cuando apenas era un adolescente. Pocos años antes su madre, Marta Pastega Benjumea había montado la floristería Búcaro de Sevilla, cuyos clientes pertenecen generación tras generación a la alta sociedad, la aristocracia e incluso a la realeza.
Ella fue la florista en las bodas de la infanta Elena con Jaime de Marichalar y en el enlace de los entonces Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia. Adornó también las bodas de Eugenia Martínez de Irujo con Francisco Rivera y la de la duquesa de Alba con Alfonso Díez; además de contar con clientes fijos como las Koplowitz, Isabel Preysler o el prestigioso hotel Ritz.
Puede que fuera la influencia materna la que impulsó a Fernando Oriol desde niño a experimentar un sentimiento especial hacia la naturaleza, especialmente ante las plantas y árboles. Lo cierto es que Fernando, antes de hacerse escultor, comenzó haciendo muebles de madera. Su predilección por los metales le llevó a combinarlos con el acero hasta llegar a esculpir únicamente en metales como el hierro, el acero corten o el latón. Su inspiración, como no podría ser de otro modo, es la naturaleza. Se siente inmensamente afortunado de poder vivir desde hace diez años en el campo, en la finca sevillana El Pino de San José, perteneciente a su familia desde 1939. Allí ha montado su taller en una nave en la que trabaja con la única compañía de sus tres perros, ya que es un hombre solitario. Trabaja unas 12 horas diarias, en ocasiones más; pero tiene la suerte de haber convertido su afición en su trabajo, por lo que se le pasan las horas sin darse cuenta.
Como toda la familia Oriol, Fernando es un hombre extremadamente discreto, que detesta figurar en las crónicas sociales y que rara vez concede entrevistas. Pero su trabajo habla por sí solo. Desde gigantescas pérgolas pasando por árboles, mesas, librerías, tumbonas, sillas, esculturas, lámparas y un sinfín de objetos componen la obra de este escultor autodidacta que comenzó vendiendo sus obras gracias al boca a boca. Actualmente, cuenta con la satisfacción de poder decir que ha vendido toda la obra que ha ido esculpiendo a lo largo de estos años. Además de clientes en Madrid, Barcelona o Sotogrande, cuenta con clientes internacionales de países como Alemania, Estados Unidos o Suiza.
Actualmente expone su obra en Madrid en pleno barrio de Salamanca hasta el domingo 19 de noviembre. Un vergel de esculturas de metal dignas de ser visitadas.
Pertenece a una de las familias más importantes de la historia empresarial española. Su bisabuelo, José Luis Oriol y Urigüen, fue el fundador de Talgo y el impulsor de una serie de empresas que desembocaron en la actual Iberdrola. Fernando perdió a su padre, Jose Luis de Oriol Ybarra, cuando apenas era un adolescente. Pocos años antes su madre, Marta Pastega Benjumea había montado la floristería Búcaro de Sevilla, cuyos clientes pertenecen generación tras generación a la alta sociedad, la aristocracia e incluso a la realeza.